《Capítulo 9》

149 27 2
                                    

《검은 개》

Abrí mis ojos. Me encontraba en una habitación oscura. Giré en el lugar en busca de algún destello de luz, pero no había nada. Mientras más miraba, todo se volvía más negro y aterrador.

ㅡ¡Hola! ㅡmi grito se volvió un eco hasta que terminó distocionándose en el silencio del sitio.

Por algún motivo, esa simple palabra me había arrebatado la energía y terminé enterrando mis rodillas en el vacío suelo. La respiración se me dificultaba y mis ojos pesaban con demasía.

ㅡNam...

Aquel murmullo llegó a mis oídos con tristeza y debilidad. Dejé que mis párpados se cerraran por breves minutos, hasta que se ampliaron con tosquedad ante el corrientazo eléctrico que había recorrido todo mi cuerpo.

Aprecié la casa tan conocida y melancólica en que estaba. Sonreí, pero no duró mucho mi alegría. Dejé que una lágrima se deslizara por mi mejilla con rapidez al detallar el pequeño cuerpo de mofletes abultados.

ㅡ¿Jimin...? ㅡmurmuré mientras lo veía desde el piso.

ㅡ¡Nam! ㅡchilló eufóricamente y sentí como mi corazón se encogía de la felicidad.

Me levanté del suelo y el joven corrió en mi dirección, o eso creí, sin embargo, pasó de largo. Giré para ver a que o quien se dirigía. Mi boca cayó levemente y mis ojos se ampliaron al visualizar a un castaño de estatura alta, el cual abrazó a Park con cariño, pero eso no era el único motivo de mi asombro, sino también que su rostro no se podía apreciar completamente debido a unas rayas que se deslizaban por toda su cara.

Los jóvenes fueron con destino hacia la escalera, pero me interpuse.

ㅡJimin, soy yo, Nam. Soy-

Mi garganta se cerró sin dejar que otra palabra escapara cuando fui traspasado por los chicos. Mi pecho dolió en demasía y mi cuerpo, por algún motivo, no respondía. Lágrimas se deslizaron y todo dio varias vueltas.

ㅡTú... no eres Nam y yo.... no soy Jimin....

La voz desapareció y todo dejó de moverse ante mis pupilas. Me encontraba en otra habitación, pero esta era blanca, sin puertas o ventanas por donde pudiera escapar. Sólo estaba yo y el vacío de mi corazón...

ㅡ¡Hyung!

Volteé, encontrándome otra vez con Park, el cual mostraba la misma vestimenta de aquella cruel noche; un pantalón color crema y una camisa blanca y ancha.

Quise ir hacia él y abrazarlo, pero no lo hice. En su lugar, admiré el intento de sonrisa que me brindaba, pero, ante mis ojos, eso sólo era una mueca forzada.

ㅡNam... ㅡmurmuró con delicadeza haciendo a mi ser estremecerㅡ ven conmigo ㅡpidió estirando su regordeta mano.

Sonreí con nostalgia y di un paso hacia él. No pude evitar que mi cuerpo temblara y que un dolor en mi pecho se entablara. Di otro paso... y una pregunta se formuló en mi cabeza. Ese...

¿Realmente era Jimin?

Me detuve a medio andar y fruncí el ceño mientras buscaba algo que afirmara ante mi incógnita. Quería creer que, si iba hacia aquel joven que me tendía la mano, lograría ser feliz y no derramaría otra lágrima en mi vida, pero...

ㅡNam... ¿qué sucede?

Mis piernas se tambalearon ante la tristeza que surcaba mi cuerpo. Esa voz que mencionaba mi nombre era más áspera a como la recordaba. Pronunciaba cada sílaba con dulzura, pero, muy en el fondo, guardaba asco y repudio hacia mi persona.

Esos ojos pardos que me miraban ya no irradiaban el mismo brillo y sus mejillas guardaban un color pálido, olvidando el sonrojo que una vez adornó esos mofletes. Él...

No era Jimin...

Porque el chico que siempre amé sonreía sin importar la crueldad que azotara alrededor. Alumbraba con sus canicas pardas el lugar más oscuro y guardaba un rojo en sus cachetes ante cualquier halago o cercanía. Su voz era mucho más suave y acaramelada, volviéndose un tierno murmullo resguardado por inocencia, pero, ahora, era totalmente diferente. Porque yo sabía que aquella persona frente a mí sólo era el reflejo de mi mayor añoranza porque, el muchacho que llenaba mi corazón, se había marchado para siempre.

ㅡTú... no eres mi Jimin...

Y con aquel susurro hacia el vacío, el cuerpo del supuesto Park se deformó hasta crear a un inmenso perro negro que habitaba en mi alma.

Los ojos del demonio estaban bañados en el rojo de mi depresión y su pelaje mostraba las imágenes de todas mis lágrimas y recuerdos. El animal dejó al descubierto sus colmillos y corrió hacia mí con velocidad. 

Me mantuve inmóvil, detallando cada movimiento del canino y cómo las inseguridades y tristezas se iban apoderando cada vez más de mí. Saltó y estampó mi cuerpo en el suelo, haciendo que doliera mi cabeza.

Hilos de saliva colgaban de su boca y los gruñidos salían como gritos distorsionados, sin embargo, no sentí miedo. Mi corazón latía con normalidad mientras lágrimas de vergüenza y decepción surcaban mi rostro.

Ese perro negro era mi dolor.

Cada vez que alejaba a Jin, que faltaba a las consultas con mi psicólogo, que lloraba en silencio y ocultaba mi llanto, las veces que me automediqué, o cuando dejaba de comer, todo eso había estado alimentando a la bestia que crecía dentro de mí, la cual me llevó al desespero de un puente. Pero... estoy cansado de largas noches frías de Invierno, hoy...

Quiero ver la Primavera...

Coloqué mi mano en el agitado pecho del perro negro y sonreí con angustia.

ㅡEs hora que desaparezcas y que regrese el viejo Nam...

Abrí mis ojos levemente y, entre la oscuridad y corriente del río, vi un pequeño resplandor de salvación.

Agité mis brazos con la poca fuerza que mi cuerpo contenía, mientras poco a poco el oxígeno escapaba de mí. Llegué a la superficie y nadé hasta la orilla. Me recosté al suelo y respiré agitado, dejando que lágrimas se fusionaron con mi piel mojada y mejillas sonrojadas.

Admiré la Luna plateada y sonreír sin ganas...

A pesar de estar mojado, no sentía frío y algunos colores habían vuelto a aparecer antes mis pupilas.

Por fin... comenzaba a tener días de Primavera.

Spring Day || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora