Prisma Mayhem

30.- Traicion y Cambio

"Adiós, Illya."

Un destello de luz. Un sonido ensordecedor que resonó en los confines del mundo. Un dolor agudo e intenso. Luego, dichosa, dichosa oscuridad.

Justo cuando aceptó agradecida el abrazo de la nada, la luz volvió a sus ojos, llenando su visión con el rostro de un hombre muy familiar.

"Adiós, Illya."

El hombre insensible apretó el gatillo, sumergiéndola en la oscuridad una vez más. Pero ese indulto, como las muchas muertes anteriores, duró poco; Antes de que pudiera recuperarse del dolor debajo de la barbilla, la enorme y elegante habitación había regresado, con sus enormes ventanas selladas que daban a una tormenta de nieve perpetua que la atrapaba.

Y luego estaba él. El hombre que la sostenía con un brazo mientras sus pequeñas manos se aferraban a él en busca de calor. El mismo hombre que, con la mano libre, le había apuntado con una pistola a la barbilla.

"Adiós, Illya."

Ligero. Sonido. Dolor. Oscuridad. Y una vez más, estaba de regreso en la habitación, en sus brazos, enfrentando al hombre que ya la había asesinado en innumerables ocasiones. Pero el hombre no era un extraño; de hecho, lo conocía bastante bien.

Ese hombre era su padre, Emiya Kiritsugu.

"¡Para para!" Se escuchó a sí misma jadear antes de apretar el gatillo, pero el hombre ignoró sus súplicas. Sin remordimiento ni expresión, el hombre había acabado con la vida de su hija tan fácilmente como respirar.

"¡¿Por qué haces esto ?! ¡¿Quién eres ?!" Gritó a las sombras. Pero sabía que no habría respuesta; Todo lo que la esperaba cuando la oscuridad se alejaba era el mismo escenario.

El dolor de su trasero golpeando el suelo interrumpió sus pensamientos, dejándola sin palabras por un momento. Durante lo que pareció una hora, se quedó sentada allí, esperando que esto fuera un error o un truco de algún tipo.

"Oww ..." se quejó, frotando su trasero mientras se ponía de pie. Si Ruby hubiera estado allí, probablemente habría dicho algo como '¡Caer sobre el trasero es un elemento básico de la Chica Mágica, por lo tanto, debes decir algo lindo como' ouchies ',' Illya-san '!'. Y por una vez, Illya realmente se encontró deseando que el Código Místico la molestara así de nuevo.

Pero Ruby no estaba allí. Incluso la versión asesina de su padre estaba ausente; esta vez, estaba sola en un largo pasillo de ese mismo gran castillo, que, por alguna extraña razón, no se sentía como el hogar de un extraño.

No reconoció nada dentro de ese espacio. Ni los grandes ventanales, ni los pilares de mármol y los jarrones de aspecto caro, ni los dibujos de la alfombra. Nada de esto le resultaba familiar en lo más mínimo y, sin embargo, al mismo tiempo, se sentía como en casa.

"Ya veo. Puedes verte igual, pero tu exterior es diferente, así que no te romperás como ella."

Illya giró tan rápido que casi se cae de nuevo. De pie en medio del pasillo, justo detrás de ella, había una mujer de cabello largo y plateado e iris escarlata. Su rostro era una copia exacta del de su madre, pero había algo en ella que se sentía ... extraño.

"¿P-de dónde vienes?" Preguntó Illya, retrocediendo unos pasos de lo que fuera que fuera.

"Estás resistiendo mucho más que ella", dijo la cosa. "Usted vivió su vida ideal durante mucho más tiempo que ella, así que parece que no lo cree tan fácilmente como ella".

"¡¿Quién eres tú?!" Preguntó Illya.

"Ahora, ahora", dijo la criatura con el rostro de Irisviel en su voz, dándole una sonrisa gentil. "¿Es eso de todos modos hablar con tu madre, Illya?"