~One Shots VOL.II ~Disney Bia

𝕃𝕒𝕓𝕚𝕠𝕤 𝕣𝕠𝕥𝕠𝕤 > Chialex

     ╔╦══════••✠•✐✎•✠••══════╦╗     
 ❝Portas felicidad, eres especial. Pero esto es efímero para los dos, disfrutemos mientras podamos❞
╚╩══════••✠•✐✎•✠••══════╩╝

•*¨*•.¸¸☆*･ﾟ•*¨*•.¸

Gritos de ánimos y otros algo pesimistas hizo que Chiara mirara impaciente a sus hermanos, quienes solo jugaban con el enrejado del estadio. Otra vez se habían escapado, sus dos hermanos mayores la engañaron diciéndole que la llevarían al juego que se daría ese día en el estadio, obviamente la rubia como una fanática al beisbol cayó redondita en la trampa de los mayores, quienes solo la llevaron para usarla de cebo para pedirle dinero a los que por ahí pasaban, ya que aun con la edad que tenía parecía mucho menor, y ni la dejaban entrar al estadio, solo se quedaron en la entrada y luego de un rato fueron a la parte trasera para contar cuanto llevaban; lo peor es que ni lo necesitaban, aunque no tenían todo el dinero de mundo aun así no les hacía falta pedir; Desde sus tiernos 10 años encontró un amor incontrolable hacía el deporte, no sabía bien porqué pero ese era su amor. Su madre le prohibió ir a juegos con los niños de su calle y a verlos porque no era un juego de señoritas, pero sus hermanos de vez en cuando le regalaban cosas referente al juego, así que a sus 15 años caer en las promesas de sus hermanos no era muy difícil, ya que enserio confiaba en ellos.

Sin poder evitarlo mucho sus ojos se humedecieron al ver como sus hermanos ignoraban su presencia y solo jugaban entre ellos; se alejó un poco y se sentó en unos escombros que se encontraban algo apartados a ellos para pensar un poco, pero unos gritos la hicieron sentirse peor.

–Silencio –salieron dos chicos entre carcajadas, en sus manos cargaban mochilas pequeñas, parecía que se estaban escapando. Giraron encontrándose frente a frente con la chica que los miró en silencio unos segundos, tenían la vestimenta típica de jugador, estaban algo sucios y sudados, pero no cansados, parecía que aun con todo eso podían tener la adrenalina al mil para seguir haciendo cosas.

–Dale, vamos –el más alto de los dos apuró al otro con una sonrisa y salió corriendo. Los ojos de la rubia chocaron con él, el intenso tono azul que resaltaba en ellos la hizo desestabilizarse un poco, haciéndola temblar.

–Hace mucho sol como para estar ahí ¿no crees? –preguntó con la sonrisa más tierna que ella pudo ver en su vida. Apenas ahí Chiara notó que estaba en un sitio donde el sol pegaba directamente, lo que probablemente le causaría quemaduras.

–N...no me molesta –dijo con dificultad y él tomó algo de su mochila.

–Soy Alex –le dijo mientras le pasaba una gorra a la chica, que la tomó con vergüenza.

–yo Chiara.

– ¿Qué te pareció el juego hasta ahora?

–No entre...no he visto nada –Alex notó un poco la desilusión en su voz y le sonrió.

–La semana que viene jugamos contra los del norte, deberías venir –sin más Alex se fue dejándola sola.

Su mirada viajó a la gorra, era del equipo al que el chico pertenecía. Un dibujo de un zorro estaba en toda la parte delantera y a un costado el nombre del equipo. Instintivamente la abrazó con cariño, era la primera gorra que tenía y se la regaló un desconocido y además jugador.

*

–Tú eres la chica del otro día –mientras Chiara intentaba escapar de la vista de sus hermanos, quienes la buscaban bastante enfadados por el estadio, un chico de ojos azules la encontró entrando a la zona de descanso de los jugadores – ¿Qué haces aquí? –las mejillas de Chiara se encendieron con rapidez, llegando a la misma tonalidad que la mejillas de Alex, claro que las de él estaban así por el esfuerzo y el cansancio, las de ella estaban así por vergüenza.