¿Enamorado de la rockera? |J. C|

Capitulo 56: No acercarte tanto a mi

Días después de nuestra charla mi hermano me mando un mensaje avisándome que había abierto una cuenta bancaria a nombre de los 2 en la cual me iba a ir depositando mes con mes a lo cual yo le respondí que me parecía muy bien, después me recordó que me iba a ver a finales de este mes

Yo:

¿Vas a hospedarte en el mismo hotel?- le pregunte

Isra:

Si

Yo:

¿Cuántos días te vas a quedar?

Isra:

Quizá 2 ¿Por qué?

Yo:

Nada mas quería saber cuantos días te íbamos a ver

Isra:

Me encanta cuando hablas en plural

Yo:

Te queremos

Isra:

Yo también

Luego de esa pequeña conversación mi hermano y yo nos despedimos y una llamada entro y la conteste en cuanto vi en la pantalla el nombre de Manu

— ¿Quieres salir hoy?- me pregunto en cuanto conteste

— Me encantaría pero no puedo

— ¿Por qué no?

— Tengo una amiga aquí que necesita de todo mi apoyo hoy

— ¿y la próxima semana puedes?

— No se, pero si si puedo yo te hablo

— Okay

— Te quiero

— Yo también

— Bye

— Bye- colgué la llamada y me puse a observar a mi amiga

Mili se veía tan indefensa, tan tierna que me daban gana de protegerla de todo, no se merecía que su hermano le hiciera lo que le hizo, igual que yo tampoco merecía lo que Daniel me hizo

— ¿No quieres que la pasemos a uno de los cuartos?- me pregunto Aldo

— No

— ¿Por qué?— pregunto intrigado

— Por que ya esta calmada y si e te ocurre cargarla para acostarla en una cama, no tengo ni idea de como vaya a reaccionar

— ¿Te identificas con ella?— me pregunto

— De algún modo si— respondi

— ¿Nunca has ido a terapia?

— Jamás

— ¿Por qué?— pregunto desconsertado

— Nunca les dije a mis padres lo que me paso

— ¿Te has intentado matar?

— Si

— ¿Cuántas veces?

— Muchas, pero 1 sola vez casi lo logro

— ¿Qué haces cuando te entran los ataques de acerté daño?

— En estos momentos los trato de controlar, pero si no fuera por todo lo que estoy viviendo ahorita los llevaría a cabo

— ¿Cómo te puedo ayudar?— pregunto preocupado por mi 

— No acercándote tanto a mi— fue mi respuesta

— ¿Por qué?

— No te quiero arrastrar conmigo a un mar de oscuridad