No fuiste tú, fui yo

Capítulo II

Tutururu, maná maná, tutururú.
Genial, quisiera saber porqué carajos estoy cantando mentalmente esa estúpida canción mientras observo a la divinidad inglesa devorar su sándwich.

- Entonces el maestro de Inglés fue arrestado cuando Luis confesó la violación.

¿Qué?

- ¿Qué? - Pregunto horrorizada.

- Ja, ja, ja. Deberías ver tu cara de horror - Se burla en mis narices - Es broma, solo quería que volvieras del planeta en el que estabas.

Trato de sonreír ante su broma y miro mi reloj nerviosa, de verdad que no puedo seguir aquí frente a él sin abrir la boca, parezco más boba de lo normal.

- ¿No eres de muchas palabras verdad? - pregunta con la boca llena,le cae una gotita de mostaza en la comisura de la boca y se la limpia con la lengua. Por Dios, quien fuera esa mostaza...

- Si, solo es que estoy preocupada, es el segundo día de clases y ya voy tarde, no es normal en mi llegar tarde, mi abuelo decía que es mejor llegar una hora antes que un segundo tarde. - Las palabras salen solas de mi boca, estoy demasiado nerviosa, lo mejor que podría hacer es irme antes de que diga una idiotez.

- Tu abuelo es muy sabio

- Era, falleció hace 4 años, siempre tenía una frase para cada ocasión- Sonrío al recordarlo, fue, es y será mi mayor orgullo

- Lo siento mucho

-No te preocupes,  no sabías nada además lo recuerdo con alegría y admiración, es lo que él hubiera querido- No me presta atención, sigo su mirada y esta detallando más de la cuenta a una chica alta de cabello largo y negro.

- Eh, si , tienes razón, bueno Victoria, Vicky  voy corriendo a la segunda clase, a ver si a esa logro entrar, gracias por el desayuno-  Dice atropellando cada palabra mientras camina de espaldas.

¿Gracias por el desayuno? Ya veo a lo que se refiere, se fue sin pagar, que ilusa, por un segundo pensé que quería mi compañía. Pues no la quería Vicky, solo quería un sándwich.

Me levanto arrastrando los pies, me siento mal después de haber servido de dama de compañía y/o  proveedora de comida al  bello inglés maleducado, impuntual y de ojos bellos. Le pago a la señora de la cafetería y me dirijo al primer baño que veo, necesito hacer el #1. Entro, hago lo mío y salgo a mirarme en el espejo.

Vicky, Victoria, gordis bella como me dice mi abuela, no estés triste nena, levanta la cabecita anda; me recuerda mi bello subconsciente  o como me gusta decirle, mi "safe heaven". Ella, porque es una chica que luce igual a mi, solo que tiene lo que a mi me falta, siempre me reconforta y trata de hacerme sentir mejor.

El sonido de alguien llorando me saca de mis pensamientos, abren la puerta de  uno de los servicios y sale carita de ángel, la chica que ayer le mandó el papelito a Daniel. La miro con disimulo a través del espejo y veo que le sale sangre de la nariz y tiene el labio partido.

-Oye, ¿estás bien?- Me preocupa, pues se ve totalmente afectada. Me mira, tiene  los ojos muy irritados y se abalanza sobre mi a llorar desconsoladamente. La recibo con los brazos abiertos. Lo que me faltaba, ser el paño de lágrimas de la chica con cara de ángel, pero no lo puedo evitar, has bien y no mires a quién, ¿verdad?