Veíamos películas, le leía a Ángel; amaba cuando leía para él. Disfrutaba de mis cambios de narración, cuando algo era triste, alegre, de mis muecas, de mis gestos.
Notaba a Ángel más cansado, un poco retraído, con unas ojeras. Él me dijo que era porque le estaba costando dormir, que hace mucho no le pasaba. Pero a mí no me daba buena espina, lo consulte con sus padres, me indicaron que no debía preocuparme. Lo olvide mejor; no quería pensar nada malo.
Ingresamos a la clínica, el médico como ya me conocía, me dejó ingresar con Ángel y sus padres. Tomamos asiento esperando lo que el doctor tenía que informarnos. Carraspeo y dijo: hay una noticia buena y otra mala.
Se me tambaleó el piso, eso no era bueno.
Empiezo con la buena, aún estamos a tiempo; lo podemos volver a tratar. Ángel a Eva dijo: Estás conmigo en esto. Lo miré, con lágrimas en los ojos, siempre mi Ángel respondí.
La mala dijo el Médico, él cáncer regreso.
El cáncer regreso, se repetía en mi mente, todo me dio vueltas. Hasta que escuche cuando el médico dijo: Es más agresivo, hay que someterlo a quimioterapia de nuevo y radioterapia.
Ángel miro a Eva y le sonrío.
Eva: Grite tan fuerte que me rasgue la garganta, solo vi cuando él, mi Angelito, me miró; sonrió; y sus ojos perdieron ese brillo; se desmayó...
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