ocho

51 8 0
                                    




♥ · ♦ · ♣ · ♠

Mi móvil sonó. Otra notificación.

Deslicé hacia abajo la barra de notificaciones, había mensajes de Jimin y Jungkook. Preguntaban dónde estaba, parecen preocupados.

Suspiré y volví a bloquear el teléfono sin contestar, hasta que volvió a sonar, pero esta vez, era una llamada.

Miré de reojo el teléfono. Kim Taehyung.

¿Por qué tiene mi número y qué hace llamándome?

Esperé hasta que acabase de sonar sin contestar, hasta que finalmente, la llamada acabó.

- ¿No piensas contestar a nadie, eh?

Me giré por la voz repentina detrás de mi. Taehyung estaba de pie con el teléfono en mano.

Resoplé malhumurada y me levanté para irme, pero Taehyung me detuvo agarrándome de la muñeca.

- ¿Qué quieres ahora? - pregunté agresiva soltándome enseguida de su agarre. - ¿Vas a volver a pedirme perdón por ella? ¿O me vas a decir que deje de ser un estorbo?

La expresión de Taehyung era monótona, no cambiaba. Solo me miraba sin decir una palabra.

- ¿Qué vas a hacer ahora para complacerme? Ya que me has comprado un uniforme, ¿qué vas a hacer ahora? ¿¡Devolverme a mis padres!? - grité descontrolada. Estaba muy enfadada. Lágrimas se deslizaban por mi rostro.

Taehyung suspiró y alargó el brazo hacia mi, pero di un paso atrás.

- No necesito que me reconfortes... - susurré. Taehyung seguía sin decir nada, pero me miró sorprendido. - Mi madre... se dedicaba a limpiar casas de familias ricas...

- Hana... - Taehyung me miró apenado, su expresión decía que dejase de hablar.

- Sí... mi madre se dedicaba a limpiar tu casa, ¿recuerdas eso? - pregunté mirándole con ojos llorosos. - ¿Es por eso que has fingido no conocerme? ¿Tanta lástima te doy? ¿O es que no llego a tu nivel?

- Hana, deja de decir estupi-

- ¿¡Sientes lástima por mi porque sabes de mi situación familiar y económica!? - Taehyung resopló cansado y perdido, sin saber qué más decir. - ¡No necesito tu ayuda! ¡No te pedí que me comprases un nuevo uniforme! - empecé a quitarme la americana del uniforme, tirándola al suelo.

Intenté quitarme la corbata, pero Taehyung me detuvo con un abrazo inmobilizándome.

- ¡Suéltame! - exclamé intentando empujarle, pero no podía.

- ¿¡Y qué vas a hacer!? - me gritó sorprendiéndome mientras me agarraba de los hombros. - ¿¡Te vas a desvestir ahora!? ¿¡Y después qué!? ¿¡Te crees que tus problemas se solucionarán!? - su voz siguió alzándose cada vez más mientras me miraba cabreado.

Quedé en silencio sorprendida. Desde el primer día que le vi, o simplemente me ignoraba o me decía lo insoportable que era, pero nunca me había gritado, y menos así.

Pero... ¿por qué debería importarle?

- ¿¡Y qué culpa tengo yo, Taehyung!? - exclamé quitando sus manos de mis hombros.

Di media vuelta para irme de nuevo, pero volvió a agarrarme de la muñeca tirando agresivamente hacia él.

No pude reaccionar a tiempo, y lo primero que noté fue su rostro cerca del mío, y nuestros labios encontrándose.

Cerré los ojos al notar el contacto de su lengua tranquilizándome, hasta que Taehyung se detuvo y dejó apoyado su frente contra el mío.

- Lo siento mucho. - susurró aún con los ojos cerrados.

Me quedé en silencio. Estaba perpleja y no entendía nada.

¿Por qué... me ha besado?

Le miré unos segundos más. ¿Y si... me está utilizando?

Volví a empujarle y di pasos hacia atrás. Subió la mirada hacia mi sin decir nada.

- ¿Quién te crees...? - pregunté decepcionada.

Di la vuelta y esta vez, sí que me fui.


- ♠ -


Abrí la puerta con mis llaves sin avisar, y nada más llegar me quité los zapatos cansada.

- ¿Cariño? ¿Ya estás en casa? - preguntó tita asomándose al pasillo. - ¿Hana? - preguntó sorprendida. - Pensé que sería tu prima...

- Ya estoy en casa. - sonreí cansada mientras me dirigía hacia las escaleras.

Tita miró a la hora confusa.

- Pero... ¿no has llegado demasiado pronto?

- No me encontraba bien.

- Omo, no me digas, ¿qué te pasa? - preguntó colocando su mano en mi frente, pero la aparté con cuidado.

- Estoy mejor tita, pero quiero descansar. - sonreí.

Tita no dijo nada, mientras subía las escaleras hacia mi habitación.

Tiré la mochila al suelo y me senté en la cama, mirando hacia la ventana. Realmente estaba cansada.

Mis ojos se movieron hacia mi escritorio, donde había una foto enmarcada de mi y mis padres, cuando aún era pequeña.

Sonreí y cogí la fotografía.

- Os echo de menos... - murmuré con ojos llorosos.


- ♠ -



- ¡Hermanita! ¡A cenar! - escuché el grito de eonni bajo las escaleras.

Salí de la cama por fin. Había estado todo el día encerrada, ni siquiera comí.

Bajé las escaleras con pocas ganas, la mesa ya estaba preparada. Me senté con eonni y tita para comer.

Eonni se puso a hablar y a hablar, como siempre, mientras tita se reía, pero sus miradas se fijaban en mi al notar que estaba demasiado callada y decaída.

- Yah, ¿qué te cuesta avisar de que te habías ido antes? Si eomma no llega a decirme nada, habría estado esperando como una idiota. - me regañaba.

No contesté, no tenía ni fuerzas para ello.

Tita y eonni se recibieron miradas medio confusas por mi comportamiento.

- ¡Yah! ¡Contesta a tus mayores! - exclamó eonni. No estaba enfadada, lo hacía para llamar mi atención.

- ¿Es cierto que appa planeó suicidarse con eomma y conmigo? - pregunté en medio de la nada, sorprendiéndolas.

El silencio invadió la sala.

- ¿Q-qué dices? - preguntó eonni entre risas. - Debes de estar cansada, cena y vuelve a tu cuar-

- ¿Por qué no me lo dijiste? - pregunté esta vez a tita.

Tita me miraba sorprendida sin poder contestar.

Bajó los cubiertos dejándolos en la mesa, y alcanzó mi mano acariciándolo.

- Eras muy pequeña en ese entonces... no quería que te perjudicara...

Quité mi mano de su contacto.

- Yah, Lee Hana. - eonni parece haberse enfadado de verdad, pero me daba igual.

- Pensé que vosotras seríais las únicas que me ayudrían a seguir adelante... Todo es un infierno para mí fuera de esta casa... - dije con voz temblorosa. - Pero resulta que vosotras también... la única familia que me queda, me habíais estado mintiendo estos años...

- Cariño... - tita intentó tranquilizarme, pero me negué levantándome del asiento.

- ¿A vosotras también os doy lástima?

- Hana, es suficiente, ¿qué estás diciendo? - eonni me miraba desafiante.

Apreté los puños y corrí hacia mi habitación.

- ¡Hana! - escuché exclamar a tita, pero no me detuve.

- Déjala eomma... - escuché después a eonni. - Necesita tiempo, déjala.

• house of cards (s2) | kth •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora