06: Amistades inesperadas

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Amistades inesperadas

Creo que el instituto es lo que más odio de la ciudad. Nadie me habla, me ayuda o hace el ago por mí. Hoy intenté explicarle a Gilbert de nuevo lo de ese Bash, pero no lo consigo, cada vez se aleja más y parece que no tengo opinión propia.

Diana por otro lado, se ha mostrado en el baño de vez en cuando para hablar conmigo, pero escasas eran las veces en lo que lo hacía, ya que sus amigas la buscaban por todo el edificio hasta encontrarla.

Muriel Stacy nos explicaba un poco sobre la mitología. Arnold y yo nos pasamos los días anteriores viendo de que podían ser las serpientes, al parecer había una mujer llamada Medusa con algo parecido a lo mío. Cuando Arnold se enteró de que había Cultura Clásica en mi instituto me obligó a acceder para estudiar sobre eso y descubrir por que narices tenía serpientes en mi cabeza.

Pero eso no era lo peor, lo peor era que los dioses al parecer tenían unos líos de cuidados entre unos y otros. ¿No me creéis? Uno se comía a sus hijos por una maldita profecía. No, no se los comía a besos, se los comía de verdad. Al parece ese tal Cronos era un canibal de cuidado, y como su mujer, junto a otro hombre predijo que los hijos de este lo iban a traicionar, a él se le ocurría la brillante idea de comerselos.

Después, como su mujer iba a por el sexto hijo, se fue a la Isla de Creta, para dar allí a luz a Zeus, y darle una piedra envuelta en sábanas como simulación de un bebé a Cronos para que se lo comiera, y este, como era corto, se tragó la piedra con toda la tranquilidad del mundo. Y Zeus, ya de mayor obligó a su propio padre a vomitar a sus hijos, que llevaban años metidos en su barriga, pero oye, seguían vivos.

Adoro los finales felices.

Pero ahora en serio, ¿Por que los dioses eran tan raros? Se supone que me lo tenía que contestar Stacy, pero ella solo hablaba de la historia. Y como si la hubiese invocado, llamó en mi nombre.

—Anne, ¿Como se dividió el mundo entre Zeus y sus hermanos?—Preguntó ella haciendo que todas las miradas cayesen en mí.

Aclaré mi garganta,—Zeus se quedó para gobernar el cielo, Poseidón el mar y los océanos, y por último Hades, que se quedó con el inframundo.—Miré su sonrisa y volvía hablar,—Y bueno... La tierra y lo demás dijeron que lo gobernarían entre los tres.—Sentencié.

Stacy dio un mini aplauso sonriente,—Wow, Anne, veo que has estudiado.

—Normal.—Agregó la molesta voz de Josie,—Estando todo el día sola, así hasta estudiaría yo.

Las risas de mis compañeros y las advertencias de Stacy hacia ellos no tardaron en cesar. De nuevo comenzó la clase, pero no podía evitar sacar toda la furia que esa rubia me estaba provocando.

« Telekinesis... Pelo...Chicle... »

Dijo mi conciencia intentando hacerse la interesante.

« ¿Disculpa? Yo al menos doy ideas, vaga »

Rodé los ojos mentalmente y miré el pupitre de Tillie por abajo, todos sabían que ella siempre llevaba un chicle a clase y cuando la veía el profesor se lo pegaba a la mesa por debajo. Hice una mueca y concentrándome conseguí despegar uno de ellos.

« Rosa y pegañento... Quedará bien en la cuidadisima cabellera de la rubita »

Y así como pude, moví el chicle hasta el asiento de Josie. Nadie se daba cuenta y todo iba perfecto, con un poco de inpulso logré pone el chicle en su pelo, y empecé a enroscarlo y a hacer trenzas con este mientras lo intentaban.

Cuando el timbre sonó, Josie parecía la princesa Chicle, la parte de atrás de su pelo estaba rosa y pegajosa.

—Josie... ¿Que tienes en el pelo?—Preguntó Ruby asustada,—Iugh.

𝐆𝐀𝐑𝐑𝐀 | awaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora