Confiar

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Recuerdo que cuando era pequeña y le contaba un secreto a una amiga le decía "confío en ti" eso pasaba a los seis años; a los catorce cuando el círculo de amigos se reducía, confiar ya no era solo contar un secreto sino tirarse de un puente con los ojos cerrados y no dudar de que ese amigo te salvaría. Cuando llegas a la universidad confías en que en el examen entre lo que mejor te sabes.

A medida que crecemos y nos hacemos mayores nos damos cuenta de que confiar no es más que desear sin querer que sea un deseo. Confías en alguien esperando que ese alguien no te traicione. Incluso cuando se confía en uno mismo se espera no ser traicionado por el mismo. Confiar es una poderosa arma de doble filo, cuando confías muestras tu verdadero yo y muestras ese pedazo que a veces intentas ocultar porque no quieres sufrir.Por eso considero que la confianza no es algo que solo haya que ganarse, sino que con eso hay que valorarla y cuidarla diariamente.

Pensamientos de una adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora