Dieciséis

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Te visualicé como el hombre de mis sueños.

Aprendí que el enamoramiento nos ciega.

El amor, en cambio, nos lleva a ver siempre la verdad.

Con el paso del tiempo descubrí quien eras realmente.

Me enseñaste cosas que duelen.

Tus imperfecciones y tus virtudes.

Y eso no me detuvo.

Ahora no sólo estaba encandilada por cómo te veías,

Era lo que había debajo de ti

Tu alma frágil y herida, era lo que me atraía

Lo que me retenía a ti.

Mil millones de latidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora