Zombid 19

Día 66 Parte 2

Día 66 Parte 2

Los infectados estaban acorralando a Hugo y al otro lado de la calle hacían lo mismo con el soldado y la niña.

- ¡Trae gomitas! -

Recordó las últimas palabras de su hermanito y no pudo evitar imaginarlo en aquella situación.

- Clara, se están acercando, debes hacer algo. - Gritó Milton, sacándola del trance y Clara sujetó con fuerza el cuchillo encaminándose hacia los dos forasteros.

- ¿¡Qué haces!?- Gritó Milton y al girarse, pudo ver por el rabillo del ojo la mirada desconcertada de Hugo mientras era superado por los infectados, pero ya no tenía tiempo de cambiar de dirección y continuó avanzando.

- Corre. - Indicó el soldado a la niña, Clara la tomó por el brazo, mientras el soldado empujaba a los infectados.

- Por aquí. - Indicó la mujer, seguida por los dos forasteros, dió una nueva mirada a la acera en la cuál estaba Hugo, pero el hombre ya no era él, se estaba poniendo de pie, con el cubrebocas caído hacía un lado, sus ojos inyectados en sangre y odio, mirando al grupo de sobreviviente que cruzaba la calle para llegar hasta Milton y entonces, Hugo soltó un agudo alarido que parecía desgarrar los tímpanos de cada uno de ellos.

Clara tomó en brazos a Milton y le ayudó a colgarse de su hombro.

El soldado dió un certero y mortal disparo a la cabeza de quién otrora fuera Hugo, acabando con su alarido.

- Hay que salir de aquí. - Decía el militar disparando contra la horda. Clara ayudaba a Milton sin soltar la mano de la niña.

- ¡Por aquí! - Dijo encarando hacía la escuela que había dejado atrás hacia unas horas.

Entraron por la abertura que el soldado volvió a bloquear y permanecieron ocultos mientras los infectados pasaban de largo.

Unos minutos después, todo volvía a estar desértico y el soldado miró el establecimiento escolar.

- No sabemos qué podremos encontrar dentro. - Comenzó mientras revisaba sus municiones.

- No hay nadie, estuve esta mañana aquí. - Informó Clara y entonces la niña sonrió feliz y el militar se vió aliviado.

- En ese caso, será mejor que entremos. - Sugirió el joven uniformado, acercándose a Clara y Milton. - Yo le ayudaré. - Se ofreció y Milton comenzó a negar con la cabeza.

- Puedo solo. - Dijo tajante y avanzó detrás del grupo mientras cojeaba.

Aprovecharon la luz del día, para trasladar sillones, cortinas y todo lo que fuera de utilidad, hasta la sala de profesores y con los archivos y libros de asistencias, el soldado improvisó una fogata que no solo les mantendría calientes en la.noche, sino que además les proporcionaría algo de luz.

Milton se recostó en un sofá mientras que Clara permaneció junto al fuego con el soldado que calentaba sus últimas latas de guisantes en la fogata y la niña dibujaba con crayolas en una hoja en el suelo.

- ¿Cuál es tu historia? - Preguntó el muchacho arqueando una ceja, como para que ella indicara su nombre.

- Clara. - Completó su frase.

- ¿Y bien Clara, cómo Sobreviviste a esta locura? - Comenzó. - Con excepción de Lara. - Agregó mirando a la niña. - Y sus padres, no habíamos visto otros civiles con vida. -

Clara le había contado todo, desde la mañana en que despertó en su casa hasta el hallazgo entre las cosas del conserje de la escuela, pasando por el matrimonio Garrido y los asesinatos de Esteban y Mercedes.