CAP V. Domingo

261 14 4
                                    

Desperté sintiendo un delicioso aroma a tocino, estaba sola en la cama, con las sábanas a un lado y totalmente desnuda. Imágenes de lo ocurrido la noche anterior llegaron a mi mente, los besos y caricias que nos dimos, el amor y pasión que pusimos en el acto, como me había entregado a Edward por primera vez y como él se había entregado a mí. Fue perfecto, los dos lo deseábamos hace tiempo pero aún no se había dado el momento. Creo que si le voy a agradecer a Alice su idea de tener unas vacaciones.

Decidí levantarme e ir al baño para tomar una ducha ya que anoche nos metimos a la cama sin quitarnos el agua salada. Lavé mi pelo y froté delicadamente todo mi cuerpo con la esponja. Cuando llegué a mi intimidad apliqué algo más de jabón y pasé la esponja con mucho cuidado puesto que aún me dolía un poco. Al terminar me vestí con unos simples shorts y una blusa de tirantes sin sostén dejando mi cabello húmedo para que el aire natural lo secara. Bajé siguiendo el olor de ahora unos huevos revueltos hasta la cocina para toparme con la vista más caliente de toda mi vida.

Edward se encontraba poniendo los huevos y el tocino en un plato para luego servirme un vaso de jugo de frutas, vestía unos simples boxers, estaba descalso y sin camisa. De su pelo mojado por seguramente lo que fue una ducha antes que yo despertara caían algunas gostas de agua que adornaban su espalda y frente. Al mirarme lo hizo con su habitual sonrisa torcida provocando que abriera la boca un poco más.
--Bella el desayuno se enfría, puedes mirarme mientras comes algo--dijo dejando escapar una suave risa que me llenó de gozo.
--Sabes Edward, a eso podemos jugar los dos-- le dije mientras quitaba mis shorts quedando con la blusa y unas finas bragas azules que Alice había puesto en la maleta para mí. Él se movió hasta quedar justo al frente para tomarme entre sus brazos y subirme a la isla de la cocina. Cuando me sentó en ella, abrió mis piernas y se metió en medio. Comenzó a devorar mi boca con auténtico desenfreno, sus manos subían y bajaban por mis laterales para con una tomarme del cuello y juntarme más a él y con la otra magreaba mis pechos sobre la fina tela. Rasgó la tela de mis braguitas y metió un dedo en mi interior. Gemí por lo que me estaba haciendo y con gusto dejé que continuara. El deseo que demostraba me encanta y empezé a tocarlo yo también. Pasé mis manos por todo sus pectorales y abdómen, me deleité con su dureza y la forma de sus brazos. Llegué hasta el elástico de su ropa interior y lo bajé de un tirón. Su hombría ya estaba más que dispuesta para el sexo, entonces subió mi blusa y me acostó en la superficie. Sin esperar más, tomó su miembro hasta guiarlo a la entrada de mi vagina y lo metió poco a poco.
--Ahh Edward-- grité su nombre. Aunque sentí un poco de molestia al principio, el placer me invadió casi al momento y comenzamos a gemir al unísono. Con fuertes estocadas terminó dentro de mí y esta vez si sentí los fríos chorros de semen en mi interior. Nos quedamos en esa posición basándonos y dándonos caricias para luego subir a la habitación y tomar una ducha juntos donde Ed me tomó otra vez cargándome y pegando mi espalda contra la pared. Cuando bajamos desayuné lo que estaba en el plato. Ya algo frío pero delicioso de igual manera.
--Creo que eres peor que tus hermanos-- le dije cuando estábamos sentados en un sofá amplio que daba al mar.
--¿Por qué lo dices?--respondió con esa sonrisa torcida suya tan característica.
--Porque es nada más verme y me saltas encima. Luego te quejas de los pensamientos de Emmett cuando eres claramente peor.--hablé mientras me subía sobre él con las piernas abiertas.

Miré sus ojos y me perdí en ellos igual que siempre.--Te amo.
--Y tú eres mi vida Bella. Te amo más que cualquier cosa, eres lo que más me importa y jamás dejaría de amarte.--Me miro fijamente, acarició mis mejillas y me besó. Tantos sentimientos juntos me llenaron a la vez. Nos envolvimos en un cálido abrazo y descansé mi cabeza en su hombro. Así estuvimos un rato hasta que aprovechamos para nadar un rato. Esward me cargó en su espalda hasta el mar, nos despojamos de toda la ropa y nadamos desnudos. Ya no sentíamos vergüenza, nos mostrábamos abiertamente mientras jugábamos a hacernos ahogadillas y salpicarnos.

 Ya no sentíamos vergüenza, nos mostrábamos abiertamente mientras jugábamos a hacernos ahogadillas y salpicarnos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Estábamos tan distraídos que ni Edward se percató de la presencia de la familia que acababa de llegar.

--Parece que se están divirtiendo mucho chicos.--Dijo Esme--Por qué no salen ya del agua y pasamos un rato más en familia.--Continuó hablando sin darse cuenta que estábamos desnudos bajo del agua, la cual por suerte nos cubría hasta el cuello.

--¿Cazaron mucho?--pregunté en un intento por parecer tranquila aunque no lo logré.
--¿Por qué están tan nerviosos ustedes dos?--preguntó Jasper alzando una ceja. --salgan ya de una vez.
--Si, ahora vamos. Si quieren nos pueden esperar en la casa. --dijo mi chico.
--Pero que tontería es esa--habló Carlise--salgan ya.
--Es que no podemos, no tenemos la ropa puesta--dije sintiendo la mirada incrédula de la familia Cullen en nosotros. Mi rostro estaba rojo y Ed bajó la cabeza avergonzado.
--Jajaja--rió Emmett--Así que Bellita y el monje están haciendo cositas no tan puras-- no sabía dónde mirar, para colmo Esme o Carlise no lo regañaron como siempre ni Rosalie le dió un golpe, esta vez estaban todos doblados de la risa por el comentario inapropiado de Em.
--Si ya se divirtieron lo suficiente por favor esperen por nosotros en casa--dijo Ed.
--No demoren--fueron las palabras de Alice cuando los demás ya estaban corriendo en dirección opuesta a nosotros.

Las carcajadas de Emmett se escuchaban por toda la casa seguramente, ya que, una vez pasado el nerviosismo inicial Edward y yo pasamos a explicarle a su familia de manera algo confusa que en efecto, habíamos estado juntos.
Mientras tanto Esme se dirigió a la cocina para prepararme algo de picar, Emmett y Rosalie decidieron nadar un rato y Alice me arrastró al cuarto a pedirme más detalles, al final le agradecí por la ropa que había colocado en mi maleta y me reí al saber que ella lo hizo porque algo vió en sus visiones antes de salir de casa.

El lunes partimos a Forks a primera hora de la mañana con la promesa de regresar más adelante a este paraíso. Sin duda mi nueva familia sabía como pasar tiempo de calidad juntos.

FIN:

Hasta aquí la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hasta aquí la historia. Espero les haya gustado tanto como a mí Besos.🌺
Recuerden votar y comentar.

Vacaciones ||Bella&Edward||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora