Jardín Gardenia ✓

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11:30 a.m

"¿Sabían que la piña, el mango y frutilla mejoran el sabor de...la leche?" Comentó Wei Ying, tomando su té con canela.

Xie Lian respondió mientras cortaba su panqueque cubierto de mermelada "Claro, así como el chocolate. Es muy deliciosa, pero la prefiero sólo blanca."

Shen Qingqiu sonrió y mordió sus labios antes de soltar una carcajada, él entendió perfectamente lo que quiso decir el pelinegro, pero Xie Lian era un caracol cuando se trataba de indirectas.

Wei Ying tosió y dijo "No, no. Me refiero a que... cambia el sabor de los fluidos en el sexo."

El castaño se atoró con el trozo de panqueque que estaba a punto de tragar y los cubiertos cayeron al piso. Intentó tomar aire pero el bocado seguía ahí. Se llevó las manos a la garganta y se paró de su silla.

Shen Qingqiu y Wei Ying se levantaron a ayudarlo, pero antes de que pudieran ponerle una mano encima, unos fuertes brazos se entrelazaron entre su estómago y apretaron fuerte, haciendo que Xie Lian al fin lo escupiera.

San Lang tomó un vaso de agua de la mesa y se lo dio al castaño, este último tragó hasta la última gota y finalmente se secó unas cuantas lágrimas.

"Gracias..." Habló con voz rota, su garganta picaba y aún le faltaba un poco de aire.

"Gege debe masticar bien antes de tragar. ¿Tiene acaso mucha hambre?" Preguntó el pelinegro sobando su espalda.

Shen Qingqiu habló "Sólo conversábamos de un tema que a nuestro Dianxia le es difícil...digerir."

Xie Lian se sonrojó, recordando lo que pasó el otro día en la cocina; Él y San Lang habían comido muchas frutas, entre esas la piña. Momentos después el pelinegro se encontraba muy satisfecho lamiendo todo su cuerpo, chupando todo lo que salió de él.

San Lang tragó todo, lamiendo hasta lo que quedó en la comisura de sus labios y diciendo "Tan dulce..."

Si no fuera porque ya escupió el pedazo, se habría ahogado de nuevo.

Había pasado un tiempo desde que los chicos habían llegado a Mansión Paraíso. Su tiempo de estancia en aquel lugar había durado lo que tenía que durar. Hace tres días que los chicos debían volver a su casa, pero Shen Qingqiu y Wei Ying sólo hacían ojos ciegos al respecto. Por otro lado, Xie Lian se sentía incómodo.

Estaban quedándose gratis en un enorme lugar con todos los buenos servicios, sin gastar un solo peso. Era algo que al castaño le disgustaba, él respetaba mucho los horarios y reglas. Debía hacer algo pronto antes de que fueran echados sin »dignidad« de ese lugar.

Después del desayuno, el castaño y su concubino se dirigieron a Jardín Gardenia. Un área de bien cuidado y verde césped, rodeado de árboles grandes. Lo especial de este lugar es que hay pequeños lugares donde descansan estas blancas plantas, regadas todos los días y puestas un determinado tiempo en sol y sombra. Así, sus claras y llamativas hojas crecen sanas y atractivas a la vista de los hospedantes.

Como las Jazmín Del Cabo, Gardenia Tahitensis y Magnolias están también en todas áreas verdes, el jardín se ve ordenado y limpio. Además de unas estatuas de piedra tan bien talladas y fuentes de agua, este lugar es perfecto para dar paseos nocturnos o leer un libro en paz.

Xie Lian pensó, que era el momento perfecto para decirle a San Lang que se iba mañana. Lo hablaría después con sus amigos y organizarían una despedida adecuada y bien merecida. Después de todo, no se verían nunca más.

Se sentaron bajo la sombra de un Platanus Occidentalis. Uno al lado del otro, con ambas cabezas juntas y con la tranquilidad que tanto se anhelaba. Ambos tomaron sus manos, inhalando y exhalando aire fresco. Otros pares de parejas paseaban por ahí, prestando atención a sus propios asuntos.

¿Por qué algunas personas se distanciaban tanto de sus concubinos? Ahora que lo pensaba, San Lang era hijo de la dueña del lugar, eso decía que él no era un concubino sino más bien, último heredero de la mansión.

¿Entonces qué hacía esa noche en su habitación, esperando por él? ¿Y por qué especialmente a él? Si a él le hubiera tocado otro número de habitación, San Lang hubiera estado...con alguien más. Esa era otra preocupación que habitaba en su pecho y mente, pero no era momento de pensar demasiado.

Esperó unos momentos antes de levantarse y sentarse cómodamente en el regazo del pelinegro. Admiró su rostro perfecto y hermoso, parecido al de un ángel. Bajó su mirada hasta sus labios y sin pensarlo, tomó sus mejillas con ambas manos y dejó un corto beso en estos.

No quería dejarlo. No podía. Si él se iba, San Lang podría enamorarse de alguien. Y no de él.

El ojinegro notó sus ojos perdidos y sentimentalmente tristes. Quitó las manos del castaño de su cara y las bajó, acariciando con su pulgar sus suaves y heladas manos.

"¿Pasa algo, Gege?" Preguntó.

El contrario volvió de su estado en trance y sacudió levemente su cabeza "No..."

"Está bien, te escucho." Insistió el pelinegro. Regalándole una mirada y unos oídos atentos.

"San Lang yo..." Comenzó.

•         •        •

"¡Rápido, escúpelo!" Exclamó Lan Zhan.

"Ya me lo tragué." Confesó Wei Ying mostrando su lengua sin un rastro de esperma del contrario. (Ay, me dio cosita escribir eso juju)

Ambos se habían escondido detrás de un arbusto, evitando las miradas curiosas de los demás. Después de que Wei Ying volviera a casa, ya no podría disfrutar de una buena relación sexual. Por lo que hoy era su último;

Todos los días, son todos los días.

La regla que a Lan Wangji se le ocurrió el primer día que estuvieron juntos. Obviamente, como cliente y concubino. Nada romántico como pareja. Nada. Obvio. Nada. Nada. Nada.

Wei Ying "Nada."

Lan Zhan "¿Qué?"

Wei Ying "...Nada." Su teléfono vibró y lo tomó de su bolsillo, Era Shen Qingqiu.

Le dio un beso en la mejilla al pelinegro antes de pararse y contestar con una mano en la cintura sin darse cuenta que las orejas del contrario se habían teñido de rojo "¿Holo?"

Se escuchaba agitado desde la otra línea "Acuérdate, del...favor."

"¿Cuál?" Frunció el ceño.

"Ya sabes...¡Ugh! Como lo planeamos..." Escuchó un jadeo del otro lado de la línea y se ruborizó. Que acto tan indecente comete éste.

"Ehhhh...claro." ¿Qué favor?

¡Claro! ¡Ese favor! Era obvio que en algún momento debían irse de aquí, por lo que recordando su conversación de la otra vez con Shen Qingqiu, puso manos a la obra.

"¡Ah!" Se escuchó un gemido alto y cortó.

🍒

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Mansión Paraíso. [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora