Sintió como el oxígeno abandonaba todos sus pulmlnes y su pequeño cuerpo palideció tabaleandose mientras sus ojos no dejaba de ver aquellos cuerpos inertes y de aspecto grotesco.
El bilis quemó su garganta y se sintio desfallecer, tuvo que apoyarse en el báculo para tratar de regular su ritmo cardíaco y su desesperada respiración tratando de encontrar oxígeno pero fue demasiado tarde cuando sintió como su estómago se retorció y las arcadas solo hicieron su trabajo.
Se dejó caer mientras vacíaba todo lo que tenía en su estómago así dejando que las lágrimas bajarán por su rostro amargamente mientras aquellos recuerdos tan atormentadores la castigaban.
Su piel renunció a su color y sintió como las gotas frías de sudor le ofrecían algo de bienestar. Sus oídos empezaron a pitar de forma aturdidora aún con toda aquella pesadilla reproducida en su cabeza.
Recordó la manera en la que la sangre la bañaba.
Recordaba aquellos gritos desgarradores.
Recordaba la manera en la aquellas criaturas la atacaban, atravesando su piel con aquellas garras.
Recordó la forma en la que el brillo de los dulces ojos de su madre desaparecía.
Y aquella pregunta que evitaba que pudiera dormir por las noches.
¿Porque me dejaron vivir?
Un gruñido la saco de su trance, entonces lo vió.
Aquella mirada sacada del mismo infierno.
— ¿Quien lo creería? ¿Eh?— Su garganta dolió al dejar pasar aquellas palabras. Recuperó su postura y limpio sus labios de aquel bilis ácido que le quemaba aún toda la garganta.
Tomo su báculo e hizo un círculo en la tierra con la punta de este, causando que esté brillará con una luz dorada, que la azotó con una aura que la hizo chillar un poco.
Se apoyo de su báculo para recuperarse de aquel hechizo, miro a su pequeño acompañante y veo como se erizaba mientras la miraba con un deje de preocupación.
Río ante ello.
— Todos mis conocimientos están recopilados en este báculo ¿Pensabas que tantos conocimientos están en mi pequeña cabeza?— Recibió un gruñido estridente como respuesta— HiHoshi-Mo — Nombró al pequeño animal con una sonrisa, Este la miro sin comprender— "Hi" es la representación de Fuego, Hoshi es Estrella y "Mo" es el kanji de Moyasu, Arder — Explico enumerando con sus dedos el significado de aquel nombre.
Recibió un parpadeo en respuesta, causándole una pequeña sonrisa en todo aquel caos que los rodeaban.
— Supongo que entonces quedará así— miro aquellas figuras y trato de controlar su errática respiración— Son demonios, seres de acumulación mágica oscura podría describirse también por otras creencias por ser conocidos como ángeles que cayeron sobre el castigo divino o como nuestras leyendas describen: Seres de distorsión y deformacion de magia oscura pertenecientes de las profundidades de la tierra maldita por la gran santidad de los 5 Grandes Seizas.
Sentía como aún su cuerpo era víctima de aquellos espasmos musculares que la hacían perder fuerza en sus piernas.
Llamándola a ser tragada por aquella brea.
Llamándola a ser consumida.
— Han pasado años desde que he visto algo como esto, anteriormente se les conocía como extintos— avanzo para tener una mejor vista de todo aquello— Quizás por falta de alimento obligandolos a tener que comerse entre si en las tierras exiliadas, a luchar en una dura sobrevivencia en tierras muertas.
Admiro con terror como aquellas criaturas dueñas de sus pesadillas, dueñas de sus miedos se encontraban tan cerca de ella dándole el vago impulso de salir corriendo de allí, de huir antes se hundiera más en toda la profunda nada la consumiera.
Entonces lo vió.
Su pulso desapareció.
El aire abandono sus pulmones.
Su estómago dió un vuelco doloroso.
Su sangre se heló
Y todo empezó a dar vueltas.
Varias runas antiguas se encontraban talladas en la piel gruesa y de manera grotesca al rededor de ella la piel era deformada.
Sus sentidos se agudizaron y pudo sentir aquel putrefacto olor a descomposición humana, sus ojos en busca de respuestas analizaron todo a su alrededor encontrando así con horror varios restos de ropa hecha jirones y partes humanas demacradas entre aquellos seres.
Imágenes vividas empezaron a reproducirse mientras el frío calaba sus huesos.
Runas y pentagramas que solo personas con sumo potencial podrían hacerlo.
Un escalofrío la recorrió cuando sus sentidos se avivaron aún más en búsqueda de cualquier señal que le indicara quién había hecho tal atrocidad.
La escencia de aquella magia la rodeo con aquel repulsivo olor.
Retrocedió rápidamente cuando entendió lo que estaba sucediendo por eso es que habían pequeñas runas de glamour para evitar que todo esto llamará la atención pero gracias a su magia pudo leer a través de estás.
Solo personas que contuvieran magia pura podrían realizar tal acto y ella era la única descendiente.
Personas que tienen acceso a conocimientos tan remotos como los primeros cimientos de las grandes Constelaciones.
Personas que pudieron tomar sangre de su sangre para realizar tal acto.
Sintió como su interior se torció dolorosamente dejándola sin respiración.
Reaccionó rápido antes de que aquella espada atravesará su espalda dibujando un rápido círculo con su báculo y así causar una llamarada de fuego para así apartarse de allí.
El olor repugnante impregnó su nariz.
Sintió aquella aura que le causaba tantas pesadillas.
E instintivamente su cuerpo se sintió arder.
Varias figuras corpulentas salieron de la oscuridad que los árboles le proporcionaban.
Y allí su corazón latio rápidamente.
Sintió la adrenalina invadir la.
Y todo se detuvo ante aquel momento en el que el fuego se avivó queriendo consumir todo a su paso.
En la que poco a poco la sangre empezó a disolverse con el agua.
En el momento en el que una catástrofe se anunció.
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C o n s t e l a c i o n e s y D r a g o n e s
FanfictionUraraka Ochako es la joven princesa del Gran reino: Dai Seiza, un reino próspero y armónico, Hogar de los muy pocos Hechiceros que quedan en todo el mundo. Pero la paz es sólo ese amargo recuerdo después de la tragedia. Un día el líder de aquellas b...