Ángel cada día estaba más delgado; ya no tenía cabello; sus hermosos ojos color cielo seguían igual de bellos que siempre, su cuerpo musculoso ya no lo era tanto.
A pesar de todo, yo le sigo amando como está, sigue siendo mi Angelito, mi amor, mi novio.
Me ha tocado madurar de golpe al igual que a Ángel.
A veces pensamos que una enfermedad tan grave no le puede dar a alguien tan joven y con toda una vida por delante; pero nos equivocamos; las enfermedades no distinguen sexo, edad, nacionalidad, color de piel, pureza, nada, solo viene y ataca sin importar nada.
Lloro, no sé porque lloro, él mi Angelito sigue luchando y yo trato de hacerlo con él.
Ser su apoyo, su confidente, su amor, su novia, no lo dejo...