Deleite ✓

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La habitación no tardó en llenarse de suspiros, jadeos y gemidos agitados del castaño, preso de placer entre manos de una persona experta en hacerlo sentir bien.

El contrario detuvo los movimientos de su mano y después cambió a Xie Lian de posición. De espaldas sobre la cama, el castaño sintió una humedad en la punta de su miembro que lo hizo gemir despacio, pero necesitado. Como sólo la luz de la luna los alumbraba, el castaño pudo ver el rostro ajeno. Sus ojos estaban cerrados y tomaba su miembro con su mano mientras besaba el glande.

El concubino disfrutó el sabor salado en su lengua y metió todo el miembro a su boca, soltando un gemido ahogado por la excitación y la longitud. Movió su lengua en círculos de arriba a abajo hasta llegar a la punta y de nuevo hasta la pubis del castaño. Con su mano izquierda, se fue a los testículos y los masajeó.

"¡Haa...!" Xie Lian nunca había sentido tanto placer en su vida. Con un jadeo silencioso, movió su cabeza hacia atrás y tomó la cabeza del chico, acariciando su cabello mientras separaba más sus piernas y levantaba las caderas.

Ya había pasado el susto, así que...
¿Por qué no dejarse llevar?

Su boca alcanzaba todo el largo, por lo que con su lengua también se dirigió a las bolas y las lamió "Mmgh..."

De pronto, sintió un dolor en su parte trasera, pero la succión en su miembro hizo que soltase un gemido alto, acompañado de su liberación.

Sus piernas temblaron, no tuvo tiempo de advertirle al concubino, pero parecía no importar, porque el chico no se alejó. En cambio, sólo chupó más a fondo y tragó.

"Espera...yo también quiero hacerte sentir bien." con la poca fuerza que quedaba en sus brazos, empujó al concubino hacia atrás y se sentó de rodillas frente a él.

Xie Lian buscó el miembro ajeno entre la oscuridad y lo tomó con su mano temblorosa. Acarició el ancho de arriba hacia abajo con movimientos lentos y se mordió el labio, mientras susurraba "Es grande."

El concubino gimió largo y echó su cabeza hacia atrás "¿Eres virgen?"

"...Sí."

"Haremos que tu primera vez sea especial..."

•          •          •

Sus botones rosados eran lamidos por una cálida lengua, dejando caminos de saliva por todo su pecho y haciéndole cosquillas en el abdomen.

La habitación estaba iluminada con una lámpara de luz suave, creando el ambiente perfecto para esa noche. Su concubino le hizo lamer un consolador de tamaño grande, y él lo disfrutaba muy a gusto.

Después de que fuera preparado por tres dedos ajenos y lubricados, haciendo que su interior se acomodara y acostumbrara al dolor, el pelinegro metió poco a poco el juguete sexual dentro suyo.

"Oh dios..." Suspiró por el placer que obtuvo, sus mejillas se calentaron y su mente se distorsionó por el deseo.

Su concubino comenzó con mover el consolador lentamente, para que Wei Ying se acostumbrase, fue el gemido de aprobación que hizo éste para que presionara un botón y el juguete comenzara a vibrar.

"¡Oh dios! ¡Ahhh!" Sus ojos se cerraron con fuerza y su boca quedó abierta. Separó más sus piernas y arqueó su espalda "¡Ah, se siente tan bieeen!"

Al ver la satisfacción del menor, el pelinegro se inclinó y tomó el miembro duro del menor, moviendo su mano de arriba a abajo, despacio y lento, a su propio ritmo. Dejó el consolador quieto pero temblando en su entrada y se concentró en acariciar sus pezones y miembro.

Mansión Paraíso. [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora