Capítulo XXII

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El baratie, un restaurant bastante popular por su buena atención al comensal, comenzaba a dar la impresión de estar decayendo desde hace ya unos días.

Zeff: ¡¡SANJI!! - gritaba con furia desde la cocina

Ante esos gritos, el rubio, no tuvo más remedio que acudir al llamado

Sanji: No grites de esa manera, aún quedan personas a las que atender - dijo calmado mientras se disponía a tomar un cigarro

Zeff: Si, pero pronto, gracias a tu imprudencia ¡no quedará ninguno! - gritó furioso, mientras una vena sobresalía de su frente

Sanji: Ahora que mierda hice ¿he? Viejo demente - contestó con total disgusto

Zeff: ¡¡Sujetadme, o lo dejaré en una silla de ruedas por el resto de su vida!! - gritaba hacia su personal - ¿Todavía tienes el descaro de preguntar que fue lo que hiciste? ... déjame enumerarte ¡todos tus fiascos!

Sanji: adelante, no he tenido errores y no los tendré, te pones histérico por nada - decía con el cigarrillo en la boca

Zeff: ¡SUFICIENTE! - gritó, haciendo que la cocina quedara en completo silencio y ocasionado que los pocos comensales que quedaban, se retiraran presurosamente - Me has quemado la cocina, derramaste sopa sobre uno de los clientes y además de ello como si no hubiese sido ya suficiente, ¡te has pasado fumando todas tus horas de trabajo! ¡¿tienes idea de cuantas quejas me han llegado por esa actitud tuya?

Sanji: ... no recuerdo haber quemado la cocina - dijo apagando el cigarrillo

Zeff: ¡¡Lo hiciste esta mañana antes abrir el restaurant!! - gritó interrumpiendo al rubio

Sanji: lo de la sopa fue un accidente, incluso fue culpa de ese comensal - aseveró tranquilamente

Zeff: Fuera de mi restaurant - dijo mientras empujaba al joven metre, hasta la salida trasera - a partir de esta noche ¡no vuelvas hasta arreglar tu maldito desperfecto! - gritó, para después cerrar toscamente las puertas.

Sanji: ... maldito anciano - dijo suspirando, mientras se llevaba una mano a la cabeza - «aunque ... no puedo negar que mis pensamientos están en las nubes, desde aquel incidente» pensó - tsk, todo es culpa de ese idiota ... tonto marimo

Después del encuentro con Mihawk, la antigua pareja de Zoro, pequeñas dudas surgieron dentro los pensamientos de Sanji, y mientras más pensaba en ellas, más grandes se hacían, era ese el motivo de su falta de concentración en el trabajo, y de sus últimos desvelos.

Sus inseguridades habían llegado a un punto, en donde ya no podía saber si aquel encuentro fue solo con intenciones de esclarecer el pasado o si su ex pareja realmente tendría intenciones ocultas para con el peliverde.

Mientras sus pensamientos divagaban, el rubio se encaminó a su departamento ... pues, aunque le costaba aceptarlo, mientras no desapareciera el motivo de sus preocupaciones, su rendimiento laboral no progresaría ... e incluso podría llegar a empeorar.

En tanto, el peliverde no era esquivo a este tipo de preocupación tampoco, pues su contacto con el rubio, se había visto limitado en los últimos días, tanto, que durante la mañana, lo llevaría a consultar con la persona que parecía entender a su pareja.

Nami: ¿Lograste contactar con Sanji? - preguntó con curiosidad

Zoro: No, no coge el teléfono y tampoco me responde los mensajes - dijo mientras revisaba su teléfono - ... ni los lee - murmuró

Nami: ¡Qué fue lo que hiciste ¡- reprochó con descontento en sus palabras - nunca antes te había ignorado a tal punto

Zoro: ¿Recuerdas cuando me bebí el licor, con el que se supone haría su flambeado?

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2021 ⏰

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