Cap 2:Antiguos traumas

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Me levanto normal, ni tan triste ni tan feliz.

Era un nuevo día tenia que olvidar el viejo, mi madre me dejo el desayuno hecho guardado en el microondas, ya que había una nota en la misma que me la indicaba.

"Perdón hijo pero tuve que irme temprano otra vez, TE AMO hijo mio que tengas un buen día"

Coloque la nota en la mesa del comedor agarre mi desayuno
Comí, me aliste, y me fui...no tenia muchos ánimos de ir a ya pero igual iba porque quería enorgullecerme a mi mama.

Partí para ir a mi colegio y como no tenia mucho en que pensar me puse a prestarle atención a mi entorno y noto que muchos vecinos se quejan debido que hay algo que asusta o se lleva a sus mascotas, destruye sus plantas y desgarra sus ropas tendidas en su patio. No le tome mucha importancia y seguí de largo.

Llegue al colegio, entre y me encontré a mi grupo de amigos me acerque y los saludé, conversé un rato corto, ya que, era hora de las clases.

Todos nos agrupamos como lógico para ir al salón, Extrañamente Antoni estaba detrás de mi en la fila y me pareció muy extraño puesto que el siempre se posicionaba adelanté justo al frente de la fila, todo para susurarme.

–¿Te gusto el día de ayer?– tono sarcástico encendido –pues hoy se va poner mejor– expresa emoción de una manera algo maquiavélica

Trago saliva porque algo me decía que esto se iba a poner feo...

Déjeme resumirles, durante las siguientes tres semanas mi vida fue toda una tortura, cosas como, basura en mi bolso, tiradas de papeles cuando la profe no mira, tirarme el desayuno al suelo, muchas burlas cuando realizaba una ponencia, encerradas en el baño(yo no iba al baño en el colegio me encerraban ahí porque ellos me metían ahí), esconder mis cosas, etc,etc,etc...

No tenia a nadie con quien hablarlo me sentía muy mal, ya había perdido el animo hasta de estudiar,  no tenía a nadie... Ni siquiera a mi mama... Ella si me quería solo que nunca estaba presente. Me desquitaba conmigo mismo... Me hacia daño, golpeaba la pared y gritaba muy fuerte. Jugaba vídeojuegos y me di de cuenta que estos me traían una gran paz, era como una pequeña escapatoria de mi horrible vida y pensaba a diario que ojala la vida fuera como un videojuego con mucha pesadez en mi corazón.

A la mañana siguiente...

Me despierto sin ánimos ni para levantarme. Despues de al rato Me bañe, cepille mis dientes y me vestí para ir al cole. Voy a la cocina con una cara mas larga que la misma palabra.

–¿Que pasa Hijo?– mi mamá se dirige a mi en forma preocupada.

–Nada...– le contesto de mala gana

–obviamente pasa algo– resalta lo que dice con movimientos erráticos mostrando su ya clara molestia.

Era algo obvio pero entiendanme, no estaba de humor, estaba cansado y era un niño muy pequeño así que no era algo fácil hablar de este tipo de temas así de fácil con alguien, mi mamá ya tenía muchos problemas en si trabajo y en su vida de por sí, yo solo pensaba en no estorbarle, por mucho que yo sabía que ella me amaba y yo a ella no me podía permitir esto.

–pues yo te digo que nada– alzó un poco la voz

–a ver, ¿dime que pasa?, habla conmigo– se sienta en una de las sillas del comedor y dice de forma muy amable y amorosa como solo una madre le habla a su hijo.

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