1.- La decisión esta tomada.

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Soy Jess Wayman y tengo 21 años. He vivido toda mi vida en Georgia pero, hace cuatro años que me mudé a Madrid, España. Ya sé, se preguntarán el 'porque' debido al diferente idioma, ¿no es así?. Mi padre, David Wayman es español-estadounidense por eso es que me fue fácil. Mis padres se separaron cuando yo tenía doce años. Mamá se volvió a casar un año antes de que dejé Georgia, con James, su ahora esposo. Lo conoció en un viaje que realizo por motivo de trabajo, es realmente agradable. Tengo mi propio departamento, no es muy lujoso pero... bueno a mí me gusta. No quería vivir en casa de mi padre, y no es porque no me agrade su esposa y su hijo, al contrario, desde que llegue aquí han sido bastante cariñosos, adoro a Max, mi hermanastro de siete años, él se parece mucho a mi padre. Tiene ojos verdes y es de cabello negro, es bastante alto para su edad, supongo que lo sacó a papá. El mide 1.77m. Lo sé, es realmente alto.

Cuando estaba en mi último año de secundaria todo era maravilloso. Mi relación con mi madre siempre fue estupenda, tenía buenas notas, buenos amigos, amaba a mi mejor amiga, Kate; prácticamente hemos estado juntas desde que teniamos ocho años. Y sobre todo, amaba a mi novio. ¡Dios! Realmente amaba a ese chico. Tuvimos una relación muy hermosa, pero como sólo los finales felices existen en libros, nosotros tuvimos un final... ¿cómo podría llamarlo? ¿desastroso, talves?. Después de todo, ¿por qué otra razón abandonaría a mi madre, mis planes de la universidad con mi mejor amiga, mi vida en Georgia si no fuera por olvidar a aquella persona que tanto daño me hizo y rompió mi corazón?.

Bueno, hace dos semanas terminé mi carrera en la universidad, estuvo mi padre y su familia; por supuesto tambien mi madre y James, hace mucho tiempo que no los veía, aún me duele haberme separado de ella, pero lo necesitaba.

Aún recuerdo nuestra rutina. Ella salía en la mañana para su trabajo y yo para la escuela. Kate vivía una cuadra más adelante, así que en las mañanas siempre la esperaba para irnos caminando juntas, la escuela se encontraba a seis buenas cuadras de donde yo vivía. Cuando llegabamos siempre recibiamos más de una mírada, lo cual no era raro. Kate tenía el cabello negro y unos increíbles ojos verdes, no era gorda, ni delgada. Ella medía 1.65m., yo no le llevaba mucha ventaja. Siempre decía que envidiaba el tamaño de mis senos cuando yo los odiaba, ya que por esa razón me llevaba muchas miradas de los pervertidos que nunca faltan. Compartíamos las mismas clases, excepto gimnasia, Kate no las tomaba, a cambio de eso después del almuerzo daba ayudantías. Terminaban nuestras clases y nos volviamos juntas. Luego esperaba a mamá con la cena o si ella llegaba antes, la haciamos juntas. Todos los sábados saliamos a cenar afuera.

Mi madre, Gabriella Schmidt, es muy guapa. Ella es alta, para ser exactos mide 1.70m., cabello castaño, y figura esbelta.

Para darles una ídea, no soy muy diferente a mamá. Tengo el cabello castaño claro y largo, mis ojos son de color café, ni muy claros, ni muy oscuros, mido 1.66m. y me atrevo a decir que heredé la figura esbelta de ella, sin dejar a un lado mis grandes senos. Siempre me ha gustado leer, pero eso no significa que paraba metida en una biblioteca y no haga alguna actividad física. Todas las tardes salía a correr. Me gustaba mucho.

Cuando mis padres se separaron sentia que todo se desmoronaba. Cuatro años mas tarde, mi madre se casó.

La semana pasada recibí una llamada de Kate -hemos estado en contacto estos cuatro años, y hemos pasado dos vacaciones de verano juntas, asi que puedo decir que el cariño no se ha perdido- diciendome que podría trabajar con ella en la empresa de su padre. ¿Estupenda noticia, no creen? Extraño estar cerca de mi madre, y de Kate... y ¡lo admito! Durante estos cuatro años tambien lo he extrañado a él.

En estos días he estado muy nerviosa, y sé que la idea que me tiene así es pensar en que habrá ocurrido con su vida, como estará él ahora. Desde aquel día que me fui de Georgia no lo he vuelto a ver, y le pedí a Kate que no hablaramos de él, ya saben, para que todo sea más fácil para mí. Pero ya tomé una desición; volveré a Georgia. Ha pasado bastante tiempo, sólo espero que aún todos me recuerden.

Sólo espero que él me recuerde.

******

Es sábado, 9:30pm, estoy en el avión y a mi lado hay una señora que debe estar entre los cincuenta y cinco a sesenta años, se ve bastante bonita para tener su edad y agradable; es de cabello negro, pero claro, por la edad ya tiene muchos cabellos grises, es media gordita, hay algo que llamó mucho mi atención, tiene ojos azules, como esos ojos azules tan profundos en los que solía perderme antes, y tambien he sentido que me observa mucho. Pero no la culpo, estoy tan nerviosa y seguro que ella ya lo ha notado.

-Querida, ¿te encuentras bien? -me pregunta amablemente la señora.

-Si, estoy bien -logro decir con un intento de sonrisa en el rostro.

-¿Cómo te llamas? -me pregunta, sé que intenta ser amable.

-Me llamo Jess -digo con una sonrisa- ¿y usted?.

-Bonito nombre -me dice- Yo soy Lena -y sonrie ampliamente.

-Mucho gusto -digo tratando de ser amable.

-Disculpa, no quería molestarte pero, será un largo viaje a Georgia, te he notado algo nerviosa y aflígida; siempre le digo a mis nietos que es bueno hablar, si quieres hacerlo aquí, tienes a alguien -siento que lo dice con mucha sinceridad, y que en cualquier momento una lágrima se me podría escapar, así que decido confiar en ella, porqué dudo que algún día vuelva a verla.

-En realidad, si -suspiro- hace cuatro años que me fuí de allí, dejé toda mi vida y sueños en Georgia y ahora estoy volviendo para quedarme, y no sé si he tomado la desición correcta. Y usted, ¿también vive allá? -le confío rápidamente, ella sonrie de una manera cariñosa.

-Si, fuí de vacaciones por unas semanas a Madrid, es una ciudad bastante bonita, pero cariño, ¿porqué abandonaste todo aquello? -de repente no puedo seguir hablando, siento un nudo en la garganta.

-¿Algún corazón roto, eh? -continúa.

-Si -logro decir con un hilo de voz.

-¿Quisieras hablar de eso? -pregunta amistosamente.

-En realidad, no. No quiero aburrirla -finjo una sonrisa.

-De ninguna manera, cariño. Ya dije que es un largo viaje. Me gustaría que compartieras tu historia de amor conmigo -vuelve a sonreir.

-No es exactamente una historia de amor -digo débilmente.

-Oh, cuanto lo siento, pero estoy segura de que es una historia maravillosa -dice sonriendo y asi alentandome a empezar a contar.

Respiro y suelto un gran suspiro, desde que ocurrió todo, sólo le he contado mi historia a una sola persona, Robert; lo conocí en la universidad, estabamos en la misma carrera, sólo que a él le faltaba dos años menos que a mí. Es alto, mide 1.76m., ojos marrones y cabello negro, me gustaba jugar con sus rulos. De alguna manera nunca ví mas de una amistad con él y se convirtió en mi mejor amigo en Madrid. Todo porque él siempre recordaba lo hermosa que soy y que no creía que no hubiera estado en una relación con nadie en cuatro años. Pero no fue porque yo no quisiera, quiero decir, salí con chicos, lo intenté; sólo que no eran los indicados. Pero despues de él, ¿quién podria serlo?. No sé si sea buena idea recordar el pasado, pero... ¿en algún momento lo he olvidado?

-Todo sucedió hace cuatro años, parecía que sería un año normal, mi último año de secundaria, hasta que lo conocí...

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Hola, bueno sólo decirles que es la primera vez que estoy escribiendo una novela y de verdad, ¡gracias por leerla! Espero que realmente les guste, la sigan y si es asi que me apoyen con su voto :) Besos ❤.

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