DÍA 6: "NO ME DEJES"

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El cuerpo de Horacio estaba pálido, sus movimientos eran mínimos, Viktor no hacía más que tomar su mano y calentarla sobre la palma de la suya, los cansados ojos de Horacio lo miraron, el ruso le regaló una sonrisa.

- Vas a salir de esta – le dijo mientras acariciaba su mano con cariño

Cada día llegaba a la misma habitación, a veces haciendo turnos con Gustabo o Conway para quedarse por la noche, ya que Horacio detestaba quedarse solo, los exámenes no eran nada alentadores, el cáncer de pulmón había atacado con fuerza al muchacho, las esperanzas eran mínimas, pero se mantenían en pie, tenían fe en que el joven iba a poder recuperarse.

Pasaban las tardes conversando, tomando sus manos y haciéndose compañía, habían comenzado a salir hace poco menos de ocho meses, llevaban poco tiempo juntos, pero parecía que cada segundo lo vivían al máximo, se complementaban el uno al otro como nadie más lo hacía. Cada día Viktor le llevaba una flor diferente, ya que a Horacio le encantaban, además de darle un toque de color a la pálida y poco agradable habitación de Hospital alegraban el corazón del joven.

Era un miércoles por la tarde, había recibido noticias de que el joven había mostrado indicios de mejora, pero su cuerpo seguía igual de helado y su rostro igual de pálido. Y como siempre, el seguía sosteniendo su mano.

- Viktor – habló con dificultad el de cresta

- Dime – contestó mientras volvía a hacer movimientos circulares contra la mano de Horacio, en un intento de proporcionarle más calor

- Te amo – sonrió con debilidad, a Volkov se le había acelerado el corazón, una calidez se apoderó de su pecho haciéndolo sonreír como nunca

- Yo también te amo – contestó levantándose levemente de su silla para besar la frente del joven – ya verás que apenas salgas de aquí tendremos una cita – animó Viktor mientras acariciaba suavemente una de las mejillas de Horacio, evitando la máscara de oxígeno

Pero ese día nunca llegó. Hacía lo de siempre, acariciar su mano, hacerle compañía y decirle que todo estaría bien

- Hay un restorán nuevo en la ciudad – comentó el ruso mientras miraba con ternura a Horacio – Podríamos ir allí cuando salgas, me comentaron que venden ricos helados y que la vista es espectacular –

- Suena bien – respondió en voz baja, apenas moviendo sus labios

- Ya verás, te va a encantar, tiene muchas luces y se puede ver el cielo estrellado... podremos ver las estrellas mientras tomamos chocolate caliente – sonrió con ilusión el hombre, imaginándose un instante así de mágico con la persona que ama

- Te amo – dijo esta vez apretando levemente la mano del ruso, intentando aferrarse a él, su voz era débil, pero lo suficientemente fuerte para llegar a los oídos del ruso -

- Te amo con mi vida – contestó ilusionado el hombre

Sintió como poco a poco la mano de Horacio se fue soltando de su agarre, al inicio pensó que era un movimiento voluntario, que quería su mano de vuelta o algo, pero se preocupó al segundo que la mano de su pareja se volvió pesada, un ruido sordo llegó a sus oídos, un pitido, el alma se le fue del cuerpo, la desesperación lo llenó

- Horacio – lo llamó, el pitido seguía sonando – Horacio despierta – se levantó en un intento desesperado, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas

El cuerpo sin vida de su amado yacía frente a él, sereno, con la mirada en un punto fijo, sin brillo.

- Horacio no! , despierta, cariño – lo llamó tomando sus mejillas, entró en pánico, no podía ser este el momento, aún tenían mucho camino por recorrer, recién habían comenzado a construir sus planes, su futuro. Una enfermera se paró en la puerta de la habitación, solo observando lo que sucedía – POR FAVOR HAGA ALGO! – Intentó gritar en un intento desesperado. Pero muy dentro de él sabía que nada podría hacer ahora. – Por favor, no me dejes, no ahora – comenzó a sollozar en el pecho de su amado, aferrándose a él como si pudiera traerlo de vuelta – No me dejes...

Al parecer no todas las historias de amor tenían finales felices.

Volkacio Week #ClownVolkacierWeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora