El valor de un omega

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Itachi estaba en su oficina, chequeando cada uno de los papeles de la empresa. Optando los proyectos que se llevarían a cabo y los que no. Actualmente, su querido omega, tenía nueve meses de embarazo...Se sentía muy ansioso por el momento en que llegase el pequeño a este mundo.

— ¿Qué extraño?— pensó Itachi. Su hermano dijo que vendría a verlo junto con Sai y un amigo. Nunca eran impuntuales. Dejo los papeles por un momento y se digno a tomar el teléfono.

Iba a marcar el número de su hermano, pero se vio interrumpido porque este sonó antes de marcar.

— ¿Si? ¿Diga?— se escuchaba una leve respiración que luego se convirtió en un grito espantoso que rompió el tímpano del Uchiha

— ¡Itachi! ¡Itachi!— en la otra línea del teléfono hablaba su esposo, bueno al menos lo intentaba—¡Ah! Joder... ­-­-expresó volviendo a respirar hondo y soltándolo lentamente.

—Deidara no te entiendo muy bien —hablo Itachi—

—¡Estoy muriendo! —Itachi se alarmó ante lo dicho. Levantándose inmediatamente de la silla— Itachi....ya viene el bebé y tú ni en espíritu ni en verdad estás aquí —Exclamó con pequeños gimoteos.

Itachi quedó inmóvil, aún escuchaba la respiración de Deidara, y como este le llamaba. Hasta que escucho otro grito por la línea del teléfono y en ese momento reacciono.

— ¡Voy de inmediato!—Dijo colgando la línea.

"Hasta que por fin" pensó Deidara.

Salió disparado de la oficina. Y se topó con las visitas que iba a tener en ese momento. Pero no paró ni siquiera para decir la bella noticia, solo seguía corriendo para llegar al estacionamiento del edificio.

— ¿Qué le pasa a Itachi?—Pregunto Sai el cual estaba agarrando la mano de Naruto para que no se volviera a escapar.

—Ni idea— Contestó Sasuke.

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Mientras tanto con Deidara.

El pobre estaba hincado a la par de la cama acariciando su vientre. Mientras que su amigo Sasori estaba ahí apoyándolo.

—Me dejarás sin mano— Bueno más que apoyar estaba siendo estrangulado por Deidara.

—Ahh no me dará tiempo para preparar los fuegos artificiales—Hablo Deidara con un poco de dificultad.

—Sabes que irás al hospital, no a una base militar ¡Ya, ya suelta mi mano!—Sasori jalo bruscamente su mano para que Deidara lo soltase.

Deidara solo lo miro con los ojos llorosos. Sasori se quedó ligeramente inmóvil por la expresión de su amigo: "No voy a caer, no voy a caer" se repetía así mismo, hasta que escucho el llanto de Deidara que tuvo que darle de nueva cuenta la mano. Deidara se hubiera reído de la acción de su amigo, si no fuera porque tenía mucho dolor.

Inhalaba suave y exhalando pausado en cada contracción. Apretando la mano de Sasori, el cual ya no sentía.

— ¿Cuánto va a tardar en venir Itachi?—Pregunto Deidara ya desesperado

—Sabes que en la zona donde él trabaja hay mucho tráfico a esta hora...solo, trata de respirar—

—Lo estoy haciendo—pronuncio con dificultad—Pero a cada contracción me altero más...