'𝐀́𝐍𝐆𝐄𝐋ーMinsung

octo

La nobleza no era uno de sus mayores atributos, pero era consciente que eso hacía al hombre mundano una mejor persona. Convertía a bellos ángeles en seres blancos, sin pecado alguno.

Y por no tener esa llamada nobleza fue llamado un demonio.

Porque no era el ángel que te hacía creer. No era el tipo de ser divino que hacía que implores por horas un lugar en aquel paraíso llamado salvación. Era aquel ser al que le cortaron las alas por pecar, aquel que te enviaba a su reino donde la luna persistía y la oscuridad gobernaba.

Crecieron alas negras de sus cuerpo casi al instante de pisar el infierno. Siendo recibido como el más grande pecador. Demostrando el tipo de ser que era ante los seres de noche.

Nadie sabía la verdadera razón por la que sus alas fueron arrancadas con el filo de una espada bañada en plata mientras tiraban lo que quedaba de su cuerpo al Inframundo.

Nadie sabía por qué Dios lo había condenado.

Y era tan cobarde decirlo, porque nadie creería que aquel ser divino era lo que él decía que era.

El Diablo sabía quién era Dios en realidad.

Aquel ser que solo con divinizar su nombre haría lo que fuera, hasta matar a sus creaciones.

Lo condenó y le cortó sus alas por saber la verdad. Por alabar y amar a otro ser que no era él. Y por esa misma razón, su destino como ser de luz fue cortado por una espada de plata que cortó sus alas.

Porque antes de aquel ángel que mantenía en sus brazos mientras esperaba que despertara de su profundo sueño, había querido a otro puro ser.