《Capítulo 4》

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《기억》

Me moví de nuevo en la cama y giré quedando del lado derecho de esta. Volví a hacer lo mismo, pero en sentido contrario, al final quedé boca arriba detallando el techo.

No podía dormir. Sentía una opresión en mi pecho cada vez que cerraba los ojos y, tras mi párpados, se recreaba aquella dulce sonrisa abultada.

ㅡ¿Por qué te sigo recordando? ㅡmurmuré dejando deslizar una lágrima que descansó en la sábana blanca del colchón.

Eran más de las dos de la mañana, pero mi cuerpo se rehusaba a dormir, se seguía aferrando al dolor de la pérdida.

Suspiré frustrado y me senté, recostando mi espalda contra la cabecera. Tomé mi móvil y, nada más encenderlo, mi corazón dolió ante la imagen plasmada de fondo de bloqueo.

Tengo que cambiarla...

Pensé con tristeza y puse la contraseña para acceder a mis archivos, encontrándome con otro fondo de pantalla de Jimin.

Mordí mi labio inferior y abrí la galería. Decenas de carpetas mostraban al rubio de tierna sonrisa.

Vacilé en si debería o no mirar cada imagen. Una parte de mí no quería olvidar el rostro de aquel muchacho que se había llevado al otro mundo mi corazón, pero, por otro lado, no deseaba seguir abriendo esa herida que aún no comenzaba a cerrase. A pesar de ello, lo hice.

Dejé escapar otra lágrima el ver la primera fotografía. Esta era la más reciente que tenía. Fue hace tres meses atrás, cuando íbamos a celebrar navidad en casa de Hoseok...

ㅡHyung, ¿estoy lindo? ㅡpreguntó riendo mientras daba una vuelta en el lugar mostrando un pantalón negro ajustado y una camisa roja de mangas largas con dibujos navideños.

ㅡEstás precioso ㅡmurmuré y dejé un casto beso en sus labiosㅡ. ¿Me dejas hacerte una foto?

Él asintió sonrojado y yo busqué el móvil. Park se alejó un poco y posó tenso.

ㅡRealájate, sólo es una fotografía ㅡdije en un intento de calmarlo.

ㅡLo sé, pero me pongo nervioso cuando alguien me quiere hacer una foto. ¡No puedo evitarlo! ㅡcomentó y puso aún más rígido su cuerpo.

Suspiré y sonreí de lado. Unos segundo antes se presionar el icono de la cámara, le hice una pregunta.

ㅡ¿Sabes cómo maldice un pollito a otro? ㅡme miró enarcando una ceja con duda y negóㅡ Caldito seas.

¿Qué? ㅡcomenzó a reír tontamenteㅡ ¡Es malísimo! ㅡexpresó sin parar de carcajearce.

Sus cabellos se movían de un lado a otro mientras sus ojos pardos se volvían cada vez más pequeños y sus mofletes intensificaban el color rojo que tenían. Lucía adorable y, para mi suerte, logré plasmar ese hermoso momento en una fotografía.

ㅡLo que daría por poder regresar el tiempo hacia atrás y poder tomarte mil fotos más...

~*~

Gruñí al oír el timbre por toda la casa. No tenía ganas de levantarme y menos de abrirle a aquella persona que no me dejaba descansar en paz.

No suficiente con el estrepitoso sonido, se le unió el tono de llamada de mi móvil. Era Jin. Le di al símbolo de teléfono.

¡¡¡Ábreme la maldita puerta!!! ㅡchilló y me colgó sin darme oportunidad de hablar.

Aún con su grito retumbándome por los oídos y cabeza, levanté mi culo del sofá y me dirigí a la entrada. Abrí esta y, cuando Kim me iba a decir algo, arrastré de nuevo mis pies hacia el sofá y me dejé caer en este.

ㅡEstás hecho mierda ㅡcomentó viéndome de arriba hacia abajo.

Yo hice lo mismo, detallando el chándal azul oscuro que tenía puesto, lleno de migas de pan y algo de mugre. Cosa normal, llevaba casi una semana sin cambiarme de ropa, específicamente desde que fui a visitar ese oscuro lugar lleno de tristeza.

ㅡGracias, tu también luces bien ㅡdije con sarcasmo y tomé el control remoto.

Mientras pasaba por lo monótonos canales que brindaba el televisor, oí a SeokJin chaquear la lengua.

ㅡDeberías salir y tomar algo de Sol.

ㅡDeberías dejar de meterte en los asuntos que no son de incumbencia. ¿Acaso no tienes vida propia? ㅡpregunté viéndolo con algo de enfado.

ㅡEres mi mejor amigo, es mi deber ayudarte.

ㅡ¿Has pensado que tal vez no quiera tu ayuda? ㅡcuestioné y posé mis orbes negros en la televisión.

Intenté concentrarme en esta e ignorar la presencia de Jin, pero me fue imposible. Sus ojos me observaba como si me estuviesen juzgando.

ㅡ¡Ve a bañarte! ㅡordenó rompiendo el silencio asfixiante que se había creado en la habitación.

Al no haber respuesta por mi parte, caminó hacia el gran aparato que mostraba un CSI. Lo seguí con mi mirada con disimulo y fruncí el ceño al ver como desconectaba la T.V.

ㅡ¿Qué crees que haces?

ㅡAyudo a mi terco amigo. Ahora muévete. Tenemos que ir a hacer unas compras ㅡhabló yendo hacia la nevera y abriendo esta, comprobando lo que tanto sospechaba.

No había nada en ella, sólo paquetes de ramen instantáneo, una caja de leche medio vacía y un yogurt caducado.

ㅡ¿Cómo has podido sobrevivir tres meses con esto?

ㅡEs un don...

~*~

Tomé entre mis manos una caja de jugo de naranja. Revisé su precio... ¿₩ 20 000? Cada vez todo se vuelve más caro.

ㅡJin ㅡle llamé con el objeto aún a mi disposiciónㅡ, ¿quién va a pagar?

ㅡYo, ¿por qué?

Sonreí de lado y dejé la caja de jugo en el carrito. Si él paga, yo aprovecho.

ㅡPor nada ㅡsusurré y seguí caminando en busca de las cosas más caras y deliciosas.

Doblé en una esquina y, por estar concentrado en un paquete de patatas que estaba en el fondo, no me percaté de un pequeño y chocamos. Cayó el niño, dejando un desorden de bolsas de comida por todo el suelo de la tienda.

Me agaché un poco y le tendí la mano.

ㅡ¿Estás bien? ㅡcuestioné.

El chico asintió y le ayudé a levantarse. Preocupado, revisé que no se hubiese hecho daño, pero me detuve al admirar su rostro.

ㅡJungKook, ¿estás bien? ㅡdijo una voz femenina.

Yo me quedé petrificado al reconocer a la señora y un sentimiento de odio y tristeza inundó mi alma.

ㅡMenos mal que estás bien ㅡsusurró y abrazó al infante.

Ambos recogieron las cosas del suelo mientras yo permanecía inmóvil, tratando de asimilarlo.

ㅡLamento que mi hijo le haya causado problemas ㅡme dijo la señora y se inclinó en modo de disculpa.

ㅡN-no importa ㅡsusurré con dificultad.

Asintió con una pequeña sonrisa ladida y se fue tomada de la mano con el pequeño.

ㅡNam, ¿qué sucede?

Mis ojos picaron y la opresión en mi pecho había vuelto. Ellos no me recordaban. A pesar de que mi novio había dado la vida por el niño, no recordaban. A pesar de que lloré frente a ellos mientras mis manos se manchaban de sangren, no recordaban. Ellos, simplemente...

No recordaban...

Spring Day || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora