El extraño

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Entré en el hotel para pedirle una habitación a Regina después de tener otra pelea con mi padre. Cuando en casa la cosa se ponía fuerte era lo que hacía.

- ¿Una habitación?- me preguntó suspirando.
- Si porfavor.- Le respondí un tanto cansada.
- Deberías de venir a quedarte a casa, tenemos una habitación de invitados.
- No te preocupes Regina, tampoco quiero molestar, y será solo una noche.
- Por eso mismo, vente conmigo ahora a casa y quédate.

Finalmente acepté la invitación de Regina.

- Me daré una vuelta por el hotel hasta que termines.- Le dije.

Subí las escaleras y caminé por los pasillos pensando en lo que me había ocurrido en casa, cuando un hombre, de unos 25 años, chocó contra mi hombro. Ambos nos miramos.

Parecía que había visto un muerto, se quedó tan sorprendido al verme que hasta yo me asusté.

- Disculpe, ¿Está bien?- Le pregunté frunciendo el ceño.
- _______...
- ¿Le conozco?

Seguidamente continuó su camino dejándome sola en el largo pasillo, definitivamente era la cosa más extraña que me había pasado esta semana.

Rato más tarde Regina terminó su turno y ambas nos dirigimos en coche hasta su casa.

- ¡Bartozs ha venido _____!

El castaño bajó por la escalera en pijama y vino a darme un abrazo.

- ¿Todo bien?- Me preguntó.
- Fui al hotel a dormir y tu madre me invitó a pasar la noche aquí.- Le dediqué una media sonrisa.

Bartozs y yo al final terminamos durmiendo en su habitación después de ver una peli, aun que yo no conseguía conciliar el sueño. Solo pensaba en aquel hombre tan extraño que conocía mi nombre.

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