–¿Tú? – es lo único que logro decir.
–Yo–respondió sin más, tomando asiento a un lado de Samantha. Esta inmediatamente se le pega y él pone su brazo en el respaldo del asiento de ella y empiezan a hablar.
Esto no lo vi venir.
Es decir, si solo sus amigos lo llaman por su apodo, estoy en la mesa de los amigos del dueño del club.
Ajá
Y traté de engañar al dueño del club diciendo que su amigo se llamaba Roberto, aunque es lo mismo, pero en español.
Ah pero eres inteligente mira, un aplauso para ti, ¿cómo llegaste a esa conclusión?
Silencio conciencia
Observo como se acerca al oído de Samantha y le dice algo que la hace reír. Ah claro, ya entiendo. Obviamente don guaperas iba a tener pareja, nadie dejaría escapar semejante bombón. Aunque en realidad su actitud no era de un bombón.
Era como un dulce mexicano, se ven normales y apetecibles por fuera, irresistible no querer probar, pero en realidad adentro tienen picante, mucho picante.
Y a mí me gusta lo picante...
Ok demasiado alcohol por hoy.
Ya no beberé más
–Andy, estamos por pedir una ronda, ¿quieres? – pregunta Robert sacándome de mis pensamientos que comenzaban a irse por otro camino.
–Eh si, por favor. – contesté sacudiendo mi cabeza.
¿No que ya no más alcohol?
Silencio
No sé cuántos tragos llevo ya, pero solo sé el alcohol ya hizo efecto en mí y siento que podría gritar el himno nacional de México en medio de toda la pista de baile.
–¡Oigan, vamos a bailar! – propone Hanna, a lo que todos aceptan y se levantan para ir a bailar.
–¿Vamos Andy? – me pregunta Robert. Asiento con mi cabeza e intento ponerme de pie, pero me tengo que sostener de la mesa para no caerme. – Con cuidado, creo que es mejor que te quedes aquí sentada, tomaste mucho alcohol muy rápido. ¿Quieres que me quede contigo?
Niego con la cabeza
-No, ve tu a bailar con los demás. Me quedaré aquí sentada un rato. -Robert no está muy convencido, pero le hago señas de que se vaya y me obedece.
–¿Vamos a bailar? – escucho que pregunta Samantha al guaperas, él niega con la cabeza.
–Vamos Elián no seas aburrido––insiste la chica tomándolo del brazo, insistiendo.
Así que Elián es su nombre, bonito. No muy común y original.
–Dije que no–– contestó firme y tan frío, que hasta Elsa se congelaría.
La chica bufa y se va a la pista con cierta molestia de haber sido rechazada, dejándonos al tal Elián y a mí, solos.
¿Qué clase de novio no quiere bailar con su novia y le responde tan fríamente?
Luego de unos minutos de silencio y observar la pista de baile y a falta de algo que hacer, decido romper el hielo.
–Así que... Elián ¿eh? No es un nombre muy común. – Elián quita su mirada de su teléfono y la dirige hacia mí. Me deslizo sobre el asiento hasta quedar a su lado.
–Mi nombre es como un diamante, no cualquiera lo tiene– respondió arrogante.
–Entonces ¿eres una piedra preciosa? – pregunto divertida, Elián sin comprender el porqué de mi diversión, asiente. – Si, eres preciosa––suelto para terminar riendo en carcajadas.
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Por pura casualidad
Ficção AdolescenteMi vida dio un giro de ciento ochenta grados al conocer inesperadamente a Elián Sucre y enrrollarme con él. No lo pedí, solamente fue una casualidad. Pero cuando pensé que no volvería a verlo, me llegó una oportunidad única que no podía dejar pasar...