(1) • Melanie •

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Melanie caminaba sin rumbo en una zona casi desértica, estaba alegré y triste al mismo tiempo, ¿Qué se supone que haría ahora?

Nada

Seamos honestos, probablemente ahora no tenía nada que hacer, escapó de la escuela en donde su padre la habia obligado a asistir antes de morir, y su madre había sido asesinada, no sabia nada de su hermana menor, y no sabía si tenía más familiares.

Soltó un suspiro antes de sentarse en una pequeña pared que había quedado casi intacta después de la catástrofe que ocurrió cerca de ese lugar, realmente tenía miedo, estaba varada cerca de la orilla del 2do páramo, lugar en el que se encontraba esa maldita escuela.

Sabía que irse hacia otro páramo era lo mejor que podía hacer en estos momentos, pero no sabía que habia más allá del desierto que seguía, su madre había explorado todos los páramos, y en sus palabras cada uno era un mundo distinto.

Sin más opciones en mente se puso de pie dispuesta a pasar hacia el otro lado de la gran barrera de metal que se encontraba más adelante.

Caminaba de nuevo, pero esta vez hacia un punto fijo, mientras pensaba que habría del otro lado, aún tenia puesto su uniforme y temía que si alguien la viera la regresaran al lugar del que se escapo, en estos momentos solo deseaba tener algo de suerte.

Cuando estuvo frente a frente con esa gran barrera de metal suspiró por tercera vez ese día para abrirse paso hacia el otro lado pasando por unas rajadas que este tenía, no eran muy grandes, pero si lo suficiente como para poder pasar sin muchas dificultades.

Lo primero que observó fue mas desierto, supuso que todos los páramos tenían una zona muerta cerca del final del mismo, por lo que caminó esperando ver a alguien o algo.

Después de unas buenas horas de caminar logro observar muchas luces, agradeció que fuera un ser capaz de usar magia y no morir por calor o deshidratación, aunque eso no signifique que sepa usar esta.

Una vez más cerca logró darse cuenta que estaba entrando a una especie de cuidad, nunca había visto una en la vida real, solo en libros y revistas, su páramo no era muy moderno en ese sentido.

Ella estaba muy sorprendida, perdida y emocionada, era de noche por lo que las luces de los edificios resaltaban bastante, aun así procuró mantener la guardia en alto, siempre pueden pasar cosas inesperadas.

Una cosa divertida de ella es el como pensaba que en cualquier momento alguien o incluso ella misma podría ser atacada sin aviso alguno, recordaba el como le habían dicho que era muy paranoica muchas veces, y el como eso no cambio su forma de ser y pensar.

Una de las cosas que mas le llamaban la atención era la extraña aura sombría que había en todas partes, era simplemente interesante, eso no quita el hecho de que también es espeluznante, esperaba poder recordar esa sensación para siempre, si bien sentía algo parecido en su antigua escuela, eran muy distintos, no sabía si esa aura era del páramo, de las personas o del lugar específico donde estaba, pero no le importaba, la mayoría de las cosas en ese momento no le importaban.

Aunque eso si, las enseñanzas de su páramo hacía que sintiera la enorme necesidad de ayudar a cualquiera que lo necesitará, seguía en un debate mental queriendo saber si eso era bueno o malo.

Mientras observaba todo a su alrededor escucho gritos cerca de un callejón, se pregunto rápidamente por que nadie se mostraba interesado en ayudar a la persona que gritaba, ella se dio cuenta de como muchas personas solo escucharon y pasaron de largo, empezaba a creer que tal vez los otros páramos no eran nada parecidos al suyo.

Decidida empezó a acercarce al lugar donde provenían los gritos, empezó a distinguir que la mayoría solo eran de "alejense malditos gusanos" y "largense". Encontró a una chica con probablemente 2 o 3 años más que ella, 3 señores la estaban acorralando, la joven solo se mostraba fastidiada, portaba un vestido negro con cadenas y unas largas medias, lo que mas resaltaba era la bufanda negra y las flores alrededor de su cuerpo, ''¿Será cómo yo?'' Pensaba Melanie. Antes de que al menos tuviera la oportunidad de acercarse, la muchacha le dio un golpe en el estomago a un señor, los otros se mostraron enojados, logro darles un codazo y un puñetazo a los dos que quedaban, para seguidamente retirarse como si nada.

Melanie, algo desconcertada solamente se retiro de ahí despues de que la otra chica se fuera. No podía pensar muy bien debido a la reciente experiencia.

Después de caminar unas cuadras más volvió a ver a la misma joven justo antes de que esta entrara a una pequeña casa, cuando esta se dio cuenta de su presencia solo se le quedo mirando, como si la inspeccionara.

En ese momento Melanie noto más sus rasgos faciales, una larga cabellera negra, unos ojos color rubí y un tono de piel mas oscuro que el suyo, noto como su vestido era demasiado corto para su gusto, tambien noto el como llevaba unas especies de mangas iguales a sus medias, y unas lindas pulseras azules complementaban su atuendo, la bufanda era incluso más larga de lo que creía, y antes de que pudiera empezar a analizar en como eran las flores de su cuerpo simplemente entro a la casa.

Ese páramo era muy interesante, si alguien se vistiera así en el suyo sería un año de cárcel, le sorprendió bastante, sorprendentemente le recordó a alguien que conoció hace un tiempo, alguien a quien quisiera olvidar, alguien que suponía estaba muerta, alguien que nunca la dejaba dormir...

•Páramos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora