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Las clases nunca habían sido realmente interesantes, por eso mismo aprovechaba de dormir en todas, o al menos en su mayoría. Pero este caso era una verdadera excepción.

Park Jimin iba exponer a la clase.

Tan solo quería ver que decía para luego molestarlo con sus amigos imaginarios. Es decir, tan solo quería burlarse de el para sus adentros. Pues sabía que al rubio le costaba exponer en público por más sociable que fuese. Y eso le causaba gracia, le hacía sentir más perfecto. Y al mismo tiempo un reverendo idiota.

- Park, pasa al frente, es tu turno -. Habló el profesor, mientras se sentaba en su banco para observar la exposición de seguramente, uno de sus alumnos favoritos.

El mencionado se levantó torpemente y caminó a pasos cortos hacia adelante, notablemente estaba nervioso. Y Min Yoongi sonrió.

- Hoy les voy a hablar, -. El rubio se aclaró la garganta para proseguir -. Baile contemporáneo -. Todos soltaron un gemido de aparente sorpresa, Yoongi incluido.

Yoongi prestó atención a toda la presentación, atento, y sobre todo sorprendido. No fue una presentación para burlarse la verdad, más bien aprendió mucho, pero tenía curiosidad. De los casi cinco o años de los que conocía al chico, nunca vio que le importase el baile. Y menos que hablase con tanto cariño sobre el arte.

De pronto sintió que él rubio era más perfecto, mientras él efectivamente, era más idiota.

- Gracias por escucharme -. Terminó Jimin haciendo una leve reverencia, para caminar a su asiento entre aplausos de la mayoría del salón.

El profesor miró la lista para el siguiente alumno, lanzó una mirada a todo el curso, y leyó - Yoongi, eres el siguiente.

- Bien -. Se levantó decidido, no era la primera vez que hacía una presentación, así que no era la gran cosa. Se situó en frente de la clase y empezó a hablar -. Les vengo a hablar de la música, especialmente del piano.

Vio cómo algunos de sus compañeros rodaban los ojos, sí, estaban cansados, y eso no le importaba a Yoongi, el solo quería exponer y tener una buena calificación. Pero de pronto su mirada se dirigió a Jimin.

Y el le estaba mirando fijamente. Y eso le hizo sentir irritado.

Empezó a hablar de forma calmada, explicando de forma tranquila, siempre terminaba en menos de diez minutos, y aunque a nadie le importase lo que hablase, el solo quería zafar y obtener una buena nota. Y así fue. Al terminar se dirigió de forma rápida a su asiento y así se quedó. Y aún sentía la mirada de Jimin encima. Estaba nervioso.

Tocó el timbre, y como siempre, Yoongi salió casi volando hacia la sala de música. Muchas veces si no llegaba a tiempo, esta se llenaba de adolescentes hormonales con ganas de vivir una aventura caliente. Y el no estaba para ver algo así en su lugar seguro otra vez, por lo que apuró el paso. Tenía suerte de que aquella sala estuviese alejada de todo, así no tendría que sentir la presencia de alguien. Estaba cerca de su destino cuando se paró en seco.

Alguien estaba cantando en la sala.

Y era una voz preciosa.

Se acercó sigilosamente a la sala, para poder ver por las ventanas quién era la persona con esa voz tan única. Era un chico. Un chico de cabello castaño, el cual estaba un poco largo, así que no podía ver con claridad su rostro, pero si podía notar su nariz. Era curiosa. Cerró los ojos para poder sentir la "vibración del arte musical" y así estuvo por unos minutos, solamente escuchando y sintiendo. Cuando de pronto dejó de escuchar. Abrió los ojos y mierda, el chico estaba mirándolo desde la puerta.

Quería morir.

- Hola, ¿querías entrar? -. Habló el castaño, apuntando adentro de la sala.

- Sí pero al escucharte cantar preferí dejarte, tienes una buena voz -. Perfecta para acompañarme en el piano, pensó.

- ¿De verdad? -. Río un poco nervioso, como si no estuviese acostumbrado a esos halagos cuando anteriormente los escuchaba todo el día. -. Gracias, me llamo Jeon Jungkook, y apenas llegué hoy a este lugar.

Yoongi le miró confundido, ¿quería iniciar una conversación? ya olvidaba cómo se hacía eso, ¿qué tenía que decir? Se sentía raro, realmente raro -. Me llamo Min Yoongi y tranquilo, si eres sigiloso nadie notará tu presencia, llevo asi años. Bienvenido a tu peor pesadilla o a tu paraíso.

- Me parece bien, la verdad prefiero pasar desapercibido en este lugar, quiero estar tranquilo -. Y todo fue silencio por un momento, como si ambos quisiesen seguir hablando desesperadamente, pero ninguno sabía cómo hacerlo. Pero Jungkook dio el paso -. ¿Entremos juntos? Tengo hambre y es bueno comer en compañía. Y no creo que quieras estar ahí sentado todo el receso.

- Está bien, vamos -. Se sintió feliz, no iba a mentir, de hace tiempo que alguien no le dirigía la palabra para tener un charla. Por lo que eso le hizo sentir emocionado.

Quizá podría tener un amigo.

Quizá podría tener un amigo

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Moon Cat | YoonMin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora