Pasó exactamente una semana desde que Diamante se había mudado a su nuevo hogar, esa que la gente del pueblo llamaba La casona de las tinieblas. Se sentía bastante cómodo; el silencio, la bruma que se posaba en los alrededores cada noche, todo le parecía tan tranquilo y acorde a sus gustos. A pesar de ello, algo le perturbaba, y aunque quería negarlo con todas sus fuerzas, la imagen de la chica rubia con la marca infinito, le venía a la mente en más de una ocasión.
La botella de whisky se había terminado hace varios días y las provisiones escaseaban, tenía que ir a la tienda, justo un martes... justo el día en que Mina también lo hacía, según Lita, la chica de la tienda.
— Iré porque necesito algunas cosas, es coincidencia que sea martes —se dijo a sí mismo mientras se ponía una chaqueta para salir—. Además, dije que iría una vez por semana, así que está bien.
Salió en su auto, la imagen de Mina venía a su mente. Agitó la cabeza como queriendo espantar su recuerdo, se repitió en voz alta que en realidad ella no le preocupaba.
— Lo que realmente me preocupa, es que ella pueda atraer a otros como nosotros... o peor aún, podría atraer a algún depredador y eso sí sería un problema tremendo... ¡eso es! Por eso pienso tanto en ella. El lugar es tranquilo, no tengo intenciones de irme todavía, así que no quiero inconvenientes —dijo intentando convencerse.
Llegó a la tienda, entró mirando los pasillos con disimulo, pero no encontró a la joven.
— Así que viniste —dijo Lita cuando él pasaba los productos por caja para pagarlos.
— Dije que vendría una vez a la semana, es lo que hago.
— Y escogiste justo el día martes —dijo Lita curvando una ceja insinuadora.
— Hoy se cumple una semana desde que vine la primera vez.
— Dijiste que vendrías una vez por semana pero que no sabías el día. Curiosamente escogiste el martes —reiteró Lita sonriendo de lado.
— No tiene nada de curioso... los martes son un buen día, excelentes para hacer rituales —dijo Diamante mirando a Lita fijamente. Ella hizo un gesto simulado un escalofrío.
— ¡Qué siniestra tu respuesta!
— ¡Qué entrometidos tus supuestos! —dijo Diamante pagando sus productos con el entrecejo fruncido.
— No pongas esa expresión, se marcará tu bello rostro con arrugas y líneas de expresión —dijo Lita sonriente.
— No me preocupan esas cosas. ¿Te han dicho que eres insoportable?
— No, a mí no. Supongo que a ti sí, pero no importa, puedo soportarte —comentó Lita sonriendo irónica.
Diamante rodó los ojos.
— Llevas muchas provisiones, ¿vives con más gente? —preguntó Lita al ver la cantidad de comida que Diamante había comprado.
— ¡Eso no te incumbe! —masculló y avanzó hasta la salida.
— Mina no ha venido hoy —comentó Lita alzando la voz. Diamante se giró para mirarla—. ¡Oh! No me hagas caso, estaba pensando en voz alta. Diamante bufó, esa tal Lita era irritante, entrometida, irónica, irritante, insolente, irritante... sí, sobre todo: irritante.
Una vez lejos de la tienda, decidió orillar su auto por aquel desvío, para contemplar aquella hermosa laguna. Se sentó al borde y miró el agua cristalina por un rato, podía ver a los peces nadando en ella. De pronto, encontró un bulto extraño en el fondo. Se acercó para mirar más de cerca y se dio cuenta de que se trataba del cuerpo de una mujer. Aquél, estaba completamente hundido, la chica quizá estaba moribunda. Diamante cerró los ojos, quería olvidar lo que había visto, sabía que inmiscuirse en asuntos de mortales nada bueno le traería. Aunque luego pensó que debido a la soledad del lugar, sería muy difícil que alguien descubriera ese cuerpo y finalmente se pudriría en el agua contaminando la cristalinidad que tanto le gustaba contemplar. Le pareció un poco injusto. Suspiró con resignación, tal vez seguía viva, después de todo, el cuerpo no flotaba en la superficie, así que llevaba poco rato desde que se hundió. Se quitó los zapatos y la camisa, respiró profundo y... retrocedió, mejor no... Si sacaba un cadáver del agua, tendría que llamar a la policía, lo interrogarían y eso sería un fastidio. ¿Qué tal si lo culpaban de asesinato? Quizás era buena idea marcharse y dejar que las cosas fluyeran, después de todo, hace décadas que había decidido no involucrarse en problemas de mortales. Pero, ¿y si estaba viva? La mujer le agradecería y querría retribuírselo, ¿y si la rescataba y la dejaba tirada a un costado de la laguna? Así podría irse antes de que ella despertara, se aseguraba de salvarla, pero también de quedar como héroe anónimo ante la mujer. ¿Por qué diablos le interesaba lo que le sucediera? Se preguntó... suspiró con resignación y se lanzó al agua sin hacer más conjeturas.
ESTÁS LEYENDO
𝕷𝖚𝖟 𝖊𝖓 𝖑𝖆𝖘 𝖙𝖎𝖓𝖎𝖊𝖇𝖑𝖆𝖘
FanfictionDiamante fue convertido hace mil años en un ser inmortal. Como ha vivido demasiado, fue testigo de muchos dolores humanos, por lo que decidió que su mejor opción es la soledad. Sin embargo, una joven y bella mujer llega a su vida para cambiarlo todo...