Prólogo

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Hola amigos, no soy una experta escribiendo, pero les agradezco a quienes se pasan por aquí y darle una oportunidad a mi historia :) espero les guste y la disfruten tanto como yo disfruto escribiéndola.

Rebeca


Prólogo


Abro mis ojos e intento no volver a cerrarlos. Esta es la boda más aburrida, no puedo creer que estoy durmiéndome.

¡Yo! ¡En una fiesta! ¡Durmiendo!

Y es que la palabra aburrida se queda corta comparada con esta fiesta. Quiero a mi amiga Cara, pero su fiesta de boda está pobre de buena música, de personas alegres y que les guste hacer desmadre.

Llevo dos horas y media en esta fiesta y ya estoy harta de la gente rica. Son aburridos, discretos y muy serios, y ni hablar de lo mayores que se ven todos; creo que la falta de sonrisas y diversión es la razón por la que envejecen muy rápido.

Llevo sentada desde que inició la recepción, en una mesa con desconocidos que hablan entre sí, temas que son desconocidos para mí. Me siento fuera de lugar, están tan enfrascados en su conversación que creo que ni han notado mi presencia.

Esta fiesta está horrible. No me malinterpreten, la comida está buenísima, y la decoración está estupenda, pero el novio viene de una familia muy prestigiosa y adinerada y quería que fuera una fiesta sin escándalos porque podría llamar la atención de paparazis y la prensa, a lo cual mi amiga Cara aceptó sus sugerencias sin rechistar, pues odiaba que se hablara de ella en la prensa, algo que últimamente ha sido su dolor de cabeza.

Les pongo un poco de contexto sobre los novios. Cara conoció a Hans -su ahora esposo- en un jet privado camino a Ámsterdam. Cara trabaja como azafata en una aerolínea de México, pero muchas veces se consigue trabajo extra en aviones y jets privados para gente adinerada. Hans es miembro del parlamento de Holanda, por lo que él y su familia tienen mucho dinero. Conoció a Cara ese día en el vuelo, ya que ella era quien lo atendía.

Fue amor a primera vista.

Claro que el vuelo llegó a su destino y era probable que jamás se volvieran a ver, así que Hans, le pidió el número a mi amiga y comenzaron a hablar, luego comenzaron a salir y bueno ahora estamos en su boda. Al principio la familia de Hans no aceptaba a Cara, la veían como una simple azafata que quería aprovecharse de su dinero, pero creo que ambos pudieron demostrarles que se aman mutuo y genuinamente y que igualmente se casarían. Así que no tuvieron otra opción más que aceptarlo.

Y así es como llegamos hasta este momento.

La música clásica que tocan en vivo resuena por todo el salón y la gente parece sentirse bien en este ambiente serio y deprimente, pero como latina, debo admitir que los holandeses son un poco -por no decir demasiado- aburridos. Pero Cara parece tan cómoda en este mundo, creo que ella fue hecha para estas cosas. Siempre fue la más tranquila del grupo, la que casi no le gustaba salir de fiestas, prefería leer un libro y tomar vino que doparse de tequila en un antro con música a todo volumen y gente desconocida y sudorosa.

Pero estoy perdiendo la poca paciencia que tengo y empiezo a sentirme alterada.

¡¿QUÉ CLASE DE BODA NO TIENE MÚSICA MOVIDA?!

Cierto, ésta fiesta.

Antes de que el holandesito aburrido de Hans atrapara a mi amiga Cara entre sus redes, teníamos un grupo llamado "la jaula de locas", en el cuál estamos Ana, Emma, Audrey, Claire, Cara y yo. Claire y yo tenemos la misma edad y somos las más pequeñas del grupo, Audrey y Emma tienen la misma edad y Ana y Cara son las mayores del grupo y ahora ambas están casadas. Claro, este grupo creo que morirá porque desde que Ana se casó, Cara decidió que era una buena idea casarse y ni hablar de Emma quien ya está comprometida. Soy la única de mi grupo de amigas que está más sola que la soledad, ya que Audrey y Claire tienen novio, bueno, Claire tiene novio, Audrey tiene algo que ella llama "conocerse" pero todas sabemos que alguien a quién estas solo "conociendo", no se queda en tu casa los fines de semana, ni lo invitas a conocer a tu familia.

En fin, Claire fue a por su auto, los novios están por ise a su luna de miel y nos escaparemos de esta fiesta aburrida que continuará. Queremos a Cara, pero ya la acompañamos en su boda y en su aburrida fiesta, además, no todos los días se viaja a Nueva York, la ciudad de los sueños, así que haremos un poco de turismo.

Nah iremos a un club a bailar

Mi teléfono vibra sobre la mesa, dejando a la vista un mensaje de Claire diciendo que tiene listo el auto.

Tomo mi bolso y mi teléfono y me levanto de mi asiento para dirigirme a la salida del salón, mientras todos los demás invitados se acercan a despedirse de los novios y a tirarles arroz. Nosotras nos despedimos de los novios hace un rato, pues Cara ya sabía que no soportaríamos estar aquí mucho rato, nos conoce tan bien.

Llego al estacionamiento y me dirijo al auto de Claire donde ella me espera con cara de aburrimiento.

–Vamos Andy, no me hagas quedarme un minuto más en este aburrido lugar–Espetó desde el auto la susodicha.

Sonrío ante su comentario. Pensé que era la única que se moría de aburrimiento, pero al parecer no.

Iba a sentarme en el asiento del copiloto, pero noté que su novio estaba sentado en él, así que no me quedó de otra que sentarme en los asientos traseros.

Claire estaba a punto de arrancar el auto, cuando alguien tocó su ventanilla. Claire bajó la ventanilla dejando a nuestra vista a Audrey.

–Así que, ¿pensaban escapar de esta aburrida boda sin mí? –preguntó de brazos cruzados e indignada.

–Súbete, que ya nos vamos–le responde Claire poniéndose sus lentes de sol mientras enciende el auto. Audrey sonríe y entra al auto sin decir más.

Claire avanza el auto y nos dirigimos al hoteldonde nos estamos hospedando.

Por pura casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora