4.

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— Chicos, nos vamos unos días... —Dije viendo a mis amigos llorar.

— Si pero los vamos a extrañar. —Dijo Mark.

— Ay... Que tierno. —Dije y los fui a abrazar junto con Jaehyun.—También los extrañaré.

— Y yo también. —Dijo Jaehyun.

— Chicos, lamento arruinar su hermoso y amistoso momento pero nos tenemos que ir. —Dijo mi hermano y deshicimos el abrazo.

— Bueno, suerte chicos, a los tres. —Dijo Johnny.

— ¡Gracias chicos! —Respondimos.

— Adiós. —Dijimos y comenzamos a acercarnos a el sector donde teníamos que estar.

...

Luego de varias horas en aquél avión llegamos.

La idea de venir aquí solo me alegraba porque, uno, vería a mis padres, dos, conocerán a Jaehyun, tres, pasaré la fiesta con mis padres, Jaehyun y mi hermano, las únicas personas que amo.

— Llegamos, por fin, ya me dolía el trasero de estar en el avión, de hecho mi trasero está muy adolorido. —Dijo Taeil frotando su trasero, nosotros reímos.

— Ahora vamos a comer y lo siento hermano pero tomaremos un taxi hasta la cuidad.

— Bueno, como iremos a comer no me quejo, digo, es una buena causa para mí estómago que está roncando como León.

— Éste chico... —Dije riendo.

Tomamos un taxi hasta la ciudad.

¿Por qué traje una maleta tan grande? Me lamento ahora de eso.

— Donde podemos llevar a Jaehyun? —Pregunté a Taeil.

— Al restaurant que tanto nos gustaba.

— Tienes razón, vamos ahí. —Dije y tomé la mano de Jaehyun. — Oh, amor, mira éstos anillos. —Dije y arrastré a Jaehyun hacía la vidriera.

—Oh, mira esos de compromiso y matrimonio.

— Oye, sé que dije que no me quería casar, pero si tú me propones matrimonio si lo aceptaría. Así que cuando quieras... Ya sabes. —Dije riendo.

— ¿En serio? ¿Si te propusiera matrimonio te casarías conmigo?

— Si, me casaría ochenta veces contigo. —Respondí.

—  Ayyy, que hermosa eres, te amo. —Dijo y me abrazó.

— Yo te amo muchísimo muchísimo más. —Dije y tomé sus mejillas entre mis manos para luego depositar un dulce beso en sus labios.

— Ya tortolitos, vamos a comer que mi estómago está rugiendo mucho y no lo soporto, es igual de molesto que un bebé llorando. —Dijo y reímos.

— Bueno, bueno, ya vamos, dile a tu León que espere un rato, que ya casi llegamos.  —Dije y seguimos caminando derecho hasta el restaurant.

I still love you. Lee Jeno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora