Capítulo 8 - Everything I wanted

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Las oficinas del CNI están casi en completo silencio, el único sonido que se escucha es el del zumbido del aire acondicionado que mantiene el lugar a la misma temperatura en todo momento, sea invierno o verano, y el tecleo ocasional de los pocos funcionarios que quedan trabajando a estas horas.

Volkov apaga su ordenador antes de abrir el primer cajón de su escritorio. La botella de vodka que Conway le regaló rueda hasta chocar contra el metal del cajón. Todavía no sabe porqué decidió guardarla allí en vez de llevarla a su casa. Supone que es porque desde el primer momento guardó la esperanza de compartirla con alguien. Llevarla a su apartamento habría sido casi como acabar con esa oportunidad antes de que hubiese nacido.

Mira la botella y recuerda la conversación con Horacio. La celebración post-operativo que se habían prometido con ella. Pero Volkov no tiene ganas de volver todavía a casa y sabe que Horacio todavía está allí. Le escuchó decir que iba a quedarse a acabar unas cosas cuando Gustabo se despidió de los demás hace un rato. Así que alarga el brazo para coger la botella y se hace con un par de vasos que guarda en uno de los armarios del despacho antes de dirigirse al de Horacio.

Cuando se aproxima a su oficina, puede escuchar el tecleo que confirma sus suposiciones. Llama a la puerta aunque las enormes cristaleras ya hayan anunciado su presencia y espera a que Horacio le invite a entrar. Es en ese momento cuando Volkov se percata de la presencia de Michelle a su lado y frunce el ceño extrañado.

Ambos levantan la mirada en un breve saludo, y por la posición en la que Michelle se encuentra a su lado - inclinada como si revisara la información de un caso en los papeles -, parecen estar hablando del caso en el que están trabajando.

"¿Ahora hacemos reuniones de alcohólicos anónimos?" pregunta la pelirroja, sin maldad.

"¿Hmm?" responde Volkov distraído mientras cierra la puerta tras de sí.

"La botella, Volkov"

Volkov sigue la mirada de Michelle. "Ah" levanta la mirada de nuevo e intenta descifrar el gesto de su jefa. En todos estos años ha aprendido a leer a Conway con cierta facilidad, pero a Michelle-- a Michelle le resulta imposible. "Ha acabado nuestro turno" se justifica.. "Pensaba celebrar los avances en la operación contra los Dvali" y su mirada viaja durante una milésima de segundo hasta Horacio, que se mantiene ajeno a la conversación de manera intencional.

"En la oficina... y con algunos compañeros aún trabajando" recalca Michelle. "Como Horacio, que está haciendo horas extra."

Horacio niega con la cabeza. "Está bien, ya había acabado en realidad, solo estaba-- Voy a dejarlo ya, la verdad es que no me vendría mal una copa"

Michelle inclina la cabeza con curiosidad y las gafas de sol que ocultan sus ojos hacen imposible descifrar en qué está pensando. "Bien, entonces nada que objetar, voy a por un vaso, id empezando sin mí"

Volkov se hace a un lado para dejarla pasar y tan pronto como desaparece de su campo de visión mira a Horacio con un gesto de incredulidad. "¿Ha dicho que se iba a unir o he escuchado mal?"

Horacio se encoge de hombros. "Creo que sí"

"No consigo pillarle el punto. La conozco casi el mismo tiempo que a Conway y todavía no sé si le caigo bien o si simplemente es muy buena profesional" dice mientras acerca una silla al otro lado de Horacio, dejando libre la que estaba usando Michelle hace escasos minutos. Se sienta y deja la botella en la mesa, seguida de los dos vasos que llevaba en las manos.

"Le cae bien, eso se nota, hombre. Seguro que en el fondo lo sabe. Y yo no la conozco apenas pero es amable conmigo" Horacio gira su silla hacia él y se recuesta un poco hacia atrás. "¿Este es el vodka que me dijo? Pensaba que lo guardaba para cuando cerremos el caso"

Between the Devil and the Deep Blue Sea (+18 | Intenabo & Volkacio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora