¿Es de noche o de día allí afuera? He perdido la noción del tiempo en esta brutal carrera a contrarreloj. Los últimos informes de inteligencia dejan poco lugar a dudas. El enemigo está cerca de conseguir el resultado esperado. Tengo que utilizar la presión a mi favor. Ante mí se encuentra lo que podría ser el arma definitiva. Con cuidado, guardo los viales en el contenedor de nitrógeno líquido y abandono el almacén.
Me dirijo a la sala donde se realizan los experimentos, mucho más grande que la anterior. Aunque me siento algo más liberado, no es comparable a la sensación de andar por las calles de la ciudad. En esta sala se encuentran cien pequeños compartimentos. Cada uno de ellos contiene un ratón al que se le suministró el virus unas horas antes.
No es posible observar el estado de los ratones sin abrir cada compartimento. Así pues, me dispongo a abrirlos en orden y anotar los resultados. El primer ratón ha conseguido sobrevivir, el segundo está muerto, el tercero también se encuentra muerto y así sucesivamente. Las anotaciones arrojan un resultado de cincuenta y siete ratones muertos y cuarenta y tres ratones vivos.
El nerviosismo invade mi cuerpo. Hasta ahora este ha sido el mejor resultado obtenido. Antes de volver a la sala de investigación, me doy el capricho de preguntarme por lo que están haciendo mis camaradas a varios metros sobre mí. ¿Estarán en las gélidas calles de Moscú? Visto así me siento arropado en el búnker. Antes de llegar a mi destino suena un molesto sonido y veo luces rojas parpadeantes a mi alrededor. La alarma.
Sin tiempo que perder corro a mi departamento de cinco metros cuadrados. Tanto soldados como civiles debíamos seguir la misma pauta en toda la ciudad. Cada persona debía estar aislada en un cubículo. La alarma deja de sonar y se escucha una voz ronca por los altavoces.
«Estamos bajo ataque enemigo, repito, estamos bajo ataque enemigo. Cada persona debe permanecer en su cubículo asignado, sin ninguna persona más, hasta nueva orden. Repito, una persona por cubículo».
No dejo de darle vueltas a la cabeza. Los estadounidenses nos han adelantado en la guerra fría. Han obtenido un virus cuántico antes que nosotros. Lo que hay que comprobar ahora es su efectividad. La voz vuelve a escucharse.
«Gran parte de las personas que se encuentran en la calle están muriendo. Nuestro servicio de inteligencia informa de un satélite enemigo observando la ciudad».
Las últimas noticias hacen que me estremezca. El objetivo de mantener a toda la población aislada, sin compañía, es que, en caso de estar infectado, no haya observador posible. Si uno está contagiado, se encuentra vivo y muerto a la vez, como mis ratones. Es una característica del virus cuántico. Una vez hay un observador, el virus se decide y puede matar a la víctima. En este momento, el satélite es el que está ejerciendo de observador, siendo el verdugo de tantos inocentes.
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Retos de ciencia ficción
Science FictionRecopilación de relatos presentados a retos de ciencia ficción. Entre ellos se encuentra "Sabueso", ganador del reto 16 del perfil de ciencia ficción: https://www.wattpad.com/936731688-retos-de-ciencia-ficci%C3%B3n-reto-16-resultados