[#3] Peleas de ¿pareja?

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Ya pasó un poco más de un mes desde que Lisa llegó a YG, y a su nuevo hogar.
Vaya que el tiempo se pasa rápido cuándo quiere.

Las chicas eran bastantes cercanas y se querían mucho entre todas, cada día ese cariño iba aumentando más y más.

Jennie y Lisa se han acercado mucho. Solo por ahora, no ha pasado nada más que eso.

Por otro lado, están Jisoo y Rosé... desde hace un tiempo se puedo notar la química entre ambas, y lo saben perfectamente, pero no se lo quieren confesar la una a la otra, porque temen la respuesta de la contraria. Pero por favor, se nota a kilometros que ahí hay algo más que una simple amistad.

- ¡Buenos díaaaaas! - se escuchó un grito que hizo que todas despertarán de un salto - ¡Es sábado, despierten! - se preguntaran quién era la que gritaba así un sábado a las 9am, Rosé, quién más podría ser.

- ¿Cómo gritas tan fuerte? - la primera en hablar fue Jisoo, con un tono algo enojado.

- Perdón- respondió discúlpandose con una sonrisa - ¿Cómo dormiste?

- Bien - le dio un abrazo bastante largo a la menor, disfrutando del contacto - ¿Y tú?

- Bien también... ¿Me acompañas a hacer el desayuno? - pidió con un puchero que la mayor considero exageradamente tierno, y negarse, se le hacía casi imposible.

- Bueno - le contestó a la menor, dándole un beso en la mejilla - Eres muy tierna.

En paralelo, Jennie y Lisa se encontraban aún acostadas mientras veían sus celulares.
Hasta que el estómago de la menor comenzó a rugir y esta decidió callarlo.

- ¿No tienes hambre? - le preguntó a Jennie para después levantarse de la cama de una plaza.

- Sí, mucha - respondió la mayor con la voz un poco ronca ya que estaba recién despertando.

- Vamos a comer entonces, ¿no?

- Vamos - sonrió mientras se levantaba y seguía a la rubia a la cocina.

El apartamento era pequeño así que no tuvieron que caminar mucho para llegar a su destino, donde se encontraban ya anteriormente Chaeyoung y Jisoo.

- ¿Por qué huele tan rico? - Lisa inmediatamente corrió a ver la comida que estaba siendo preparada - ¿Qué están cocinando?- preguntó la mejor, saltando de la alegría.

- ¿Y tú no dices buenos días, nueva? - dice Jisoo molestando a la rubia, esta le lanzó una mirada asesina de inmediato.

- Buenos días... te dije que no me dijeras así - reclamó, haciendo un puchero y sentándose en un banquito de la cocina.

- Deja de molestarla, Jisoo - advirtió Jennie, mientras sacaba leche del refrigerador para su café.

- ¿Y tú que eres?¿Su guardaespaldas?- Jisoo ahora también molestaba a Jennie, le divertía en demasía. El comentario logró que las mencionadas se ruborizaran - mira Rosé, ahora son tomates.- se rió fuerte esta vez, y la nombrada sonrió mientras negaba con la cabeza.

- Jisoo, deja de molestarlas. Solo se gustan - Rosé respondió con normalidad.

- ¡No! - Lisa y Jennie respondieron al unísono, nerviosamente.

- Sí claro, lo que digan... - continuó Jisoo con su bullying matutino.
Jennie decidió no dejar que su mayor la molestara de esa manera, quería ponerse a su nivel.

- Ustedes se gustan, no nosotras ¿cierto Lisa?- dijo Jennie, mientras cruzaba mirada con Lisa.

- ¡Sí! yo las shipeo - respondió orgullosa. Esta vez era el turno de Rosé y Jisoo de avergonzarse - ¡Chaesoo is reaal!

- ¿Ahora quienes son las tomates? - Jennie preguntó al ver a las dos chicas - Ganamos, Lisa - la sonrisa en su rostro se hizo presente.

- Solo por esta vez - Dijo Jisoo enojada.

- ¿No me responderan qué hacen de desayuno? - preguntó la menor alegre.

- No te vamos a decir - respondió Jisoo sacando la lengua de manera infantil.

- Madura un poco, Kim Jisoo- Jennie intervino, no le costaba nada decirle cuál era el desayuno, eso pensaba Jennie.

Y así se llevaron toda la mañana, discutiendo con bromas, risas, enojos y bullying de por medio.

El resto del día decidieron salir de compras con el poco dinero que tenían en su poder. Cuando llegó la noche, las chicas se fueron a casa y al llegar lo único que hicieron fue irse a la cama y dormir.

Es irónico, ¿no?
A veces los sentimientos de otra persona hacía nosotros son tan obvios, pero, aún así no nos logramos dar cuenta ¿es que acaso somos estúpidos?¿O tal vez solo un poco ciegos? En mi caso si soy un poco ciega, pero los lentes lo arreglan...

Algo que no se puede negar es la rabia que da cuando te da miedo confesarte a alguien porque piensas que no te corresponderá, y se queda todo ahí. Con el tiempo los sentimientos se desvanecen y después te enteras que también le gustabas a esta persona, y que pudieron serlo todo pero gracias a tu miedo, junto con el de la otra persona, se quedó en nada.
Mi llamado es a que tengan miedo, pero que eso no les detenga. Con miedo o sin miedo, amen, digan, sientan. Que eso es lo que le falta a este mundo.

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Our Love Story|| Jenlisa •||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora