Capítulo 1

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El cómodo sofá de la casa de Anderson me reconfortaba el estrés que sentía por todo el peso encima que llevaba en los hombros. Me habia regalado este apartamento pero no tenia certeza si iba a disfrutarla después de que todo terminara. Era dificil de saber, pero al fin y al cabo uno nunca sabe lo que le depare el futuro. Nadie sabe cuándo la muerte le llegará. Al menos moriré tranquila con aquellos bichos muertos.
-¿Agradable el sofá?
-No lo suficiente para olvidarme de todo.
Giro mi cabeza y veo a aquel turiano que tengo tanto aprecio, supongo que sea solo aprecio. Garrus se sienta al lado mio, manteniendo la vista en la chimenea holográfica.
-Es duro. Sabiendo que tu gente esta muriendo.
Suspiro.
-Lo es. Pero la idea de que ese sacrificio no va a ser en vano, me tranquiliza.
Me levanto.
-Si, solo mantenemos las esperanzas.
Giro la cabeza hacia el.- No son esperanzas. Es una afirmación.
Suspira, y noto una pequeña señal de sonrisa. Suspira de nuevo, y recuesta su cabeza con el borde del sofá.
-¿Qué?- Pregunto desconcertada.
-No se queria sin ti, Shepard.
-¿A qué te refieres?-Me giro completamente, aún teniendo esa expresión de desconcierto en mi rostro. Sus ojos se abren despues de un breve instante cerrados.
-A tu paso, creo que los segadores ya deben tenernos miedo.
-Lo haremos.
Se levanta del sofá y camina hacia las ventana, como intentando buscar algo, para poder tener la suficiente fuerza de hablar. Soy muy perspicaz, en la manera que lo he observado todos estos años. Su forma de expresar a veces puede resultar ser un poco ¿Tierna?
-Shepard
-¿Si?
-Quería hablar sobre un tema en particular.
Era notable el nerviosismo.
-Solo dilo.
-Siento cosas por ti.
Se voltea y acaricia su parte atrás de la cabeza. No me mira a los ojos y yo menos a él.- Garrus

Se voltea, y me mira a los ojos, yo lo hago y entonces me adentro en su mirada..., ¿Por qué están mas claros que nunca? Se acerca a mi, y el aire se tensa, yo me tenso, el tambien. Todo lo que forma parte del lugar, apenas respira.
-¿Qué sientes tú?
-¿A penas puedes respiras?
-A duras penas.
-¿Tú corazon late más fuerte que nunca?
-Peor que en un combate.
Se acerca aún más, y sus ojos, sus ojos si que me liberan de aquel peso. Era magia. Su boca apenas estaba a centimetros con respecto a la mía. Yo si me habia enamorado. Muchas veces pero...esto era demasiado. Sentía miedo, frío, calor, nervio, ¿Cómo era posible si hace algunos minutos lo notaba tan solo como un buen amigo? En serio. En serio...
-No tengo tiempo para esto.- Espeté negando mis sentimientos, aunque dudaba que sintiera algo. ¿En serio?  ¿Ahora dudas? ¿Ahora piensas que no sientes nada? Me caía a preguntas mi conciencia.
Me separo de sus manos.- Garrus, no tengo tiempo para esto. Nosotros. No podemos. Yo...no puedo.
-Entiendo.- Tenia que entenderlo, toda una galaxia dependia de mi, y yo...
Entonces el aire que albergaba en aquel lugar se paralizó como todos los sentidos de mi cuerpo. Cada poro de mi piel fluía en constante movimiento con el fuerte abrazo de él. ¿Sabrá que es lo que pienso? Lo noto muy callado, comprensivo conmigo, pero callado. Como si su silencio pudiera arreglar mi respuesta, y su calido abrazo tmb pensará lo mismo.
Pero sin embargo, a pesar que quería que aceptara sus sentimientos el me entendía. Entendía mi respuesta.
-Te entiendo Shepard, te entiendo, te entiendo mas de lo que tu piensas. Pero a la vez no te entiendo.-Me voltea.-Shepard, todos estamos en esta misma situación, el universo entero recae en nuestros hombros, y aunque seas tú la comandante, somos un equipo.
-Garrus.- Volteo la cabeza.
No sabía que decir, pero tenia razón, muchísima.
Coloca sus manos en mis mejillas, y despacio, con toque delicado, despliega un tierno beso en mi frente. -Te amo. Shepard.

Mi garganta estaba demasiada reseca como si hubiese pasado un dia entero sin tomar una gota de agua. Mi cuerpo hecho pedazos. No encontraba la manera de mover un músculo, y entonces miro al cielo, y me doy cuenta que ni estaba en la casa de la ciudadela, ni en aquel sofá, ni junto a Garrus... ¿Un recuerdo? ¿Aún yo vivo?
Me fijo en el poco cielo, enmarcado en un rectángulo por las cuatro paredes. Estaba lloviendo,  más bien una llovizna. Un alivio. Intente abrir mi mandíbula pero era tanto el dolor de las cortaduras por todo el cuerpo que hacía que olvidará cómo mover mi propia mandíbula.
Apoyada en la pared del fondo de una especie de callejón, apenas divisé una sombra. Mi vista era muy confusa. Y mis pestañas cada vez eran más pesadas.

El dolor, se apoderó de mí sentidos, y yo solamente quería no sentirlo más. Así que simplemente me rendí a los intentos de dormirme.
-¡Shepard!- ¿Quién está ahí? -¡Shepard!-Grita otra vez, con más intensidad una voz conocida, que al final me atrapa en sus brazos.
-Shepard, despierta, shepard.
-Hay que sacarla de aki, ahora.- Habla una chica también conocida, pero de alguna manera, me pesa recordar de donde viene su voz.
Estaba dormida, pero era consciente a todo lo que pasa a mi alrededor. Mas bien, medio dormida. Algo cansada. Un hombre me llevaba en sus brazos y yo con mi extenuante cansancio apenas podía mover un músculo de mi cuerpo y otra vez vino aquel intento de dormirme pero, con más intensidad.
Cerré los ojos, y esta vez ya no oía nada. Simplemente me adentré en un sueño muy profundo
A los segundos después recupere mi conciencia, o eso es lo que pensé desde mi punto de vista.
-Agh...-Casparre de dolor en el estómago y poco a poco fui abriendo los ojos.  Lo primero que me fije es que no estaba en un hospital, sino en una nave. Había una mediana ventana que daba al inmenso espacio. Más oscuro que nunca.
Poco después noté la presencia de alguien. - ¿Kaidan?- Andaba sentado en una silla, un tanto preocupado
-Shepard, estás viva...- Su seriedad de un momento a otro se desvanece y en su rostro hay lugar para una gran sonrisa.
-¿Qué ha pasado?- Intento levantarme pero no me doy cuenta que no tengo aún las suficientes fuerzas para sentarme.
-No, espera.- Se levanta de su asiento, y rápidamente intenta ayudarme. -No debes hacer muchos esfuerzos, Shepard.
-Debería haber muerto.
-No digas eso. -Me mira como un cachorro sin madre, con lástima. Odio esa mirada.
Al fin con un esfuerzo un tanto doloroso me levanto.
-Coman-. Sin antes terminar la frase le interrumpo.
-Kaidan, soy tu superior, no me das órdenes.
Mira a.otro lado, y después devuelve su mirada al punto de partida, mis ojos silencio. Total silencio.
-Shepard.
Lo miré
-¿Porqué sigues? ¿Por qué sigues yendo a esas misiones suicidas?
-Kaidan. Déjame sola.
-Pero...
-Es una orden.
-Sabes ya no recibo órdenes. Ya no soy un militar.
Sin decir nada, se retiró de la habitación. Tan solo hecho un vistazo antes de dar el último paso para salir de la habitación. Fue una de esas miradas de: Te necesito.
Aún permanecía sentada, y ahora viendo a la nada desde que Kaidan se retiró. Sin un propósito, sin nada... Me sentía totalmente vacía, sobretodo como una copa de cristal sin vino, todos eran testigos de mis escasos sentimientos y objetivos.
Una muerta viviente.
Pero algo extraño de un momento me invadió, algo que hacía años no sentía en mi interior o que quizás lo había guardado tanto, tanto que no lo podía más evitar y por fin al menos, no parecía tanto na muerta viviente. ¿Acaso las muertas vivientes lloran?
Una lágrima corrió, y la tristeza me cegó los ojos. Hizo que cayera en aquella estrecha cama y cerrara mis ojos.
-Garrus...¿Por qué te sigo buscando?

¿Existir? ¿Por qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora