Subía aquellas escaleras lentamente, temerosa de que se rompieran, se dirigía hacia la habitación asignada para descansar lo que se pudiera, después de entrar a aquel establecimiento logró pedir una habitación con el dinero que le quedaba, afortunadamente decidieron que se veía muy miserable como para dejarla afuera.
La gente en aquel lugar era muy interesante, si bien había personas bastante groseras se podía encontrar otras amables, o lo mas que se podía, eran amigables a su manera, eso ya era lo suficientemente bueno.
Dormito lo que su cuerpo le permitió, se levantó cerca de las 7 de la mañana, y tenía hambre, no le sorprendió, suponía que su cuerpo le exigiría comida después de un tiempo sin ingerir alimento.
Decidió no pensar mucho en ello mientras salía de aquella habitación para dirigirse a la entrada del establecimiento.
Salió de aquel lugar lista para buscar algo de comer, no le importaría robarlo de ser necesario, de todas formas, no tenía una reputación muy buena o algo por el estilo.
(...)
Se dirigió hacia una pequeña tienda, lo que había comprado el día anterior lo consumió antes de dormir, supuso que eso realmente no era nada para su estómago debido a que pasó varios días sin comer.
Una vez dentro decidió comprar algo que no veía hace mucho, una manzana, casi no había frutas en su páramo por lo que no desaprovecharía esa oportunidad.
Compro 2 junto con una botella de agua, si bien tenía mucha hambre sabía que su estómago no soportaba mucha comida, una de las principales razones era la forma tan extraña con la que los alimentaban en aquel páramo al que pertenecía.
Sin realmente nada que hacer se sentó en algún lugar y empezó a comer, sin embargo empezó a cuestionarse que hacer con respecto a su ropa. Llegó a la conclusión de que compraría alguna tela y ella misma se haría un vestido, en su vida había utilizado un pantalón, y por está razón no sabía hacer uno.
Con esa idea en mente terminó de comer dispuesta a ir por esa tela negra.
(...)
Después de conseguir aquella tela que tanto anhelaba regreso al establecimiento en el que se quedaría de momento, no podía esperar a cambiarse de ropa.
Terminó aquella especie de vestido negro, conservó la camisa blanca por si la necesitaba después al igual que aquel detestable uniforme, pensó en la posibilidad de conseguir algunas medias, pero más importante vendajes, sabía que era probable lastimarse en algún punto y quería estar preparada con anticipación, de nuevo, intentó no divagar para contemplarse en aquel espejo hecho de magia, agradecía que en aquella institución le hayan enseñado a hacer este que parecía totalmente innecesario en aquel momento, y si bien sabía que no le sería de utilidad en otra ocasión, simplemente no pensó mucho en ello.
Mientras seguía observandose en aquel espejo pudo notar aquellas detestables rosas que sobresalían de su piel, era muy mala en la magia y lo sabía, pero aún así intentó esconderlas.
Afortunadamente logró que aquellas flores se metieran bajo su piel logrando que no se vieran, sin embargo dolió como el infierno, se convenció de que valió la pena para salir y buscar algún trabajo o algo parecido, sabía que definitivamente ocuparía uno para ganar algo de dinero he intentar sobrevivir en aquel páramo, aprovechando para ahorrar por si daban con su ubicación obligándola a moverse.
Mientras recorría el lugar en busca de un empleo se dio cuenta del como realmente aquel lugar no era tan malo, permitiéndose relajar aunque sea un poco.
(...)
No sabía como pero había conseguido trabajo, después de analizar la diferencia entre los precios y el uso de la moneda en ese páramo que en el de su nacimiento, dedujo que la paga que ofrecían le serviría para, al menos, alimentarse y tener un lugar donde vivir.
Ella se conformaba con eso, sólo se tenía que acostumbrar a los horarios y a las personas en si, no sería muy difícil pero tampoco lo conseguiría muy rápido.
Suspiro por primera vez en el día mientras pensaba que cenaría, no tenía tanta hambre lo cual era bueno.
Decidió que compraría cualquier cosa que encontrará, empezaría a asistir a su empleo al día siguiente y no quería ser despedida, pues según lo que veía solían despedir a las personas si no eran suficientes en la primera hora de la jornada.
No entendía el como parecía que en aquel lugar los días no duraban nada, cosa que confirmó al encontrar un reloj, notando la falta de horas a comparación de los días en su paramo, según tenía entendido, en aquel páramo los días tenían una duración de 16 horas, en el suyo los días duraban 28 horas, causando un gran impacto en ella.
Después de debatir en su mente un par de cosas más simplemente compró una pera y siguió su camino hasta la habitación en la que se estaba hospedando.
Decidió dormir aquellas 5 horas de sueño que eran normales en su actual hogar, convenciendose mentalmente de que podía dormir tranquila y sin preocupaciones, si bien llevaba al menos 3 días en aquel lugar, no terminaba de acostumbrarse, por un instante se cuestionó como estarían sus compañeras en aquella institución que tanto odiaba.
Suspiro por, sorprendentemente, segunda vez ese día, sabía que las únicas personas con las que hablaba en aquella escuela eran bastante fuertes y se aseguraba mentalmente que no se morirían, o al menos eso quería creer.
Una vez dejó su pequeña preocupación de lado, o, al menos, lo más que pudo, se dispuso a cerrar los ojos y caer en los brazos del Morfeo.
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•Páramos•
RastgeleDespués de escapar busqué mi felicidad ×××××××××××× •Historia original con personajes propios. •Actualizaciones lentas. •☆Cualquier duda la preguntas☆ •☆Cuando tengo bastante motivación uno que otro episodio puede tener dibujos☆ •⚠︎Portada y título...