12° Ingenuo

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Camino a casa me invadió el pensamiento una pregunta.

—¿Le habré gustado?

Llegué a casa con una mala sensación y lo primero que hago es mirar el celular, ningún mensaje de Andrea.

Me metí a la ducha, no dejaba de pensar en todo lo que había pasado.

—Habrá sido un error juntarme con ella – pensaba mientras caía el agua encima de mí.

He tenido tantas malas experiencias en mi vida amorosa que no quería que nada se volviera a repetir, esta vez no deje que el pasado me atormentara, por eso me junte con ella, quería gustarle, no que me rechazará, tenía miedo.

Luego de la ducha me tiro a la cama y espero un mensaje de Andrea, no llegaba, estaba nervioso, cuando de un momento a otro suena mi celular.

—Graciasssssss – escribió Andrea

El libro que le regalé le había encantado y estaba muy feliz con el.

—Sabía que te gustaría – le escribo de vuelta.

Es cierto, conociéndola sabía que le iba a gustar.

—Cuando tengas tiempo, llámame – le escribo.

Quería oírla de nuevo, ya la extrañaba.

—Te llamo ahora – me responde.

Una sonrisa brotó de mi rostro mientras sonaba el celular.

Me alegró oírla nuevamente, no dejaba de darme las gracias por el regalo que le hice, se oía tan feliz y agradecida, yo estaba feliz pero aún me invadia el pensamiento.

—¿Le habré gustado?

—Quiero hacerte una pregunta – le interrumpo.

—¿Puedo adelantarme a los hechos? – me responde.

—¿Como? – le digo confundido

—¿Tiene que ver con tus anteriores malas experiencias? – me dice.

—Sí – respondo mientras suelto una ligera sonrisa incomoda.

—¿Te sigo encantando? – le pregunto con miedo a su respuesta.

—Obvio que sí – me contesta con una voz tan tierna como nunca escuché antes.

En ese momento era la persona mas feliz del mundo.

—¡No lo puedo creer dijo que...! – pensé exaltado.

—¿Y tú? La misma pregunta pero ahora para tí – me dice interrumpiendo mí pensamiento.

—Por supuesto, tú sabes lo que pienso, no me importa si te falta una pierna, un brazo o incluso si no puedes caminar, me vas a seguir gustando tanto como siempre – le respondo sin pensar.

—Me hace feliz oírlo – me dice.

La llamada se basó en lo que había sido nuestro encuentro, hablamos sobre los gestos que tenía cada uno y de lo nerviosos que estábamos los dos. Cuando estuvimos juntos noté que Andrea tuvo un pensamiento pervertido en su cabeza, se notaba por la forma en la que me miraba y esa sonrisa malévola en su cara.

—¿Que fue lo que malpensaste mientras hablábamos hoy? – Le pregunté.

—¿¡Yo!?, ¡Estás alucinando! yo jamás pensaría algo como eso – me responde haciéndose la desentendida pero dando por hecho que sí lo hizo.

Después de todo la conocía y sabía que tipo de cosas podrían pasar por su cabeza, lamentablemente no quiso decirmelo y me dejo con la gran duda, de la misma manera a cuando me dejaba excitado solo por su diversión.

Cuando se durmió ahí estaba yo, escuchando como respiraba cerca del micrófono a la espera de seguirla en el sueño.

El Mismo Demonio Con Carita De AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora