Andrea aparcó en la entrada del hospital. Su novio, Alberto, abandonó el coche. Este tenía que recoger su medicación. A los pocos minutos, desde su asiento, vio a un hombre salir del hospital y dirigirse hacia ella. Una vez en el coche, el desconocido comenzó a aporrear su ventanilla y a pronunciar palabras incomprensibles. Sus ojos desprendían un tono amarillento. Andrea, asustada, abrió la puerta del coche apartando al extraño hombre y salió corriendo a buscar a su novio.
Al entrar en el hospital, Andrea se mareó. No podía dejar que aquello le impidiera encontrar a Alberto. Se cruzó con gente corriendo, pero no podía distinguir sus caras. Finalmente llegó a la segunda planta, donde repartían la medicación. Pudo reconocer a Alberto gracias a su voz.
—¡Andrea! ¿Qué está ocurriendo? —Dijo asustado Alberto.
—No lo sé. Tenemos que escondernos. Algo grave está ocurriendo. —Se apresuró a decir Andrea tomando la mano de su novio.
Andrea, sin soltar a Alberto, recorrió parte de la planta hasta que encontró una consulta abierta. Entraron y cerró la puerta con pestillo. Encima de la mesa se encontraba una radio encendida.
«...última hora. Caos en las inmediaciones del hospital general. Según informan nuestras fuentes, decenas de personas parecen actuar de una forma extraña. Algunos testigos comparan los movimientos de estas personas con zombis...»
—¡Mira qué caos! ¡Está llegando el ejército! —Exclamó Alberto mientras miraba por la ventana que daba a la calle.
—Alberto, tengo la vista borrosa. No distingo lo que pasa allí afuera. No me encuentro bien. —Contestó Andrea.
—¿Qué ha pasado, Andrea? —Preguntó Alberto.
Andrea le explicó todo lo que le había sucedido hasta encontrarle. En el exterior se escuchaban disparos y gritos. La radio seguía sonando.
«...nos confirman que los militares están abatiendo a toda persona que se comporta de manera fuera de lo común. Aléjese todo aquel que se encuentre por la zona. Está siendo una masacre...»
La pareja se sentó en el suelo con su espalda apoyada en la pared para protegerse de las posibles balas perdidas. De repente, se empezaron a escuchar golpes en la puerta. Andrea y Alberto se abrazaron con fuerza. Temían que las personas con comportamiento extraño les atacaran. Sería un milagro si los militares llegaran rápido para salvarles. La radio continuaba informando.
«... según ha confesado, se trata de un virus experimental que se estaba probando en ese hospital. Cambia el color de los ojos a amarillo y reduce la visión los primeros minutos. Pasada la media hora provoca un comportamiento agresivo en el portador. El ejército está acabando con la vida de toda persona sospechosa de ser portadora...»
Finalmente, la puerta cedió a los golpes. Eran los militares. Andrea y Alberto se miraron aliviados. Andrea, al volver la cabeza, se vio reflejada en el espejo de la consulta. Sus ojos estaban teñidos de color amarillo. Volvió a mirar hacia los hombres uniformados quienes no dudaron en apretar el gatillo.
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Retos de ciencia ficción
Ficção CientíficaRecopilación de relatos presentados a retos de ciencia ficción. Entre ellos se encuentra "Sabueso", ganador del reto 16 del perfil de ciencia ficción: https://www.wattpad.com/936731688-retos-de-ciencia-ficci%C3%B3n-reto-16-resultados