Siete

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Fue un día después del trabajo que iba despistada, pensando en todo y nada.

En todo menos en ti.

Me metí a la tienda de discos usados, a pesar de lo obsoleto que ya es.

Fue ahí que mis ojos entre Hoobastank y Birdy te vieron.

Quise camuflearme entre las revistas, pero fue demasiado tarde.

Tú ya me habías visto también.

Pasaron los segundos, contuve el aliento, detuve mis pies.

Entonces me sonreíste.

Y juro que iluminaste toda la maldita tienda.

Sentí que todo volvió a estar bien.

Después lo comprendí, sólo habíamos sido dos tontos demasiado nerviosos.

Mil millones de latidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora