Sábado

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Llegó el gran día.

Sentía que mi corazón en cualquier momento iba a explotar.

Desperté muy temprano, apenas podía desayunar, estaba tan nerviosa que mi cuerpo rechazaba la comida.

Me desnudé y entré en la ducha, usé ese jabón de Johnsons que tanto me gustaba. Salí de la ducha envuelta en una suave toalla azul.

Intenté ponerme lo más guapa que podía. El concierto sería sobre las 7 p.m así que tenía tiempo de mentalizarme de todo lo que ocurriría ese día.
Me puse una falda negra suelta, un top lila con un suéter delicado y unas sandalias de tacón discretas.

Dudé mucho si debía escribirle o no a Garrett, pero finalmente pensé que él era quien me necesitaba ese día, sabía que agradecería unas palabras de ánimo, así que decidí enviarle un mensaje.

"Hoy es el gran día, G. Se que ahora mismo estás nervioso, y probablemente estés agobiado intentando que el resto de la banda no lo note. Pero confío en ti, y sé que ellos también, será un concierto genial. ¡Ánimo!"

Unos cinco minutos después me contestó, con un mensaje simple pero con mucho valor. Típico de Garrett.

-Eres la mejor. Gracias por todo esto.

Sobre las 6 p.m, cogí el tren para ir hasta la sala del concierto. Al llegar había unas 40 personas en la fila. No quería esperar una hora en la fila estando sola, era una situación un poco incómoda para mi. Así que decidí dar una vuelta por los alrededores. Mientras caminaba no podía dejar de pensar en lo nerviosa que estaba, mi corazón iba a mil por hora y me temblaban las manos.

Cuando faltaban quince minutos para que comenzara el concierto, entré en la sala. Como pude, me abrí paso hasta una esquina del escenario. El lugar estaba bastante lleno, pero no tanto como para agobiarme.

De repente las luces se apagaron y el escenario se iluminó. Empezó a sonar música, Garrett aún no había salido al escenario. Dos minutos después una chica rubia de la banda, comenzó a tocar una melodía en el teclado que me resultaba familiar.

De pronto estaba ahí, Garrett salió y la gente empezó a aplaudir y gritar. No pude evitar emocionarme. Empezó a cantar y no pude pensar nada más, estaba en blanco. Era como si en ese momento el mundo entero hubiera desaparecido y solo estuviera él sobre el escenario y yo desde abajo escuchando su voz.

La noche que conocí a GarrettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora