Aprobación

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El rostro serio del pequeño azabache decía mucho, las últimas semanas se había quedado callado en todas sus clases e incluso en su casa, Mushitarou y Fukuzawa estaban preocupados por la actitud del menor, los dulces dejaron de tener sentido, cada tarde pasaba el tiempo encerrado en su habitación. ¿Por qué estaba en silencio? Tenía tantas cosas para decirle, estaba delante de él con una gran oportunidad.

Nadie dijo nada, se quedaron parados mirándose, el castaño solo esquivaba la mirada acusatoria del más pequeño intentando formular oraciones coherentes. Fueron dos semanas donde lo había extrañado tanto, pero para él otro no fue así.

¿Acaso no era importante?

Talvez estaba deduciendo las cosas demasiado rápido, respiro profundo buscando despejar su mente de todos esos pensamientos negativos que le hacían daño. Miro a su alrededor aún seguían en el jardín de su casa, siguió su recorrido hasta detenerse en el sobre que su amigo sujetaba con fuerza contra su pecho, ladeo su cabeza confundido.

Un sobre...

La respuesta fue clara, todos esos días estuvo en un error. Sus ojos se abrieron por completo, nunca se equivocaba esto era extraño. Ranpo sonrió contagiando al castaño, ahora lo entendía por completo, salto cayendo encima de Poe riendo cual niño travieso.

— ¡Poe-kun eres un tonto!

—Ranpo-kun...—Se quedó estático, acariciando el cabello del más pequeño en un intento de calmarlo— ¿Sucede algo?

El azabache se escondió más en su pecho negándose a soltarlo. Ranpo no dejaba de reír, después de un rato se separó. Cuidadosamente tomo el sobre y la mano de Poe adentrándolo en la casa.

— ¿Por qué no me lo dijiste? — Pregunto juguetón por la cara de confusión del otro— El manuscrito, te hubiera ayudado.

— Y-yo quería hacerlo por mi cuenta...— se adentró a la habitación— Louisa me ayudo...

—También te dio clases— Ranpo sonrió— ¿Cómo te fue con Francis?

Después de comprender la ausencia de Poe, le fue sencillo deducir lo que el otro había hecho, estaba contento de que la relación de ellos este mejorando.

—Tu...—Decidió no seguir, lo conocía desde hace tiempo era obvio que él lo sabía— Me fue bien...

—Entonces no le molestara que hoy te quedes a dormir— Antes de que el castaño pudiera responder le agarro las manos entrelazando sus dedos— Me quito mucho tiempo con mi querido Poe-kun

—Pero...yo creo que...—El rostro del azabache se tornó algo triste, suspiro— ¡Debemos decirle a Fukuzawa-san!

— ¡Bien! Él va aceptar, por mientras quiero que me leas tu historia— Le mostro el conjunto de hojas— ¡Vamos!

Aún era temprano, pero escuchar la dulce voz de Poe contando con ánimo su historia fue lo mejor, los mimos a su cabeza lo tranquilizaron quedándose dormido en el hombro del castaño. Al ver a su amigo totalmente dormido, dejo a un costado el conjunto de hojas para poder acomodarlo en su cama, Poe le acaricio una última vez, depositando un suave beso en su mejilla.

—Buenas noches...—susurro en el oído del menor como su despedida.

Recogió sus cosas, al voltear se encontró con un rostro familiar. Fukuzawa había visto todo, el pequeño castaño sujeto sus cosas con miedo buscando una excusa lo suficiente válida para salvar su vida, era muy joven, solo tenía cinco años.

—Vas a necesitar esto—Le ofreció una muda de ropa para dormir que Edgar recibió nervioso— Allan...mañana no estaré en casa ¿Puedes cuidar a Ranpo por mí?

—Fukuzawa-san...—Menciono decidido— Usted sabe que puede contar conmigo...no se preocupe yo lo cuidare.

El albino se acercó bajando a su estatura, acaricio su cabeza. Nadie lo sabía incluso Ranpo, desde que inició su amistad con el azabache se ganó el cariño del albino, viéndole como su familia, no negaría que aún le provocaba cierto miedo pero en el único que puede confiar es en él. Ambos hicieron un pacto para proteger a Ranpo, uniéndolos como familia.

—No te lo dije antes...—Edgar se sonrojo— Debes de llamarme Yukichi, te conozco desde hace tiempo, ya no es necesario que me nombres de ese modo.

—P-pero Fukuzawa-san...

—Quiero que cuides a Ranpo no solo mañana...—Su rostro serio se desvaneció dedicándole una cálida sonrisa— Nunca te separes de él, debes de protegerlo...solo tú puedes estar a su lado.

—Si Yukichi-san...

El mayor se levantó caminando en dirección a la salida, esas platicas solía tenerlas con Poe, aun eran niños pero se notaba en al amor entre ellos.

—Tienes mi aprobación...—susurro en el marco de la puerta antes de retirarse.

Aprobación...

Talvez solo por su edad no le tomo la debida importancia, pero si Fukuzawa se lo decía siempre lo recordaría, no por nada es el padre de la persona más importante para él. Se dirigio al baño para cambiarse, al acostarse en la cama se sorprendió cuando Ranpo se volteo a abrazarlo, no dijo nada y correspondió alegre.

A la mañana siguiente Ranpo se levantó temprano mirando el dormido rostro del castaño, estaba feliz, se acurruco en el pecho de Poe volviendo a dormir, tenía personas maravillosas que lo querían, cuando vuelva a despertar se lo agradecería.

Los tres estaban sentados en la mesa degustando del desayuno hecho por Fukuzawa, nadie hablaba cada uno estaba dedicado en disfrutar aquel momento sin interrupción. Era fin de semana, Poe y Ranpo se irían a visitar a la casa de su amigo más tarde. Después de terminar de comer el castaño ayudo a Yukichi a terminar de lavar los trastes, el pequeño azabache aprovecho de tener al mayor a solas, solo le dio un abrazo que trataba de demostrar lo feliz que estaba.

Gracias...

Tanoshī hiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora