Al otro día me levanté algo tarde, había tenido un sueño raro, soñé que estaba con mis padres en un lugar con muchas rocas, había mucha arena y estaba atardeciendo. Yo les decía a mis papás que quería ver el Gran Cañón, al parecer estábamos ahí. También había una especie de templo o algo así cerca, vi a unos hombres vestidos con batas blancas, uno me vio a mí. Tenía miedo, se lo dije a mi mamá, y ella intentó esconderme, pero esos hombres nos encontraron. No recuerdo nada más del sueño, pero leí que los sueños no son fáciles de descifrar, pueden significar algo como pueden significar nada. Solo alguna jugada de mi subconsciente, o mi mente estaba tratando de advertirme de algo.
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Mi prima estaba sonriente esa mañana, ella era fuerte, y por eso yo la admiraba mucho. Después de desayunar y atender a mi abuela, íbamos a ir (mis primos y yo) al centro de la ciudad a comprar unas cosas, mientras paseábamos un rato.
Caminamos horas y horas, hace mucho no salía, me preocupaba dejar a mi abuela sola pero ella dijo que estaría bien. Ale y yo nos compramos ropa nueva, Jake se compró unas gafas de sol y creo que un regalo para su novia. Estaba algo cansada, nos sentamos en un banco que estaba cerca de un negocio en el que vendían variedad de cosas, y al lado había una heladería. Estaba hundida en mis pensamientos, completamente perdida del mundo, pero no estaba pensando absolutamente en NADA.
Sin previo aviso apareció Eric, me saludó a mí y a mis primos.
-Oh, Paula, este tonto enamorado olvidó el papel de regalo -dijo señalando a Jake- vamos a comprar lo que falta y tal vez, uh, ¿unos helados? -Ale me miró pensativa, esperando mi respuesta-.
-Me parece bien, yo los espero con Eric si no tienes problemas...-ella me guiñó un ojo y se fueron-.
-¿Cómo te sientes hoy?
-Bien, ¿y tú? -era mentira, yo no estaba nada bien. Él notó eso en mis ojos, creo que se dio cuenta de que algo me molestaba. Me miró a los ojos de nuevo, luego apartó sus ojos de mí.
-No puedo. -Soltó casi en un susurro-.
- ¿Qué cosa no puedes?-dije algo confusa-.
-No puedo mirarte a los ojos y seguir mintiéndote.
- ¿Seguir mintiéndome? ¿De qué hablas Eric?
-Perdón, te amo Paula. Siempre te he amado, pero simplemente no puedo mirarte a los ojos. No puedo seguir mintiéndote. Sé quién mató a tus padres, siempre lo supe.
-Tú no sabes nada, ya vete y déjame sola.
No entendía por qué yo había reaccionado de esa forma, no era la Paula normal la que estaba hablando, era alguien más. Eric me acababa de confesar dos cosas, me dijo que me ama, y que sabía quién mató a mis padres. ¿Cómo lo sabía? O, ¿por qué lo sabía él y yo no? Se levantó del banco en el que estábamos sentados, y se fue. Seguramente estaba decepcionado, no le dije nada bueno, ¿en qué estaba pensando? ¿Por qué le dije eso? Me odio.
Volví apenada hasta donde estaban Alejandra y Jake, estaban preocupados y muy tensos, acababan de llamarlos unos vecinos de mi abuela. Les dijeron que habían escuchado gritos y golpes desde su casa, entré en un estado de pánico. Comencé a marcar el número de la casa de mi abuela, pero nadie contestaba la llamada. En unos minutos me encontraba en el piso en shock completo, llorando, mientras Ale trataba calmarme. Jake llamaba a un taxi, a la policía y a varias ambulancias para que fueran a mi casa. Eric apareció de nuevo, dijo que él me llevaría en su moto hasta la casa de mi abuela.
-Soy su amigo, pueden confiar en mí, quiero ayudarlos. -"confiar" no sé exactamente si podía confiar en él en este momento, cuando confesó que me había estado mintiendo de algo que era muy personal-.
Mis primos dudaron unos instantes, pero luego aceptaron que él me llevara, alguien debía ir lo más rápido posible.
Seguía llorando, pero trataba de calmarme un poco, Eric estaba muy callado. Paramos en un semáforo, rayos eso nos estaba retrasando. Él comenzó a intentar consolarme. Lo abracé muy fuerte, mientras lo escuchaba.
-Perdón, sabía que esto iba a pasar, te tengo que explicar algo. Pero por favor no me odies.
¿Qué me tenía que explicar? ¿Cómo él sabía que eso iba a pasar? No entendía nada, tenía miedo, mucho miedo. Ahora definitivamente no estoy segura si debo confiar en él. Llegamos a mi casa, yo estaba temblando, apenas podía caminar, pero ya me estaba preparando para lo que me iba a encontrar en la casa.
-¿Abuela? -mi voz entrecortada por haber estado llorando-.
Llamé a mi abuela, repetidas veces, no la encontraba por ninguna parte. No había rastros de sangre, muebles rotos, o si hubieran robado algo. Seguía buscando a mi abuela, me encontraba muy desorientada y agitada. Mientras Eric me repetía "Ella no está aquí, Pau, se la llevaron". No podía más con esto, me tiré en un rincón y comencé a llorar. Él me miraba, no me gustaba que me miren cuando lloraba, pero él no dejaba de mirarme. En sus ojos había algo nuevo, ¿compasión? ¿Lástima? ¿Amor? Dejé de sollozar, y me armé de valor para hablar con él.
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¡Hola! Bueno, acá les traigo el segundo capítulo, como no activé la historia desde hace mucho tiemo voy a tratar de subir el capítulo siguiente también hoy.
¿Qué sabe Eric? ¿Qué le pasó a la abuela de Paula? Y lo más importante, ¿cómo lo sabe Eric?
Les agradecería muchísimo si me dieran sus opiniones y votos, saludos. ♥
-Marly.
