Capítulo 4

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¿Qué harían si estuvieras en mi posición?. Tengo el corazón hecho trizas, pero no puedo demostrar este dolor, quiero ser fuerte, pero me estoy cayendo en un abismo. Un ruido se escucha y me levanto para mirar de que se trata. En cuanto bajo las escaleras, lo veo a él, el motivo de mi tristeza y mi corazón roto, y nuestras miradas se quedan fijas el uno al otro 

— ¿Recuerdas en segundo grado, después de que te despetrificaron, que te dije que siempre haría lo que fuera necesario para alejarte del mal?— me dice Ron, y puedo ver en sus ojos un destello de melancolía, y por lo visto no durmió en toda la noche.

—Si, lo recuerdo... recuerdo que desde ese momento siempre tuve miedo— me cruzo de brazos, siento que el ambiente está frio y sepulcral.

—Pero cada año te volviste una persona muy fuerte, sabes como hacerte respetar y es algo que realmente admiro de ti, Hermione— Ron  aun continua en la misma posición, pero esta vez baja su mirada.

—¿Qué quieres Ron? ¿Qué pretendes con tu discurso? ¿hacerme sentir mejor?, Entiende que todas estas palabras me duelen— Mis lágrimas empiezan a salir de mis ojos por más que intento retenerlas.

—Iré al grano, Hermione. Me iré con Ramona— esas palabras me hunden aun más —Ya no somos los mismos que antes. Si, te ame, pero ahora solo te veo como mi ami...

—No, Ron. Por favor no lo digas— Le digo en medio del dolor que estoy sintiendo 

—Esto... Hermione, ya. Ni siquiera sé como decírtelo, pero siento que esto se acabo desde hace mucho y tu también lo sabes, pero no lo quisimos aceptar hasta ahora— siento que Ron trata de buscar las palabras adecuadas para no herirme más y en sus ojos se ven caer lágrimas —Solo quiero alguien bueno a tu lado, que te sepa amar y te valore como yo lo hice alguna vez. 

—Solo quiero saber una ultima cosa, Ron — le digo entre sollozos 

—Dime, Hermione 

—¿Cómo podré olvidarte?— nos volvemos a mirar fijamente.

—Lo sabrás, cuando sepas que no soy tu amor verdadero. Me olvidarás en primavera te lo juro, te lo juro.

—La brujas de Macbeth, no puedo creer que recuerdes esa canción. Ginny no dejaba de cantarla en...— no puedo ni continuar la frase, gracias Ron por recordarme eso.

—Nuestra boda, lo siento Hermione.

Después de estar de pie, ambos decidimos sentarnos en los sofás. Ron dirige su mirada a la chimenea y mi mirada se concentra en un punto fijo, tratando de recomponerme.

—¿Estas de acuerdo en que me lleve a Rose a explicarle todo esto, mientras tu preparas su fiesta?

—Si, por favor, tengo mil cosas que hacer— mis palabras salen sin ningún tipo de emoción.

Ron se levanta y sube al cuarto de Rose. Al menos hoy no debo ir al ministerio, en mi estado anímico no sería lo más prudente.

Después de algunas horas, veo que Ron baja con Rose en sus brazos, al ver a mi hija tan feliz con su padre hace que la sonrisa de ella se lleve el gris de este día. 

—¿Lista, Rose?— le digo cuando ella se me acerca a saludarme.

—Si, mami. Papi dijo que podía pedir el helado más grande de todos— dice Rose llena de emoción. 

—Pero haz espacio, Rosi. Recuerda que hoy es tu fiesta y prepararemos pizza, también te tengo una sorpresa— Le digo a mi pequeña

—¿Qué es mami? 

—Rose, si te lo dicen dejará de ser sorpresa. Ahora si vamos, despídete de tu madre.

—Adiós mami, te amo.

El primer amor no muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora