El uno donde dos se convirtieron en tres

Capítulo 32

"Por favor, no digas que tú y Kara están haciendo esto por sexo", suspiró Alex mientras entraba al apartamento.

"Los voy a poner en el dormitorio de mi hija", siseó Lena, tomando las bombillas de Alex.

"¿Qué te puso de mal humor?" Alex se río.

"Kara y Milla están flotando sobre las afueras de la ciudad, volando lentamente y no sé qué está pasando", suspiró Lena, conduciendo a Alex a la habitación de Milla después de tomar un taburete.

"Te preocupas mucho", bromeó Alex.

"¿Qué estás pensando ahora?" Lena la desafió.

"No sé a qué te refieres", se encogió de hombros Alex.

"¿Cuál es el pensamiento principal en tu mente?" Preguntó Lena, volviéndose para mirar a Alex y empujó la puerta de la habitación de Milla de espaldas.

"Jamie", murmuró Alex, "y el hecho de que Maggie mencionó que quería otro y que quería llevar".

"¿Maggie quiere llevar?" Lena se río sorprendida.

"Sí, ella dijo que quería ese vínculo biológico como el que tengo con Jamie", Alex se subió al taburete que Lena había dejado y sacó un destornillador para deshacer lo que cubría las bombillas. "Y ahora siento que podría sentirse excluida", Alex le pasó la tapa a Lena y fue a desenroscar la bombilla.

"Quizás no se quede fuera, más no se necesite", sugirió Lena.

"¿Qué quieres decir?" Alex preguntó, pasándole la bombilla vieja y tomando una nueva.

"Jamie obviamente te necesita para comer, pero no necesita a Maggie de la misma manera".

"Sin embargo, eso está tan mal", objetó Alex de inmediato, casi dejando caer la cubierta que Lena le estaba dando. "Ella es la única que puede hacer que se duerma cuando es tarde por la noche y él se despierta y ella es la única que puede hacerlo reír en este momento. Solo me sonríe, lo que me ofende sinceramente ". Alex saltó del cubículo y se movió hacia una de las otras bombillas. "Definitivamente la prefiere, solo le agrado por mis tetas, que no es lo que quiero que mi hijo se salga con la suya", se rió Alex mientras comenzaba a encender la nueva bombilla.

"Así que dile eso", Lena se encogió de hombros. "Y también recuerde, según fuentes internas, usted es el único que puede hacer que duerma la siesta durante el día", sonrió Lena.

"Quizás deberías psicoanalizarte tú mismo", sugirió Alex.

"¿Por qué?".

"Porque ahora mismo tienes el mismo problema que yo y Maggie".

—No, no lo sé —protestó Lena en vano.

"Sí, lo haces. No te sientes necesitado ", Alex saltó del taburete de nuevo y se movieron hacia otra bombilla.

"Es el dominio de Kara, todos estos poderes y la comprensión de Krypton y todo eso, simplemente hablo el idioma".

"¿Estás ciega, Lena?".

"Suenas como Kara ahora", interrumpió Lena a Alex y recibió la famosa mirada de muerte.

"¿Has visto cómo te mira Milla? ¿Cómo se aferra a ti cuando está asustada, cansada o abrumada y te escucha incondicionalmente? Mira esta habitación, Lena. Construiste esa cosa de estrella para ella y las estanterías, Dios, nadie más que tú podrías haberle enseñado mejor sobre la Tierra. Fuiste la primera persona en no defraudarla y nunca lo has hecho. Eres muy necesario ", sonrió Alex, bajándose del taburete, habiendo terminado todos.