Día 1 (Parte 2)

21 3 6
                                    

Capítulo 2

Las personas dentro del minimarket estaban aterradas, mientras que los infectados comenzaban a hacer caer la cortina metálica del almacén.

- ¡Hay salir ahora! - Gritó el hindú al tiempo que subía por las escaleras y el grueso de las personas le seguía, pero Clara corrió a la puerta trasera seguida por otros dos hombres y una mujer.

El chico fue el último en salir y cerró la puerta justo en el momento en que los contagiados se colaban al interior.

- Ahora estamos más expuestos. - Dijo uno de los hombres, de aspecto delgado y tez oscura. El otro hombre era más joven, poco más de veinte años, cabello rizado y rojizo, llevaba la mirada perdida, como si sufriera alguna discapacidad, la mujer en cambio, era la de mayor edad en el grupo y estaba aferrando su rosario con ambas manos. El chico parecía perdido, no sabía bien qué hacer ahora que estaban en la calle.

Por el rabillo del ojo, Clara vio a una persona caminar en dirección al almacén.

- Oh mí Dios, va hacía ellos. - Pensó Clara y avanzó unos pasos levantando sus brazos. - ¡Oiga detengase! - Le advirtió y la persona se detuvo en seco. El hombre delgado apoyó su mano en el hombro de Clara.

- No lleva cubrebocas. - Le dijo unos segundos antes de que se escuchara un grito que sonó a aullido y el sujeto comenzara a correr hacia ellos y al final de la calle, más infectados aparecieran, sumándose a la persecusión.

- ¡Por acá! - Indicó el de cabellos colorados y todos le siguieron, aún cuando veían que se dirigía nuevamente al frente del almacén, pero con esa horda corriendo detrás de ellos, no había mucho más tiempo para pensar otra alternativa.

Cruzaron la calle y Clara vio de reojo como la playa de estacionamiento del MiniMarket tenía algunos infectados, tan interesados en entrar que ni siquiera les notaron.

Rodearon la casa frente al negocio y el muchacho abrió una puerta de sótano en el patio trasero, por la cuál todos entraron apurados.

Se trataba de un espacio amplio, con mesa de billar, algunas máquinas de Arcade, una computadora con varias cámaras y micrófonos, TV y consola y muchos estantes con juguetes.

- Genial. - Exclamó el hombre delgado, revoleando los ojos e incomodando al muchacho. El chico en cambio, le dió dos palmadas al hombro.

- Hey, nos salvaste. - Le dijo y el joven sonrió. - Soy Milton. - Comenzó el empleado del MiniMarket. - Y ella es Clara ¿Tú? - Quiso saber y Clara le miró sorprendida de que supiera su nombre.

- Esteban. - Respondió con algo de timidez, Milton miró a los demás.

- Hugo. - Dijo el hombre de te morena.

- Mercedes. - La mujer del rosario y entonces regresó su mirada a Esteban.

- Muy bien Esteban ¿Es está tu casa? - Quiso saber y el chico asintió. - ¿Vives solo? -

- ¿Cómo va a vivir solo? Si se nota que es retrasado. - Comentó Hugo y Clara le miró con mala cara, mientras que Milton corrió a la puerta del sótano y se giró a ver a Esteban.

- ¿Tienes una llave? - Preguntó y el chico solo permanecía de pie, en mitad de su sala y frotando sus manos, muy nervioso.

Clara tomó las correas de una guitarra en la pared.

- Mis guitarras no. - Pidió Esteban, pero Mercedes se le acercó y le habló al oído. Clara le entregó a Milton las correas y ataron ambas hojas de la puerta entre si.

- Gracias. - Dijo él y ella asintió.

- Bueno, esto es una porquería. - Se quejó Hugo, apagando el TV, el cual solo servía para la consola.

- ¿Quién está arriba? - Preguntó Milton y el rostro de Esteban se iluminó.

- ¡Mis papás! - Gritó emocionado mientras corría a la puerta y Mercedes subió detrás de él, sujetandole justo antes de que abriera la puerta y ambos cayeron por las escaleras.

Mercedes se sacó de lugar el hombro y soltaba alaridos de dolor, que llevaron a Clara y Milton a asistirle de inmediato, perdiendo de vista a Esteban, que se ponía de pie y no llegó a subir, porque Hugo le inmovilizó.

Mercedes se quejaba de la falta de aire y se sacó el cubrebocas, lo que llevó a qué todos se alejaran de ella en un salto, pero nada pasó.

Esteban ahora gritaba como si fuera un niño pequeño, mientras Hugo luchaba por mantenerle quieto y arriba se escucharon pasos apresurados y un golpe seco a la puerta, que asustó a todos, menos al muchacho que gritaba con más ganas.

- ¡Va a atraer a todas esas cosas! - Gritó mientras forcejeaba con él, Hugo. - Hay que callarlo. - Agregó en medio de la pelea. - Hay que matarlo. - Sugirió helandoles la sangre y sus ojos fueron hasta una réplica de espada en la pared. - ¡Pasenme eso! - Pidió y Esteban gritaba más fuerte y comenzaba a ganar en el forcejeo.

Clara y Milton voltearon hacia la pared y vieron la espada colgada. El chico miró a Clara, incapaz de tomar una decisión. Mercedes se persignaba rogando una ayuda divina que no llegaría.

¿Qué harás para sobrevivir a esta pandemia?

Recuerda que tus acciones, también tendrán repercusión en la gente que te rodea.

Mercedes recordará que Asesinaste al muchacho o que le dejaste vivir.

Hugo recordará que le apoyaste o que estuviste en su contra.

Milton pensará que hiciste lo correcto salvandolos a ellos o salvando a todos.

Opción A: Tomas la espada para Hugo.

Opción B: No tomas la espada para Hugo.

Tienes tiempo hasta el 1 de Octubre, la historia se ajusta a las decisiones que tomes.

Zombid 19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora