The Devil's Cut✟JIKOOK/KOOKMIN✟[TRADUCCIÓN]

3- BLEED

"Pareces tenso."

Jimin deambula por la habitación pasando la cama tamaño king, la bata agitándose en su espalda y deslizándose sobre un hombro. El tatuaje de la guardia de demonios en la base de su cuello se asoma por debajo del cuello de la bata, en contraste contra la piel bronceada y la tela blanca del hotel. Sus pies descalzos se presionan silenciosamente contra la alfombra mientras camina hacia una pequeña mesa en la esquina más alejada de la habitación y destapa una botella de licor ámbar para servir dos vasos.

El whisky llenando los vasos y el zumbido de una unidad de aire son los únicos sonidos en la habitación durante unos momentos. Jungkook está a solo un paso adentro, la puerta está bien cerrada y con pestillo detrás de él. Echa una mirada cautelosa a su alrededor, las manos temblando en los bolsillos de su chaqueta de cuero. Es una bonita habitación de hotel, más lujosa que los lugares sórdidos en los que Jungkook suele alojarse cuando está de viaje. La cama está cubierta con un edredón blanco suave y apilada con almohadas adicionales. Un televisor de pantalla plana cuelga de la pared frente a él junto con todas las demás comodidades estándar del hotel. Es sorprendentemente simple, abrumadoramente normal.

"Pero siempre estás tenso éstos días", continúa Jimin como si nunca hubiera abandonado el tema, volviendo a enroscar la tapa con un movimiento de sus dedos y luego volviéndose hacia Jungkook con los dos vasos en la mano. Camina de regreso a través de la habitación hacia Jungkook, con la bata abierta sobre su pecho. Jungkook pasa sus ojos por el trabajo de detalle a lo largo del vástago de la cruz tatuada justo cuando Jimin dice: "Es cosa tuya ahora, ¿no?"

"¿Podemos terminar con esto?" Jungkook pregunta, un poco derrotado. Acepta un vaso cuando Jimin se lo da e ignora la sensación eléctrica que fluye desde las yemas de sus dedos hasta su brazo con el más leve roce de sus dedos. Mira, con la espalda apoyada contra la pared más lejana, mientras Jimin se mueve para sentarse en el borde de la cama. Solo aparta la mirada de Jimin para mirar el vaso de licor en su mano con una sospecha apenas disimulada.

Jimin sopla una risa a través de su nariz antes de tomar un largo trago de su propio vaso, con los ojos en Jungkook por encima del borde. Se lame los labios cuando quita el vaso. "Cuando logre matarte, no será por envenenamiento".

Jungkook ve el razonamiento deformado detrás de eso y vacilante toma un trago. Es un buen whisky, no la mierda barata que le ha gustado. Es suave y apenas arde mientras traga más, drenando casi la mitad del vaso. Su cuerpo se calienta desde adentro como si girara la perilla de un horno. Le echa la culpa al alcohol y no a la forma en que Jimin extiende sus muslos y se mueve en la cama, apoyándose en una mano para que su torso se estire largo y tenso.

Jimin agita el líquido ámbar en su vaso. Su pecho se expande y las fosas nasales se ensanchan mientras respira profundamente, los ojos se cierran al exhalar como si estuviera saboreando la respiración. Cuando los abre, mira a Jungkook con los párpados a medias. "No hueles como si estuvieras listo para una follada rápida", dice, con la voz rastrillando su garganta y sonando casi salvaje. Jungkook reprime un escalofrío, enmascarando el impulso con otra bebida de su vaso mientras ignora deliberadamente la declaración de Jimin. "Te preparaste para esto. Ducharte, ponerte un poco de colonia. Qué romántico."

Con la espalda rígida, la mano de Jungkook se aprieta sobre su vaso. No tiene sentido negarlo o discutir. Se había dado la ducha caliente más larga de su vida justo antes de dirigirse a Taehyung y luego aquí. Había estado dividido sobre si iba a aparecer o no, mirando las líneas de cemento entre los azulejos del baño y pensando hasta que su piel estaba rosada y caliente, las yemas de los dedos comenzaban a arrugarse. Sin embargo, si es honesto consigo mismo, había estado temblando de anticipación. Estómago girando en círculos, apretando y aflojando los dientes hasta que le dio un dolor de cabeza. La adrenalina le recorría el torrente sanguíneo, arremolinándose como una serpiente enroscada dentro de él. Vuelve a encenderse ahora cuando se da cuenta de que no ha quitado los ojos de Jimin desde que abrió la puerta, el pulso retumba y la piel se calienta de adentro hacia afuera.