Relatos de un Loco (VIERNES)

Día 16 (Un minuto más tarde)

Me despertó y tenía tanto hambre que me podía comer la casa entera...

- Querés bajar a comer algo, Rodri? - me preguntó Valeria, que estaba sentada escribiendo en algún diario o algo así. Tal vez ella tiene su propio diario.

- ¿Qué escribís?

- Nada. - Y guardó su cuaderno en el cajón de su mesita de luz. - ¿Querés comer algo o no?

- Bueno. Pero poquito. Estoy a dieta. - Mentira! Que mentira que me mandé!. Pero bueno quería parecer lindo y atractivo, y como qué hacía un esfuerzo para estar con ella

- Aaa si, y yo soy Miley Cyrus - me dijo irónicamente. Nos reímos. - Decime la verdad. Sé que debes tener hambre como yo.

- Como me conoces, eh jajaj. Tengo hambre de vos - La agarré aúpa y me la llevé como si ella fuera mi bebé. Pensé que pesaba menos. Casi me caigo de la escalera pero me hice el tonto y le mande un "Woohoo, mirá que te tiro eh" pero estaba sufriendo por dentro. Si nos caíamos iba a ser un desastre.

Llegamos a la cocina y Fede estaba tomando mate.

- ¿Todo bien Fede? - No esperaba encontrarmelo. Yo estaba en boxer y remera y ella estaba con una bata. ¿Que habrá pensado de mí?

- Acá ando, tomando mate, para no escucharlos a ustedes.

- Te dije que nos iba a escuchar - le susurré a Valeria en el oído.

- No importa - me respondió. - ¿Nos convidás un mate, Fede'

- Como no, mates para la parejita.

- Ey! - le gritó Valeria a su hermano - Tratanos bien.

- ¿Que los trate bien? Ustedes están locos. Vos Valeria viniste llorando el otro día a las 2 de la mañana, toda sucia y mojada, en un taxi, diciendo que este estúpido te había dejado pagando la cuenta y sola en el restaurant. Lloraste por días. Y después las veces que él vino acá a disculparse y lo sacabas a piedrazos. Y cuando...

- Basta! - Le gritó Valeria a su hermano. Yo estaba en una situación muy incómoda en la que no me quería meter.

- Saben que? Acá tienen su mate. Cébense ustedes, ¿O también vas a llorar por eso?

Federico se levantó de la mesa y se fue para arriba. Seguro que su habitación.

- Perdón por eso - me dijo Valeria.

- No pasa nada. Todos tenemos nuestros días de enojo

- No sé que le pasa.

- Yo sí sé. Se siente solo. Como me sentí yo en segundo grado de secundaria cuando te fuiste con Sebastian, y estaba solo. No tenía a nadie de mi lado...

- Mate? - me ofreció. Como un símbolo para que cambie de tema.

- Bueno