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Ella húmeda bajo mi, recibía cada beso, cada caricia, la tenía dispuesta ante mi, sorprendida ante la idea de mi como hombre, lo había logrado, de pronto mi miembro guiado por la humedad de su intimidad presionó contra su entrada, trague en seco, mi cuerpo de inmediato se tensó y mi asustada mirada chocó contra la mirada expectante de ella, presionó el agarre de nuestros dedos entrelazados, acaso me daba valor?... entré, delizandome con lentitud - aahhh mnn - quedé atrapado entre el indescriptible placer de ser apretado en su interior y la fascinante excitación de sus expresiones mientras nos convertiamos en uno, solo cuando ya estaba por completo en su interior me di cuenta que había aguantado la respiración, al exhalar un gemido ronco brotó de mi, ¿cuál fue la respuesta? Sus piernas sujetando mis caderas, esto era la dicha, comencé a moverme y mi cuerpo se estremecía con cada estocada que le daba. Mis sentidos estaban entregados en recibir todo de ella, su piel tersa y sudada, sus movimientos envolventes, gemidos varios, ella reaccionaba y eso me fascinaba no podía apartar mi mirada de ella, quería tener más, saber más, quería todo de ella.

Tan concentrado como estaba en ella y lo que su cuerpo me producía note con asombro como ella llegaba al clímax, sus labios entreabiertos, sus parpados cerrados, su cuerpo vibrando, sus piernas apretandome. Me acerque y lami la comisura de sus labios deslicé mi lengua hasta introducirla en su boca, con el anhelo de extender su placer, no detuve mis embestidas más bien acelere el movimiento y la intensidad, ella volvió a envolver me con su cuerpo y a gemir con fuerza, aun sujetaba una de sus manos, pero su otra mano, su otra mano me sorprendió, pues se deslizó por mí abdomen para pasar a mi espalda, bajar y sujetar mi trasero, la presión que ejercía cada que yo empujaba sobre ella, me enloqueció, ella deseaba que fuera más a fondo, y yo cumpliría con sus deseos.

Me vine junto a su segunda vez, mi cuerpo se sentía satisfecho y muy cansado, pero aún tenía la fuerza necesaria para acomodar su extasiado cuerpo entre mis brazos. La felicidad comenzó a invadirme de súbito

-así que también tenías una sonrisa que no fuera burlona... Eso es nuevo - ni bien lo mencionó, se apoyo de su brazo izquierdo para sentarse en el borde de la cama, el tono de su voz era neutral, no sabía que hacer o decir, de hecho me sentía un poco perdido, tomó el borde de la sabana para cubrir su cuerpo y levantarse, pero cuando se había separado unos centímetros de la cama, solto un quejido, manteniendo una postura inclinada

-pasa algo? - no me respondió, inhalo hondo y se enderezó y caminó algo torpe hacia el baño, no obstante a mitad de camino volteo hacia mi

-que esperas para ayudarme? - me cuestionó y me levanté de inmediato, ya estaba más restablecido, al acercarme pude entender lo que le Estaba ocurriendo. La tomé en brazos y cargué

-duele mucho? No creí que en verdad podía pasar esto

-ni crii qui in vidid pidrii... Que falso

-ah? Me estas acusando de

-si, has planeado todo esto, verdad? Y ahora que? ¿Planeas dejarme invalida a punta de...

-no digas incoherencias tonta - la dejé en su tina y comencé a llenarla con agua caliente mientras ella mantenia un puchero en su rostro - no he planeado gran cosa, más que quedarme en tu casa, el resto es improvisado - solté calmado mientras vertia jabón y espuma para su baño, tenía varias cosas

-el frasco naranja - me indicó - es esencia de cítricos - lo mire y dude si usarlo - entonces el rojo - al observarlo vi la imagen de unas fresas - mejor? - no respondí tome el frasco y verti un poco en el agua - se siente bien.

Ella se recostó dentro de la bañera para aprovechar la calma que seguro le proveía el agua caliente, yo estaba de cuclillas y aun desnudo, no lo pensé mucho y entré a la bañera ignorando sus reclamos y me posicione detrás y debajo de ella, era inevitable al ser más grande que ella

-no importa, en serio no me importa - suspiro al final y suavizando su tono prosiguió - he tenido el día más agitado de todos - se acomodó sobre mi ignorando mi miembro que se endurecia por sus movimientos, hasta quedar prácticamente recostada con su cabeza apoyada en mi hombro derecho - trabajo de último momento, reuniones, un niño inoportuno e intenso

Se refirió a mi como "niño" ¿acaso aún me veía así?

-así que un niño...

-eyy que haces? - tome su cadera con ambas manos y la acomodé mientras me movía - mnngh no has tenido suficiente?

-y tú lo has tenido? - deslicé mi mano hasta su intimidad, mis dedos separaron los labios de su entrada, mi dedo índice se frotaba verticalmente rozando su clitoris que se endurecia, ella trataba de mitigar sus gemidos, pero era inútil su cuerpo la delataba - has tenido suficiente de este niño? - al decirlo me introduje en ella, cortando de raíz cualquier respuesta. La apegue a mi cuerpo mientras mantenia mis movimientos, su cuerpo húmedo ascendía y descendía al ritmo de su agitada respiración, bese su espalda, sus hombros, mordí levemente su nuca, se quejó pero no me detuvo, seguí con su cuello, besando y succionando, subiendo la intensidad de mis embestidas.

Nos venimos y ella perdió sus últimas fuerzas - esto es tan injusto - murmuró completamente agotada -mañana no podré caminar - se quejó pero me pareció verla sonreír. Tomé la esponja y comencé a lavar el cuerpo de la pelirroja con suavidad, aproveché para revisar su cuerpo, cada lunar, cada manchita, cada cicatriz me parecían adorable, como era posible ello.
La cargué fuera de la bañera nos sequé a ambos y la envolvi con una toalla, la llevé y recosté en la cama. Abrí su closet y busqué algo que ponerle, encontré unos shorts verde olivo con bordados dorados en los márgenes, la tela se sentía suave y fresca, la tomé junto a una camiseta negra con el estampado de un dragón.

Le coloqué la ropa y seque su cabello tanto como pude. Desde cuando yo albergaba tantas emociones ¿estaría mal si le tomara un par de fotos? salí del cuarto a la entrada aun envuelto en la toalla, tome mis dos maletas, las lleve a la habitación saqué un short y una polera y me cambié, tomé mi celular y le tomé unas cuantas fotos, tuve que cubrir mi rostro para frenar mis emociones que amenazaban con arrebatar mi cordura. ¡Ella está tan linda!
La cubrí con la manta más abrigadora que encontré y me dispuse desempacar, no había traído muchas cosas, algo de ropa, productos de higiene y libros de la universidad.

Al terminar me acosté a su lado abrazándola y caí rendido al sueño, al dulce sueño de por fin estar con ella.

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⏰ Última actualización: Oct 04, 2021 ⏰

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