Siempre hubo algo

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Nos encontramos Draco y yo en la sala de espera del hospital San Mungo a la espera de que el sanador Seamus nos diga que pudieron diagnosticar en la joven que encontramos secuestrada por Henry Fall el antiguo mortifago.

Draco desde hace más o menos diez minutos no para de mirarme, es como si me estuviera psicoanalizando, o estuviera buscando la manera de entrar en mi cabeza.

- ¿pasa algo? - digo al ver que no aparta la mirada de mi- si es por lo de hace rato en mi oficina...- le digo recordando la maravillosa sesión de besos, pero a la vez bochornosa al ser interrumpidos por Harry.

- ¿Sabes que te odie tanto en tercero por darme ese golpe? - dice repentinamente, sorprendiéndome.

- pero ¿qué dices? ¿quieres una disculpa acaso? - le digo con una pequeña risa, a lo que él también sonríe

- Pero odie más el hecho que hubieras ido con Viktor Krum al baile de invierno- se cruza de brazos y pone una mirada desafiante.

-Te suplico perdón, señor Malfoy; nunca fue mi intención arrebatarle su pareja para el baile, pero debió invitar a Viktor antes de que él me dejara una linda invitación en la biblioteca- le digo mientras me siento en el asiento que está a su lado.

- ¿Te dio una invitación? - se burla, acomodándose para mirarme fijamente.

Estamos tan cerca nuevamente, que puedo embriagarme con su masculina fragancia y derretirme en sus ojos grises, muero por besarlo ahora mismo... ¿Pero que estoy pensado?, Por Merlín este hombre me va a enloquecer. Me acomodo y respiro hondo para apaciguar mis pensamientos

-Si, me dio una invitación- sonrío recordando el tierno detalle de Viktor- Era como un jueves y en la mesa en donde siempre me hacia en la biblioteca estaba una nota acompañada de una margarita y una rana de chocolate, la nota decía algo como "¿quieres ir conmigo al baile? Atte: Viktor Krum," cuando me di la vuelta él estaba justo detrás de mí y acepté- le digo sin guardar detalle alguno

-Si, fue un lindo detalle, pero yo lo hubiera hecho aun mejor- me dice con coquetería

-No me digas. A ver, dime ¿Qué se le ocurriría al inigualable Draco Malfoy de catorce años en ese entonces? - lo miro nuevamente a los ojos y él sonríe tiernamente

-Bien, te hubiera llevado a la torre más alta del colegio, y te hubiera... no sé cantado tu canción favorita...

- ¿sabes cantar? Déjame adivinar ¿también tocas la guitarra? - le digo entre risas

- sé cantar, tocar el cello, el violín, el piano y mil instrumentos más. Si no hay más interrupciones y dudas hacia mi talento, continuemos, tal vez hubiéramos hecho un picnic nocturno y mientras bailábamos Nocturm te lo preguntaría. Sería un si seguro- me dice con orgullo

-No creo que se lo hubieras pedido así a Parkinson

- Solo le dije que se pusiera algo decente para el baile y no me avergonzara- se encoje de hombros y yo me rio

-¿por qué conmigo serías un príncipe salido de un cuento y con otra persona no?

-Porque tu te lo mereces, siempre has valido el esfuerzo- conecta su mirada con la mía nuevamente.

-Siempre me hiciste creer lo contrario, Draco- detallo su rostro buscando una pizca de burla, pero al parecer lo dice enserio.

-Fui criado para despreciar a los hijos de muggles y a quienes estuvieran por debajo de mi nivel- dice haciendo comillas con sus dedos- pero cuando llega una hija de muggles, con su lindo cabello castaño, su dulce sonrisa y una inteligencia que supera a la mía, y que además me reta y me ve como un igual; todos mis prejuicios se van a la basura y entro en una batalla entre mi ideología y mis sentimientos, encontrándome en un laberinto sin ni siquiera saber que es lo correcto... decidí hacer lo incorrecto, pensando que era lo bueno... me equivoque- Draco baja su rostro y enfoca su mirada en sus manos.

El primer amor no muereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora