Traté de eliminar todo lo que me recordaba a ti cuando me dijiste que solamente me querías como una amiga, yo no te creí, pero en un intento desesperado de olvidarte, saqué aquella caja llena de cartas, dibujos, fotos y regalos tuyos, los leí por última vez y los junté por montones.
¿Qué ardería primero? ¿Las cartas o las fotos? Saqué un cerillo y lo encendi, el olor impregnó mis pulmones y por un momento me sentí mareada, no sé si el humo hacía a mis ojos llorar, o eran todas esas palabras que me escribiste en esa carta que me diste en mi cumpleaños, esa donde me decías que era perfecta para ti y que querías una vida conmigo. Falacias.
Lo nuestro no había terminado bien, pero yo quería intentarlo de nuevo, como lo prometimos alguna vez mientras sosteníamos nuestras manos y reíamos como los niños que éramos.
Adiós tarjetas con palabras de afecto, adiós a tus credenciales de la escuela que me habías regalado para que las guardara en mi cartera, y por último, adiós a la carta de amor que dijiste nunca creer escribir a alguien.
Cuando terminé, llegó a mí una frase que aunque no quería, terminó afectándome: "Has quemado lo que quizá a nadie nunca le dirán".
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El recuerdo
Romance¿Por qué no escribir recuerdos? Miedo. ¿De qué? de querer desear estar ahí, y no en el ahora.