11.

119 11 22
                                    

| Solo voy a decir una cosa...  No me maten, plis.

Un día antes del viaje de vuelta a Estados Unidos;

Ya habíamos empacado nuestras cosas, mañana nos iríamos devuelta a Estados Unidos.

Hoy me levanté con un mal presentimiento, me sentía como la mierda, solo esperaba que no pasara nada.

— Hija ¿sucede algo? —Preguntó mi mamá.

— Si, tengo un presentimiento, má. —Dije algo decaída.

—  ¿Un presentimiento? ¿Es uno bueno o malo? —Preguntó mi mamá curiosa.

— Malo, siento que algo malo pasará. —Respondí.

— No pienses ni lo sientas, quédate tranquila ¿Si? Nada malo pasará. —Dijo y asentí no muy segura.— ¿Quieres que te haga un té de manzanilla?

— Sí, por favor, mamá. —Respondí.

...

— Hija, despierta, vamos a la cama, luego te doleran todos los huesos. —Decía mi mamá despertándome.

Luego de haberme terminado el té que mi mamá me había preparado había caído en un profundo sueño.

— Mamá... —Dije estirándome.— ¿Y Jaehyun? ¿Ya se levantó? —Pregunté.

— Si, el salió a caminar un rato. —Dijo y asentí.

— Vino Jeno.

— ¿Jeno? —Pregunté y ella asintió.

— Si, vino a tomar té. —Respondió.

— ¿A tomar té? ¿Solo vino a tomar té? —Pregunté.

— Sí, bueno, hablamos y eso, de hecho el está aquí.

— Está bien. Mamá iré a comprar algo al supermercado, tengo ganas de comer golosinas. —Dije.

— Ay niña, tu y las golosinas. —Dijo quejándose.

— Sabes que las golosinas, el helado y la torta son mis cosas favoritas. —Dije levantándome.

— Hola, Sun. —Se escuchó una tercera voz.

— Oh, hola, Jeno. Iré a comprar ¿Quieres ir conmigo?  —Pregunté.

— Está bien, vamos. —Respondió.

— Mamá, iré a comprar con Jeno.

— Está bien, vayan con cuidado y bien abrigados, hace mucho frío afuera, está nevando. —Dijo y asentimos.

Nos abrigamos bien y salimos de la casa.

— ¿Y Jaehyun? —Preguntó Jeno quién caminaba con las manos en los bolsillos de la campera.— No lo vi en tu casa.

— Ah, el salió a caminar. —Respondí.

— Bien...

— ¿Y Yeji? —Pregunté.

— Ella fue a visitar a tu abuela al hospital.  —Respondió.

— Mi abuela, no he podido ir a verla, no sabía que se habían habilitado las visitas. —Dije triste.

— Sí, hoy se habilitaron. Mañana podrías antes de irte. —Dijo.

— Sí, tienes razón. —Respondí. — Jeno, ¿puedo preguntarte algo? —Pregunté viéndolo.

— Sí, lo que quieras. —Respondió.

— ¿Nunca te pasó de sentirte triste sin razón? ¿Sentirte decaído de la nada?

I still love you. Lee Jeno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora